La detección de ondas gravitacionales supone la constatación empírica de la teoría formulada por Albert Einstein en 1916, en la que proponía que los sucesos más violentos del Universo tenían que provocar perturbaciones en el espacio-tiempo que, como las ondas que causa una piedra al caer en un estanque, se propagarían por todo el Cosmos. Asimismo, su detección se considera la primera verificación de la teoría de la relatividad general en condiciones extremas de gravedad y velocidad.
Esta semana, un equipo de físicos ha anunciado un nuevo hito: la detección de una onda gravitacional por cuarta vez. Estos investigadores, entre los que participan científicos de la Universidad de las Islas Baleares, han registrado la señal al observar la fusión de agujeros negros con dos redes de interferómetros: los de LIGO, de EE UU y su equivalente europeo Virgo. Así se ha conseguido la cuarta detección de un sistema binario de agujeros negros, que es la primera señal de ondas gravitacionales registrada por Virgo, tal como ha publicado la Agencia Sinc.
Los dos detectores de LIGO, localizados en Livingston (Louisiana) y Hanford, (Washington) y el detector Virgo, localizado cerca de Pisa (Italia), registraron una señal de onda gravitacional transitoria producida por la fusión de dos agujeros negros de masa estelar. El hallazgo ha sido publicado esta semana en la revista Physical Review Letters.
Los observatorios detectaron el pasado 14 de agosto una fuente conocida como GW170814 que se ha relacionado con los momentos finales de la fusión de dos agujeros negros con masas alrededor de 31 y 25 veces la masa del sol, ubicados a unos 1.800 millones de años luz de distancia. El nuevo agujero negro giratorio tiene cerca de 53 veces la masa de nuestra estrella, lo que significa que cerca de tres masas solares se convirtieron en energía gravitatoria durante la fusión, indican los científicos de la Universidad de las Islas Baleares (UIB).
dos equipos españoles ayudan a detectar la cuarta onda gravitacional
El Grupo de Relatividad y Gravitación (GRG) de la universidad balear es el único grupo español que ha tomado parte en las cuatro detecciones de ondas gravitacionales. A través de su participación en la colaboración científica LIGO, ha contribuido de manera relevante a este nuevo hallazgo, ya que ha aportado los modelos de señales de onda gravitacional de los agujeros negros. »Estos modelos se comparan con los datos registrados por los detectores LIGO y Virgo, y son necesarios para identificar las fuentes de las señales, por ejemplo, si son agujeros negros o estrellas de neutrones, o para determinar sus masas. Tenemos un año muy intenso por delante», ha explicado el doctor Sascha Husa, del GRG.
No obstante, el próximo período de observación comenzará en el otoño de 2018 con una sensibilidad significativamente mejorada. En este sentido, Husa ha añadido que esperan detectar varias señales al mes, lo que requerirá desarrollar modelos mucho más precisos de la señal de onda gravitacional para extraer toda la información de estos eventos.
Además, este nuevo descubrimiento es especialmente importante para la comunidad española de las ondas gravitacionales, ya que un grupo de investigación de la Universidad de Valencia, liderado por el doctor José Antonio Font, también se ha unido recientemente a la Colaboración Virgo.
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