Más de 400 empleados de Google han firmado una carta abierta instando a Google a cancelar el desarrollo de Dragonfly, una versión del buscador para China que, según los firmantes, permitirá la censura y las violaciones de derechos humanos por parte del gobierno chino. Esta carta sigue a otra que obtuvo 1.400 firmas, lo que ilustra la oposición con la que se está encontrando este polémico dentro de la compañía.
dragonfly, un peligroso precedente
Hasta donde se sabe del Proyecto Dragonfly, se trata de una versión del buscador para China que bloquearía ciertos términos de búsqueda y facilitaría al gobierno supervisar la actividad de los usuarios. Google ha rechazado repetidamente los comentarios sobre Dragonfly, diciendo que su trabajo es «exploratorio» y que a corto plazo no lanzará un servicio de búsqueda en China.
Tal como explican en su carta los empleados de Google “nuestra oposición a Dragonfly no tiene que ver con China: nos oponemos a las tecnologías que ayudan a los poderosos a oprimir a los vulnerables, dondequiera que estén”. “Ciertamente, el gobierno chino –añaden- no está solo en su disposición a reprimir la libertad de expresión y utilizar la vigilancia para reprimir la disidencia. Pero Dragonfly sentaría un peligroso precedente en un momento político inestable, lo que dificultaría que Google negara concesiones similares a otros países”.
Además, los empleados de Google, en su mayor parte programadores e ingenieros, consideran que la decisión de la empresa “se produce cuando el gobierno chino está ampliando abiertamente sus poderes de vigilancia y herramientas de control de la población”.
supresión de voces críticas
Muchos de estos se basan en tecnologías de inteligencia artificial y combinan la actividad online, registros personales y la monitorización masiva para rastrear y definir el perfil de los ciudadanos. En este contexto, según los autores de la carta, “proporcionar al gobierno chino un acceso rápido a los datos de los usuarios, como exige la ley china, haría que Google fuera cómplice de la opresión y los abusos de los derechos humanos».
Dragonfly también permitiría la censura y la desinformación dirigida por el gobierno, y dificultaría conocer la verdad en la que se basan la deliberación popular y la disidencia. “Dada la supresión de las voces disidentes del gobierno chino, dichos controles probablemente se usarían para promover los intereses del gobierno”, concluyen.
El proyecto Dragonfly fue confirmado por la compañía ante el Senado de EE.UU. el pasado mes de septiembre, aunque no se explicaron los detalles del proyecto. Son los propios empleados de Google los que están filtrando la posibilidad de que se convierta en una versión censurada del buscador. Los trabajadores prefieren medidas como la que adoptó Google en 2010, cuando en lugar de censurar las búsquedas comenzó a redirigir a Google Hong Kong.