Si los hipsters tienen barba, los techies usan gafas. Hubo un tiempo en el que todo aquel tecnológico moderno que se preciase tenía que tener una foto de perfil con las Google Glass puestas. Ahora el abanico de opciones a tu alcance es más amplio y variado. Hagamos un repaso.
Ok, Google. Todo comenzó con tus Glass
En plena efervescencia de los wearables (dispositivos tecnológicos para llevar puestos), las compañías buscaban algo más que una pulsera de actividad. Antes de que llegaran los relojes inteligentes, Google anunciaba sus gafas.
Solo unos pocos elegidos pudieron formar parte de los Exploradores, los encargados de probar este producto cuando aún estaba en fase de desarrollo, y previo pago de cerca de mil dólares. La mayoría de estos primerizos eran desarrolladores y no había feria ni congreso en la que los asistentes no quisieran ver de cerca este producto. Eso sí, lo máximo era poder ponérselas, tocar la patilla y decirle algo al asistente de las gafas.
Pero, como con otros productos de sus Labs, Google decidió tiempo después que quizá no era el momento de que todos fuéramos por la calle armados con este accesorio. Aunque su aplicación y desarrollo en sectores verticales (como construcción o educación) sigue vigente, la euforia por ellas descendió tan rápido casi como subió.
Pero en la industria siguen teniendo su hueco. De hecho, Forrester Research asegura que en 2015 había 14,4 millones de trabajadores que usaban gafas inteligentes en sus puestos de trabajo.
La cámara son tus ojos
El hecho de que Google decidiera que sus gafas no estaban llamadas a ser algo de consumo masivo no quiere decir que todos lo vean igual, ni que la industria se dé por vencida. En un mundo tan audiovisual como el actual, quizá el reto es poder grabar, emitir y compartir lo mismo que ven nuestros ojos sin necesidad de sacar el móvil o llevar encima una GoPro.
Esto es lo que han debido pensar en Snapchat, firma que ha aprovechado para cambiar de nombre corporativo a Snap y lanzar su primer producto hardware: unas gafas, las Spectacles, que permiten grabar vídeo y sacar fotos sin utilizar el móvil.
Aún no están disponibles en España, pero ya se sabe que tienen una gran pega: solo funcionan con Snapchat. Pero tranquilo, que tenemos una buena noticia si crees que hacer fotos con tus gafas es una buena idea: una compañía española tiene las primeras gafas de sol para hacer selfie.
WeOn Selfie, un invento español
WeOnGlasses es una empresa española que vio la luz apenas tres meses después que las Google Glass. Arrancaron su proyecto con unas gafas que eran un mando a distancia del móvil, pero dada la coincidencia en el tiempo con las del gigante de las búsquedas, “mucha gente pensaba que éramos unas Google Glass low cost”, reconoce a Nobbot Santiago Ambit, fundador de WeOnGlasses.
Ahora, la compañía apuesta por dos modelos de gafas distintos. Por un lado, las WeOn Selfie, unas gafas de sol que te permiten tomar mejores autorretratos con tu móvil sin depender de un palo selfie y sin que aparezca un antiestético brazo en la imagen.
Además, con la compra de estas gafas, se incluye una pegatina que se puede adherir más de mil veces a cualquier tipo de superficie (“incluso una botella de cerveza”) y que haga la función de trípode para el móvil.
Además, la compañía va a lanzar en breve las WeOn Security en colaboración con DRSecurity. Se trata de un modelo de gafas que, al tocar el botón de la patilla, hace que se active automáticamente la aplicación de DRSecurity y se acceda a las cámaras delantera y trasera e incluso podría grabar 10 segundos de audio para que los agentes comprobaran si fuera necesaria (por caída de una persona mayor o por algún acto violento) la presencia de algún efectivo.
Mucho más que unas gafas de sol
Quizá uno de las causas que hicieron que las Google Glass no tuvieran la aceptación pensada fue que no estábamos acostumbrados a ponernos gafas si realmente no las necesitábamos. Por eso, parece que se impone ahora la tendencia de incluir tecnología en las gafas existentes en lugar de crear un nuevo accesorio.
En ello están, por ejemplo, marcas como Oakley o Luxottica con Radar Pace, unas gafas que, en realidad, son vendidas como un sistema de entrenamiento en tiempo real activado por voz. La tecnología que incluyen las gafas es capaz de generar un programa de entrenamiento personalizado para cada persona, en función de su condición física. Como otros dispositivos wearables, permite hacer un seguimiento del rendimiento y proporciona información en el tiempo real sobre el entrenamiento y las constantes vitales.
Este tipo de gafas, aunque son mucho más caras que otros modelos, combinan dos tendencias wearables en un solo dispositivo, ya que están especialmente diseñadas para deportistas que quieran medir sus constantes vitales e incluso desarrollar un plan de entrenamiento personalizado.
Cuando quieres vivir una realidad virtual
Más allá de todas estas gafas, otra de las grandes apuestas de la industria está en la realidad virtual. Google es el que tiene una apuesta más económica (con unas gafas de cartón que cualquiera puede construir), pero Samsung, Facebook o Microsoft son algunas de las que están poniendo más carne en el asador.
Más allá de las típicas reacciones, más o menos graciosas, que podemos ver cuando alguien se pone estas gafas, de momento el problema sigue siendo, más allá del precio, las aplicaciones reales para este tipo de producto.
Es cierto que la oferta cada día es más grande y variada, y que las posibilidades van mucho más allá de los videojuegos, pero como toda tecnología incipiente, está aún por ver si realmente tienen un futuro prometedor o si todo quedará en un bonito sueño de una noche de verano.
La gran diferencia, no obstante, de la realidad virtual con respecto al resto de gafas que hemos ido viendo en este artículo es que no parece probable que las de Realida Virtual sean algo con lo que la gente pasee por la calle, sino que quedará para la intimidad del hogar.
En cualquier caso, parece que se abre un mundo de posibilidades en relación a las gafas, que pueden dejar de ser un mero complemento para ser un accesorio con el que podremos realizar infinidad de cosas.
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