Hace 20 años nadie conocía al gusano del diablo (Halicephalobus mephisto). Este impresionante animal fue descubierto en el año 2008, concretamente en una mina de oro sudafricana. Desde entonces, su llamativo modo de vida le ha ayudado a alcanzar una fama con la que probablemente ni soñaba, en sentido figurado claro.
Muy El gusano del diablo no es ningún enquencle y, tal y como recoge Interesante, es el animal descubierto a mayor profundidad y que puede sobrevivir en las condiciones más adversas. De hecho, habitan a más de 1,50 kms bajo la superficie terrestre, ahí es nada. Los científicos se han interesado por esta criatura y, un equipo se ha encargado de secuenciar su genoma para conocer más de cerca como se adapta a los distintos ambientes.
Renovarse o morir
La secuenciación del genoma del gusano de la muerte ha sido realizada por un equipo de la American University y los resultados se han publicado en Nature Communications. A partir de las pruebas realizadas por los investigadores, logramos entender cómo es posible que el gusano del diablo sobreviva en ambientes tan hostiles en los que debe soportar altas presiones, temperaturas muy altas, poco oxígeno y altas cantidades de metano.
Aunque nosotros nos hayamos dado cuenta hace relativamente poco que el gusano del diablo estaba bajo nuestros pies, lo cierto es que lleva mucho tiempo ahí. Tanto es así que a su pequeño cuerpo le ha dado tiempo a evolucionar y a adaptarse a condiciones en las que un humano no duraría ni unos minutos. La secuencia de su genoma ha revelado que estas criaturas poseen una cantidad anormalmente grande de proteínas de choque término, más conocidas como Hsp70. Estas se encargan de reparar el daño celular provocado por el calor por lo que, el gusano del diablo, es capaz de soportar temperaturas realmente altas.
El equipo descubrió también que muchos de los genes Hsp70 que había en el genoma del gusano del diablo eran copias de sí mismos. Lo mismo ocurría con las copias adicionales de genes AIG1, relacionados con la supervivencia de plantas y animales. Este proceso se ha desarrollado tras una larga etapa de adaptación y, tal y como afirman los investigadores, está presente también en los bivalvos, un grupo de moluscos que se adaptan al calor al igual que lo hace el gusano del diablo.
Tal y como recoge Muy Interesante, los investigadores aseguran que el gusano del diablo «no tiene más remedio que adaptarse o morir. Proponemos que cuando un animal no puede escapar del calor intenso, comienza a hacer copias adicionales de estos dos genes para sobrevivir «.
Nunca antes se había secuenciado el genoma de un animal que viviera en las profundidades de la Tierra. Después de este estudio, los investigadores han encontrado evidencias científicas de otros modos de vida que, quién sabe, nos podrían ayudar a aprender algo sobre la adaptación a condiciones extremas, algo que no parece tan lejano si tenemos en cuenta cómo estamos tratando a nuestro ya malherido planeta.