En aquellos días en los que el hombre llegó a la Luna los españoles acudían a las salas de cine de Gran Vía en las que se proyectaba El Graduado, en un caleidoscopio de faldas y pantalones de tiro alto, colores y estampados, con esos cuellos de puntas largas, y montados en sus Seat 600.
Permanecían atentos al recrudecimiento de la guerra entre El Salvador y Honduras, observaban con preocupación el avance de los incendios que dentelleaban hectárea tras hectárea en Valencia, Madrid y Granada, y celebraban junto a las revistas culturales el ciento cincuenta aniversario del nacimiento del poeta Walt Whitman. El tipo de noticias que se espera encontrar en un rotativo de la época, ya sea adquirido en un quiosco londinense, alemán o en uno del barrio de Lavapiés en Madrid. Sin embargo, lo cotidiano dejó espacio al suceso insólito que colmó las páginas de todas las publicaciones del mundo, y que cabría esperar más bien de El planeta de los simios y no del día a día común.
Andando sobre el Mar de la Tranquilidad
La Biblioteca Nacional de España recopila entre sus muros numerosos archivos abiertos a su consulta acerca de todo aquello que englobó el viaje a la Luna; entre ellos destaca por su totalidad un disco titulado El hombre en la Luna: la historia de los astronautas Armstrong, Collins y Aldrin en el alunizaje del Apolo XI. En este archivo audiovisual se incluyen fotografías, grabaciones y escritos: el discurso del presidente Kennedy ante el Congreso, el lanzamiento y la cuenta regresiva del Apolo XI y conversaciones entre los astronautas y el monitor de la NASA durante el viaje espacial. Un archivo completo que ahonda en los entresijos del que fue uno de los momentos más importantes de la historia de la humanidad, de la ciencia y de la tecnología.
«Un pie se descuelga por las escalerillas del módulo lunar posado en el Mar de la Tranquilidad. Desciende; toca la punta de la bota el fino polvo que hay debajo. Es la primera vez en la historia de la Humanidad que el hombre camina sobre la Luna. Armstrong da pasos cortos; carga todo su cuerpo sobre los pies, como queriendo cerciorarse de la firmeza del suelo. Son las 3:56 (hora española) y cientos de millones de ojos siguen atónitos y sorprendidos el increíble momento”. Así abrió el diario ABC la primera página de su periódico el 22 de julio de 1969, justo al día siguiente del acontecimiento del que, en este 2019, se cumplen cincuenta años.
En el periodismo, las noticias vienen y van, las páginas de los periódicos se aferran a la actualidad más rabiosa, por lo que incluso la noticia del alunizaje del hombre en la Luna por primera vez en la historia fue sobrepasada por un momento clave para una España castigada durante décadas por la dictadura: el nombramiento del príncipe don Juan Carlos como sucesor del dictador Francisco Franco, el 23 de julio de aquel año. Hasta entonces, los medios desplegaron durante días una cobertura completa sobre el inminente aterrizaje del Apolo XI en superficie lunar.
La revista Triunfo (19 de julio) dedicó numerosas páginas en forma de un complejo reportaje especializado que detallaba con esmero cada pormenor acerca de la misión, el funcionamiento de la nave o sus tres astronautas (Armstrong, Collins y Aldrin), ilustrada la información con una generosa cantidad de fotografías e imágenes. En su siguiente número del 26 de julio amplían los datos y parten del titular: «Los conquistadores de la Luna sufrirán a su regreso una «prisión» preventiva hasta que se compruebe que no traen gérmenes nocivos para la vida terrestre».
Nixonizar la Luna
Previo al acontecimiento, ABC (20 de julio) anunció: “Se calcula que la hazaña tendrá unos ochocientos millones de espectadores (cifra que equivale a la población de China)”. Mientras que el 22 de julio afirmó que la retransmisión de la misión espacial a través de Televisión Española contó con diez millones de españoles pegados a sus televisores; o, al menos, a aquellos que muchos decidieron alquilar, pues se calcula que se produjo un aumento del 90% en la demanda de estos aparatos electrónicos solo en Madrid. Franco envió un telegrama a Washington para felicitar a Nixon por el éxito de su incursión lunar. Las páginas de los rotativos acogieron informaciones de todo tipo, como las declaraciones del portavoz del Departamento de Policía de Nueva York: “Anunció esta mañana”, afirma ABC, “que anoche se registraron muchos menos delitos en la ciudad que de costumbre”. Es decir, los índices de criminalidad fueron mínimos, asegura el portavoz policial, ya que cada estadounidense se encontraba delante de su televisor presenciando la conquista de la Luna.
No obstante, no fue una celebración unánime. El ABC del 20 de julio recoge las acusaciones del New York Times hacia la Casa Blanca acerca de su intención de querer «‘Nixonizar’ la Luna». Por otro lado, el periódico La Vanguardia de ese mismo domingo destaca el descontento de colectivo hippie: «Han iniciado su protesta con pancartas que muestran a un astronauta comprando a una mujer india la misma Luna por 24 dólares, cantidad que pagaron a los indios de Manhattan por la adquisición de la isla». Unas páginas más tarde, se analiza y explica la llamada escafandra lunar «Apolo», así como su sistema de suministración de oxígeno o la refrigeración por agua. Mientras que, en su margen derecho, el diario adjunta una columna informativa de naturaleza cronológica, dividida y publicada en partes, acerca de la historia de la carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética, así como la incorporación de Francia como tercera potencia en 1965.
Enseñando cosas sobre la luna
Del campo gravitatorio, el Mar de la Tranquilidad, el módulo lunar, la órbita ecuatorial y el sistema de control ambiental al «salto de canguro» como mejor opción para desplazarse a través de la superficie de la Luna, que recoge La Vanguardia. Los medios de comunicación se inundaron de una terminología y conceptos desconocidos para la ciudadanía, de modo que adoptaron con convicción la actitud de educadores y divulgadores, como harneros encargados de ofrecer una versión adaptada al público general de lo que suponía uno de los mayores saltos de la ciencia y la tecnología.
La Hoja del Lunes de Madrid se encontró con la fortuna de que su publicación de aquel 21 de julio de 1969 coincidía con que el alunizaje del hombre en la Luna tuvo lugar aquella madrugada, una noticia que ocupó su portada por completo, el titular: «El hombre pone pie en la Luna». En la segunda página, La Hoja del Lunes exhibió la portada de uno de sus ejemplares, fechado el 28 de diciembre de 1953, en el que prepararon una inocentada a sus lectores que anunciaba, curiosamente, que el hombre había llegado a la Luna. En esta información, a modo de celebración del Día de los Santos Inocentes de aquel año, incluso se describía a una raza de seres que habitaban en ella, los “selenitas”, de tez pálida, bajitos y vegetarianos.
El diario Madrid informó sobre la misión espacial durante los días previos, el sábado 19 de julio tituló “Bajen cuando quieran”, una noticia en la que informaban de que la NASA había dado “luz verde a los hombres del Apolo XI”, y que el alunizaje podría producirse en cualquier momento. El 21 de julio su cabecera se abrió con “El gran triunfo de la Humanidad: La Luna ya es del hombre”, acontecimiento al que dedicaron casi la mitad del espacio de sus 24 páginas: una crónica detallada del suceso, consideraciones y especificaciones técnicas de la misión, la cronología del vuelo, los tres protagonistas astronautas, el viaje de regreso, los plantes futuros tras el éxito científico, e incluso el «emocionado saludo» del Papa.
Durante aquellos días previos al viaje espacial y también en los sucesivos a la conquista de la Luna se vertió una senda cantidad de información, términos y cifras sobre la población española. Crónicas, reportajes especializados, testimonios, textos, audios o vídeos que constituyen una verdadera joya histórica sobre la historia de la humanidad y su relación con el espacio.