El presente Mundial de Baloncesto, que actualmente se está celebrando en China, tiene algunos patrocinadores que a muy pocos espectadores fuera de aquel país les sonarán. Una de esas marcas omnipresentes en los pabellones es Tencent.
Se puede decir que esta compañía es como el aire que respiramos: está en todos sitios, pero apenas reparamos en él. Tencent es mucho, muchísimo en China, y también empieza a serlo en el resto del mundo. Este holding empresarial es uno de los más importantes del país asiático en muchos ámbitos: internet, entretenimiento digital o redes sociales. Para hacernos una idea, Tencent en China equivaldría a la suma de WhatsApp, Facebook o incluso Spotify en Occidente. Además, en el mercado de buscadores, tiene una propuesta propia, Soso, que le permite plantar cara a un gigante como Baidu.
Los orígenes de Tencent
La compañía la fundaron dos emprendedores (Ma Huateng y Zhang Zhidong) en 1998 y los primeros años fueron inciertos. Sin embargo, en 2001 Tencent se alió a la sudafricana Naspers, que le ayudó a extender su aplicación de mensajería por el continente africano. Y a partir de ahí no ha dejado de crecer. Hoy, su app de mensajería, WeChat, ya ha sobrepasado los 1.000 millones de usuarios y se puede decir que es el verdadero sistema operativo de los internautas chinos. Por otra parte, su plataforma de pago TenPay tiene más de 600 millones de usuarios, una cifra mareante.
Al margen de mensajería instantánea, el holding engloba firmas especializadas en telecomunicaciones y telefonía móvil, ecommerce o publicidad online. En ingresos, el grupo Tencent ha multiplicado por cinco sus ingresos desde 2013 y hoy tiene unas ventas anuales de más de 40.000 millones de euros. Asimismo, el holding, con sede central en Shenzhen, emplea a casi 45.000 personas. En términos de capitalización bursátil, es la única firma china que hace frente a los gigantes estadounidenses y entra en el top ten del mundo, junto a Alibaba.
LoL y Fortnite están bajo su control
Donde Tencent es un gigante global incontestable es en el mundo del videojuego. Aunque -como es marca de la casa- lo ha conseguido sin hacer ruido. La subsidiaria Tencent Games lidera el negocio a nivel mundial por ingresos. En 2018 facturó por valor de 13.000 millones de euros. Para hacernos una idea, la Sony de PlayStation no llegó a los 9.000 millones.
Además de tener un firme control de su mercado interior, Tencent también se ha abierto al mercado global del gaming. Es la dueña total de Riot Games, la creadora del famoso League of Legends (LoL), desde 2015. Domina, además, el accionariado de Epic Games, la compañía de Carolina del Norte que ha dado el pelotazo en los últimos años con Fortnite, que ya cuenta con más de 250 millones de usuarios registrados.
En 2016 llegó a un acuerdo con la finlandesa Supercell, proveniente de Nokia, para irla adquiriendo progresivamente. En la operación Tencent comprometió el pago de nada menos que 7.600 millones de dólares. El objetivo era hacerse con dos de los videojuegos de móvil para populares: Clash of Clans y Clash Royale. Este último se ha descargado más de 350 millones de veces. Pero no queda ahí la cosa. Y es que Tencent también gana dinero con otros videojuegos muy populares como Call of Duty, World of Warcraft, Candy Crush.
De China a Occidente
Como otros gigantes chinos, como Huawei o Lenovo, Tencent aprovechó en la primera década de este siglo el tirón que supone crecer en un mercado chino con más de 1.000 millones de usuarios de tecnología y que hasta cierto punto estaba cautivo. Sin embargo, Tencent también está teniendo dificultades para convertirse en una marca global. Si en el caso de Huawei su internacionalización ha chocado con los recelos geoestratégicos de Estados Unidos, en el de Tencent, el problema es más bien cultural.
Y es que, a primera vista, cuesta pensar en un público occidental que esté por la labor de consumir videojuegos o películas pensados y producidos en China. Para salvar este escollo, Tencent ha buscado aliados. Es el caso del muy hollywoodiense director J. J. Abrahms, que se hizo famoso con la serie ‘Perdidos’ y que ha liderado dos episodios de la muy taquillera ‘Star Wars’.
Es una alianza que habrá que valorar con el tiempo porque este tipo de acuerdos no siempre funcionan. Hay que recordar que esa fusión de lo chino y lo occidental ya se puso en práctica en la película ‘The great wall’, del exquisito realizador Zhang Yimou y protagonizada por Matt Damon, y fue un fiasco.
A la busca de su Pokémon Go
En cualquier caso, y como buena empresa china, el modus operandi de Tencent es la discreción. Todo en aras de la expansión geográfica y del crecimiento del negocio. Tencent tiene tamaño, ambiciones y buenas prácticas. Así, acostumbra a no centralizar las decisiones, sino que cada subsidiaria asuma sus responsabilidades. Esa estrategia suele funcionar en el mundo de los videojuegos.
Además, el gigante chino prefiere mantenerse al margen de la gestión de las compañías que controla. “Si LoL o Fortnite van como tiros, ¿para que cambiarlas?”, se preguntarán sus directivos. En todo caso, eso no quiere decir que Tencent Games no siga a la busca de un pelotazo global que le lleve a conquistar definitivamente Occidente. Tencent también sueña con tener su Pokémon Go.
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