Imagen de IBM Lab, Yorktown Heights, NY.
Aunque pueda resultar sorprendente, la fuerza con la que agarramos los objetos es una métrica a tener en cuenta para realizar un diagnóstico en un amplio conjunto de problemas de salud. Así, se ha asociado con la efectividad de la medicación en individuos con enfermedad de Parkinson y resulta un indicador útil para determinar el grado de función cognitiva en personas con esquizofrenia o el estado de salud cardiovascular. Teniendo esto en cuenta, un equipo de investigadores de IBM ha desarrollado un sensor de uñas para controlar la salud de su portador. sensores en la piel -más frágil y quebradiza a una edad avanzada- a menudo pueden causar problemas, incluso infecciones, y por ello estos investigadores proponen ubicar su sensor en las uñas.
El sensor de uñas es un dispositivo inalámbrico, portátil, que monitoriza la forma en que la uña de una persona se dobla y se mueve, lo cual es un indicador clave de la fuerza de agarre. En pacientes mayores, el uso deun sensor de uñas en la punta de los dedos
Para el desarrollo de este dispositivo, que nació para controlar la respuesta al tratamiento en enfermos de Parkinson, los investigadores han tenido en cuenta que interactuamos con multitud de objetos a lo largo del día utilizando nuestras manos. A partir de esos gestos, es posible obtener señales interesantes sobre presión, temperatura, texturas, etc., que luego son analizadas por una inteligencia artificial, para llegar a conclusiones sobre el estado de salud del individuo.
Una de las funciones de las uñas humanas es enfocar la pulpa de la punta del dedo en el objeto que se está manipulando. Resulta que nuestras uñas se deforman – se doblan y se mueven – cuando agarramos algo o incluso cuando flexionamos o extendemos nuestros dedos. Esta cambio es generalmente del orden de micras de un solo dígito y no se observa a simple vista pero puede detectarse fácilmente con sensores de tensión. Para poner en contexto la deformación de la que estamos hablando, un cabello humano típico tiene entre 50 y 100 micras de ancho y un glóbulo rojo generalmente tiene menos de 10 micras de ancho.
El sistema diferencia las actividades diarias típicas que involucran pronación y supinación, como girar una llave o usar un destornillador. Una actividad aún más sutil es escribir con los dedos, y “entrenamos a la inteligencia artificial para obtener una muy buena precisión en la detección de dígitos escritos por un dedo que lleva el sensor”, explican Stephen Heisig y Katsuyuki Sakuma, responsables de este prototipo.
El sistema recoge los datos recogidos del sensor de uñas y los envía a un reloj inteligente que compara la serie de datos obtenida con un algoritmo diseñado para este dispositivo que ofrece el estado en el que se encuentra el enfermo de Parkinson.
Fuente: IBM