La nueva normalidad está a punto de irrumpir en nuestras vidas. La crisis provocada por el coronavirus nos ha obligado a adoptar una serie de hábitos que antes ni nos imaginábamos. Y es que, ¿quién nos iba a decir hace un año que tendríamos que viajar con mascarilla en el avión?
El uso de la mascarilla es uno de los cambios más evidentes que el coronavirus ha introducido en nuestro día a día. Y de momento, también durante la llamada nueva normalidad, tendremos que seguir utilizándolas.
El Gobierno ha aprobado recientemente en Consejo de Ministros el real decreto ley que sentará las bases que regirán en este periodo. El texto, impulsado por el Ministerio de Sanidad y el de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, mantiene la obligatoriedad de las mascarillas en los medios de transporte aéreo, entre otros.
Este deber de llevar mascarilla en el avión está en línea con las recomendaciones de la Organización de Aviación Civil Internacional y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo.
uso obligatorio de la mascarilla en el avión
Sabemos que puede resultar complicado pasar un vuelo de larga distancia con la mascarilla puesta pero, una vez nos demos cuenta de cómo podría transmitirse la COVID-19 en el interior del avión, lo más probable es que cambiemos de opinión.
Para entender la necesidad de llevar una mascarilla en el avión, Ansys, un editor de software de simulación, publicó una recreación que muestra cómo el virus puede circular por el aire de la cabina. La simulación utiliza complejos modelos físicos del flujo de aire creado por el sistema de ventilación de la aeronave para ilustrar cómo se propagan las partículas en el aire entre los pasajeros, cuando llevan máscaras y cuando no.
La simulación muestra que el uso de una mascarilla en el avión limita significativamente la cantidad de partículas y la distancia recorrida por las gotitas al toser, estornudar o escupir, reduciendo así el riesgo de contaminación de otros pasajeros.
Thierry Marchal, Director de Salud y Deportes de Ansys, reconoce que, a la luz de los resultados de la simulación, aún hay cuestiones que responder sobre la posibilidad de contagio en el avión. «Como experto en modelado aerodinámico de aerosoles, particularmente en el campo de la medicina, creo que la colaboración entre expertos aerodinámicos, virólogos, fabricantes de aviones, aerolíneas y autoridades es necesaria para establecer recomendaciones», explica a la revista Futura Santé.
«Continuemos trabajando en esta dirección, conscientes de nuestras limitaciones», concluye.