El uso de las redes sociales para la difusión del patrimonio artístico es una labor en la que se han embarcado con entusiasmo algunas de las más importantes instituciones culturales del mundo. En España, por ceñirnos a la famosa “milla del arte” madrileña que concentra los más importantes museos nacionales, el Museo del Prado, cuenta con casi un millón de seguidores en Twitter; el Museo Reina Sofía, con más de 600.000; y el Museo Thyssen-Bornemisza con cerca de 500.000. Sus seguidores en Facebook se cuentan por cientos de miles y también cuelgan sus cuadros en plataformas como Instagram, Pinterest o Periscope.
Además, es ya algo habitual en nuestras grandes instituciones artísticas la organización de presentaciones dirigidas a especialistas que desarrollan su labor divulgativa en el ámbito digital. La Fundacion Mapfre, por ejemplo, ha creado un vínculo con “influencers” basado en la relación directa ya que, como explica Paula Susaeta, responsable de proyectos web y social media, “son otra plataforma más de comunicación y difusión, y de alguna manera son el futuro en el presente”. Esta institución elige a los asistentes de una manera orgánica, rebuscando en redes y llegando de uno a otro. Si bien tiene en cuenta sus seguidores, también se fija en la existencia o no de un blog y el nivel de actividad ya que, para ellos, es importante la calidad de la voz y su constancia.
«En esta exposición se pueden ver 129 dibujos» @Benito_Navarret #ISegninelTempo pic.twitter.com/20eXhvN69i
— mapfreFcultura (@mapfreFcultura) 22 de junio de 2016
Youtubers en los museos
Similar es el caso de Museo Thyssen-Bornemisza que organiza estas visitas con la intención de abrirse más allá de los círculos especializados en arte y cultura. Tanto el Director artístico del centro, Guillermo Solana, como el Director de Comunicación, José María Goicoechea, llevan apostando desde hace años por estos encuentros que incluyen perfiles diversos, pues la obsesión de ambos profesionales es romper la cuarta pared que parece separar al público masivo de la alta cultura. Para ello, incluso han organizado visitas de Youtubers a sus salas, en línea con lo que hace el Museo del Louvre, que lanzó dentro de su canal en esa plataforma varios vídeos protagonizados por conocidos youtubers franceses.
? Le Louvre invite les YouTubeurs ? Impatient de diffuser la prochaine vidéo de @FrancoisTheurel sur @YouTube Louvre pic.twitter.com/YFCrJsaHYF
— Musée du Louvre (@MuseeLouvre) 10 de febrero de 2016
El caso de Guillermo Solana es especialmente reseñable pues, durante un tiempo, fue una presencia fundamental en Twitter para todas aquellas personas interesadas en el arte e incluso llegó a publicar una Guía del Museo Thyssen en 308 tuits. Solana inventó la etiqueta #Thyssen140 y, más de una vez, logró elevarla hasta la categoría de trending topic, o tema del momento.
En septiembre de 2015, decidió abandonar esta plataforma para trasladarse a Instagram, por razones que explicó en esta serie de tuits:
.@guillermosolana cambia Twitter por Instagram! Una pena. pic.twitter.com/RCHE7bhRln
— Elena González (@elenaescocia) 3 de septiembre de 2015
Mirar el arte en Twitter
Por fortuna, no ha seguido este camino Miquel del Pozo, un joven arquitecto barcelonés que utiliza el hashtag #MA140 -(M)irar al (A)rte en Twitter(140)- para desmenuzar el primer domingo de cada mes, a las 22 horas, cuestiones relacionadas con la historia del arte a través de reflexiones que abordan desde la Capilla Sixtina hasta las obras de Velázquez, Picasso o Van Gogh.
Comienza aquí el #MA140 de hoy. Bienvenidos a (M)irar al (A)rte en twitter(140).
Bienvenidos a la Belleza pic.twitter.com/VpmFA8s6nc
— Miquel del Pozo Puig (@miqueldelpozo) 18 de octubre de 2015
Miquel explica en su web que el arte es “el lenguaje que hemos creado los humanos para hablar con el alma” y es capaz de transmitir su pasión a los cerca de 10.000 seguidores que tienen apuntada esta cita dominical en su agenda.
Sus charlas-conferencias por Twitter comenzaron cuando, en mayo de 2014, entró en la red social para participar en una conversación sobre Miguel Ángel, autor que había tratado en su tesina del máster. «En ese momento tenía pensado no escribir más de quince tweets sobre el tema», afirma Miquel. Por fortuna no cumplió con su intención inicial y podéis ver el resultado de su labor en su Storify.
Este extraordinario divulgador explicó las claves de su labor en La Vanguardia: «Un tuit es un mensaje corto con una imagen, como una viñeta. En una sola viñeta no puedes contar prácticamente nada, pero poniendo una detrás de otra tienes una historia», explica Del Pozo. De hecho, él considera sus sesiones como capítulos de un “libro en directo”.
Queda claro, pues, que las redes sociales e internet ofrecen grandes oportunidades para que los museos lleguen a públicos esquivos que siempre han considerado estos espacios como un coto exclusivo de expertos. En este sentido, antes de finalizar este post, os recomendamos este artículo sobre museos 2.0 (en inglés), al que podéis acceder haciendo click en la infografía.