¿Recuerdas cómo era el sonido de las teclas de una máquina de escribir? ¿O los sonidos del tamagochi, tu primera Game Boy o Windows 95? La tecnología avanza día a día y es inevitable que los aparatos, herramientas o simples objetos – cada uno con su peculiaridad sonora- se vuelvan obsoletos y sean remplazados por nuevos aparatos electrónicos. En la actualidad, tenemos sonidos nuevos como el del tono de una notificación de nuestro smartphone o el aleteo de un dron; pero otros que creíamos eternos empiezan a desaparecer. Y es que no solo los animales se encuentra en peligro de extinción. Diferentes museos sonoros han creado colecciones virtuales de sonidos ‘prehistóricos’ pero importantes en nuestra historia personal y sentimental, para así, evitar que terminen enterrados bajo el estruendo de las nuevas tecnologías.
¿era el sonido de mi reproductor de vídeo así de enigmático?
Uno de los museos sonoros que tiene como objetivo conservar el sonido de dispositivos antiguos y analógicos es Conserve the Sound. Un proyecto que comenzó en 2013 y ha crecido y evolucionado hasta alcanzar una colección de sonidos considerable. Aunque los objetos son banales, escuchar los sonidos de una época pasada es extrañamente adictivo y un desencadenante de recuerdos y curiosidad: ¿era el sonido de mi grabadora VR así de enigmático?
Esta colección, en construcción permanente, en la que cualquiera puede participar enviando el tono que no desea olvidar, también ofrece entrevistas con diferentes expertos sobre la importancia de guardar estos sonidos. Bernhar Wilmer, director de teatro y uno de los entrevistados, declara: “creo que no deberíamos demonizar todas las cosas. Soy nostálgico de los sonidos más analógicos en el cine, pero no me opongo a la proyección digital. De ningún modo. Pero es verdad que estos sonidos son parte de nuestra historia y, si deseas contar la del cine, también”. Esto nos hace cuestionarnos el valor del sonido; porque, ¿cómo enseñarías a un niño nacido en la era digital, el sonido de un proyector antiguo si nadie lo ha grabado?
museos sonoros para nostálgicos
Los ruidos más arcaicos de la tecnología no quieren desaparecer y protegerlos es también el objetivo de Brendan Chilcutt responsable de otro de nuestros museos sonoros, The Museum of Endangered Sound. Este museo recopila una colección de sonidos en peligro de extinción con la intención de que puedan ser resucitados en nuevos dispositivos, en forma de notificaciones de mensajes, tonos de llamadas, etc. Y quién sabe para qué más…
Pese a que añoremos el sonido de estos obsoletos aparatos e intentemos crear un almacén digital al que acudir para escucharlos, parece que lo analógico no tiene lugar en nuestro mundo. Y es que, con la llegada de las nuevas tecnologías y la digitalización, todo ha tenido que reinventarse para sobrevivir. Pero esto no es del todo cierto, ya que es sorprendente observar como las tendencias se mueven como un péndulo, y es que al igual que los pantalones de campana vuelven a estar de moda, el más retro de los reproductores de vinilos también.
La BNE digitaliza grabaciones sonoras
La biblioteca digital de la BNE es otra de las instituciones que ayuda a proteger los sonidos en peligro de extinción. A través de esta plataforma, la Biblioteca Nacional de España proporciona acceso libre y gratuito a miles de documentos digitalizados, entre los que se encuentran distintas grabaciones sonoras.
Antes de la creación de este museo digital, los investigadores y estudiosos de todo el mundo debían desplazarse a Madrid para poder consultar las distintas obras. Actualmente, ya no necesitamos desplazarnos, podemos encontrar las colecciones en su página web. Esta iniciativa fomenta y facilita la investigación sobre nuestra cultura, creando un lazo de unión con el resto de bibliotecas españolas y latinoamericanas. Además, permite una difusión mayor de nuestra herencia cultural, haciéndonos parte de la futura Biblioteca Digital Europea que ofrecerá un acceso único y en diversos idiomas a los fondos digitales de las instituciones europeas.
LA VOZ DE UNAMUNO Y ANTIGUAS SEVILLANAS
La colección de registros sonoras de la BNE abarca tanto obras no musicales, que forman el Archivo de la Palabra, como musicales. Dentro del registro no musical podemos encontrar el discurso y las voces de personajes tan insignes como Unamuno u Ortega y Gasset y además, las grabaciones digitalizadas de todos los actos culturales realizados en el salón de actos de la biblioteca desde 1973.
El repertorio de registros musicales ha experimentado cambios espectaculares con la trasformación digital, la llegada de internet y la profunda transformación dirigida por la industria audiovisual. La colección comienza con las grabaciones sonoras en discos perforados, cilindros de cera, rollos de pianola, discos de pizarra, discos de vinilo y cintas magnéticas y concluye con el sonido de los discos compactos.