¿Peligro de extinción? La burbuja de los influencers podría explotar en cualquier momento

Si abrimos nuestras cuentas de Instagram o Youtube es posible que aparezcan en nuestro muro una media de…. mmmm ¿tropecientos influencers?

Peluquería, manicura, estilismo, sombra aquí y sombra allá. Ya sabéis, los influencers son un mundo muy variado, tanto que incluso algunos de ellos nos dicen qué deberíamos comer o dónde deberíamos ir por nuestra luna de miel. Los influencers se han convertido en una técnica de marketing en sí misma, las marcas se rifan las caras más conocidas para anunciar sus productos y, no nos engañemos, funciona.

Pero ¿cuándo terminará este boom? ¿Estamos tensando demasiado la cuerda? La agencia Best ha realizado el informe ¿Influencers en peligro de extinción?. Manual de supervivencia del ecosistema del influencer marketing en el que analiza la situación actual en la que se encuentra este mundo de glamour y consumismo «instagramer».

El peligro acecha

El mundo influencer está rodeado de una serie de peligros que, agazapados en la sombra, acechan y amenazan esta especie de ecosistema virtual. Uno de los más importantes, según el informe de Best, son los sobrecostes. Si viéramos las cuentas bancarias de los influencers (como la propia palabra indica) más influyentes, nos caeríamos redondos y es que en un mercado de oferta y demanda siempre gana el mejor postor. Para acabar con esta burbuja debemos buscar nuevas formas de colaboración que permitan maximizar la eficacia de las acciones a la vez que reducimos los costes y convertimos el negocio en un espacio más sostenible.

Los falsos infuencers también están haciendo mucho daño al mercado. Y es que amigos y amigas, no todos podemos ser Dulceida, lo sentimos. El verdadero problema de estos farsantes no es solo la pérdida de dinero que causan a la marca que los contrate (que también) sino, a rasgos más generales, la degradación de la especie. Oye que los influencers también tienen su corazoncito y su reputación. Por eso, tal y como recomienda Best en su informe, la mejor opción es contactar con ellos de forma directa, sin intermediarios.

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Instagram Marta Lozano

Por último, y no por ello menos importante, Best pone sobre la mesa la mala elección de entornos digitales, un problema que afecta y mucho al mundo de la publicidad en internet. Facebook no es el mejor lugar para entablar una relación con el consumidor, algo que sí ha sabido integrar Instagram. Es aquí donde marcas, influencers y usuarios conviven de forma apacible envueltos en una especie de burbuja de felicidad y perfección. Tal y como recoge Best, 9 de cada 10 agencias han puesto sus ojos en Instagram,
que ha visto crecer las campañas de influencia en un 39% y ha situado sus stories como una de las grandes promesas de 2019.

Echarle demasiada cara no es bueno

Si los influencers quieren conservar esta burbuja que se ha creado a su alrededor, es importante que aprendan a ser comedidos. ¿Qué queremos decir con esto? La agencia Best lo ilustra con un ejemplo muy claro en el que un influencer gastronómico le «sugería» al chef David Muñoz que le invitase a comer gratis a su restaurante (3 estrellas Michelín) a cambio de un feedback positivo en redes sociales. La respuesta, que obviamente fue negativa, genera una reflexión para algunas empresas que no beneficia en nada a los influencers.

Tal y como se recoge en el estudio, la cadena de hoteles Marriott analiza muy de cerca a todo aquel que se pone en contacto con ellos en calidad de influencer o storyteller, dejando fuera a un gran grupo que no supera una serie de requisitos. Ante esta situación, ¿qué se puede hacer para perpetuar la especie?

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Instagram Marc Forne

4 claves

En su informe Best aporta 4 claves que toda marca o empresa debería tener en cuenta a la hora de realizar colaboraciones o trabajos con influencers.

  • Colaboración: Los influencers no son una herramienta tecnológica, ni un instrumento. Son personas, y además, son profesionales igual que nosotros que hacen su trabajo. Por eso, cuando planteamos estrategias con influencers debemos hacerlo desde el punto de vista colaborativo y receptivo. Al mismo tiempo, ellos deben tener claro que su trabajo tiene que aportar un beneficio a la marca y que no siempre se puede comer y vestir gratis porque sí.
  • Valores: Ser influencer no implica estar vacío y los followers piden a gritos una serie de valores que se asocien a las figuras y, en consecuencia, a las marcas. Esto eliminaría muchos riesgos para la reputación, esa cosa tan abstracta y tan difícil de construir que puede desaparecer en tan solo un segundo.
  • Objetivos: Es importante que las marcas utilicen a los influencers con un fin, es decir, emplear su figura sin ton ni son no es en absoluto beneficioso para esta especie de criaturitas digitales. Atraer determinados publicos, asociar ideas y productos… cualquier objetivo es válido pero, por favor, que sea tangible.
  • Microinfluencia: Está claro que no todas las marcas pueden pagar el caché de Lovely Pepa o Marta Lozano pero, para estos casos de presupuesto más reducido, existen alternativas. Los microinfluencers son usuarios que tienen un alcance más reducido (normalmente, entre 500 y 10.000 followers en sus perfiles), pero que a cambio cuentan con una gran credibilidad en torno a una temática muy concreta. Decantarnos por ellos puede ser, en ciertas ocasiones, un acierto. No nos dejemos llevar siempre por el glamour y los focos y entendamos lo que realmente necesita una marca.
Imagen destacada: @dulceida

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