La Real Academia Española (RAE) acaba de hacer una actualización que el sector de la ciberseguridad llevaba mucho tiempo reclamando. En concreto, todos los profesionales que se dedican a investigar, descubrir y paliar fallos de seguridad informática. Hasta ahora, la palabra hacker tenía un sentido peyorativo en según el diccionario de la RAE, que recogía una definición de hacker tan sencilla como poco acertada: »Pirata informático». Por ello, las personas con grandes conocimientos en el área de la tecnología que en realidad se dedican a protegernos contra los ataques de los ciberdelincuentes pedían una adaptación.
la vigesimotercera edición de su Diccionario de la Lengua Española (DLE), ha incluido una segunda acepción para el término: »Persona experta en el manejo de computadoras, que se ocupa de la seguridad de los sistemas y de desarrollar técnicas de mejora».
Sin embargo, enuna acepción positiva para la palabra hacker
Así, el organismo regulador del castellano suprime el efecto íntegramente negativo que hasta ahora se atribuía al oficio de hacker. Además, ha hecho otras muchas modificaciones, 3345 en total con respecto a la edición publicada en octubre de 2014.
Por ejemplo, se han incorporado nuevos artículos —como aporofobia, chakra, hummus, posverdad, postureo o vallenato—; supresión de artículos o acepciones ya existentes, o la enmienda total o parcial de algunos artículos, como es el caso de sexo.
Además, desde la RAE han anunciado a la RAE que han emprendido ya las tareas de redacción de la 24.ª edición de su DLE, que tendrá las características fijadas en la planta aprobada por la Comisión Interacadémica del Diccionario en Burgos, en marzo de 2017.
La 24.ª edición del DLE se diferenciará de todas las anteriores y supondrá una profunda renovación, pues el nuevo DLE »será digital desde su misma concepción». Ya no se trata de reconvertir en recurso electrónico lo que ha sido ideado y en parte desarrollado como una obra destinada a ser impresa, sino de crear un auténtico diccionario electrónico, con todas las consecuencias que derivan de ese hecho fundamental.