Investigadores de la Universidad de Michigan han desarrollado una tecnología para ayudar a los médicos a «ver» y mapear el dolor del paciente en tiempo real, a través de gafas especiales de realidad aumentada.
La tecnología se probó en 21 pacientes voluntarios que se sometían a una intervención dental y los investigadores esperan que algún día se pueda aplicar otros tipos de dolor y afecciones.
visualización del cerebro con realidad aumentada
La plataforma de realidad aumentada e inteligencia artificial combina la visualización con datos cerebrales utilizando neuroimágenes para navegar a través del cerebro de un paciente mientras se somete a una intervención.
Para estos especialistas es muy difícil medir el dolor, incluida su expectativa y la ansiedad asociada. En este momento, cuentan con un sistema de calificación de 1 a 10, pero eso dista mucho de ser una medición objetiva y confiable.
En el estudio, los investigadores desencadenaron el dolor mediante la administración de frío a los dientes. Utilizaron los datos sobre el dolor registrados en el cerebro para desarrollar algoritmos que, cuando se combinan con el software nuevo y el hardware de neuroimagen, predijeron el dolor o la ausencia de este, aproximadamente con un 70% de precisión.
Los participantes usaron un gorro equipado con un sensor que detectó cambios en el flujo sanguíneo y la oxigenación, lo que mide la actividad cerebral y las respuestas al dolor. Esa información fue transmitida a una computadora e interpretada.
puntos rojos y azules
Usando gafas especiales de realidad aumentada (en este caso, las HoloLens de Microsoft), los investigadores observaron la actividad cerebral del sujeto en tiempo real en una plantilla reconstruida del cerebro.
Los puntos rojos y azules en la imagen obtenida indican la ubicación y el nivel de actividad cerebral, y esta «huella del dolor» se mostraba en la pantalla de realidad aumentada. Cuantos más casos aprenda a leer el algoritmo, más precisa será la evaluación del dolor.
Faltan años para un uso generalizado en un entorno clínico, pero el estudio es un buen primer paso para los pacientes dentales, dijo Alex DaSilva, profesor asociado de la Escuela de Odontología de la U-M y director del Laboratorio de Dolor de cabeza y dolor orofacial.