Un buen día te levantas de la cama y te ves especialmente guapo, así que decides compartir tu maravilloso rostro con esa orda de seguidores que, según tu criterio, están deseando que realices una nueva publicación en Instagram.
Los pasos a seguir para compartir tu belleza en la red son sencillos. En primer lugar, seleccionar la cámara delantera de tu móvil para, antes de hacer click, asegurarte de que tienes el pelo bien colocado y no se te ve ni una sola impureza en la piel. Buscas la mejor luz y giras la cabeza casi como la niña del exorcista hasta que encuentras la pose perfecta.
Una vez terminado esta especie de ritual, presionas el botón de tu cámara y tachán, ya tenemos el selfie perfecto. Dejarlo en la galería de tu móvil sin que nadie pueda apreciarlo no es el objetivo real con el que sacaste la fotografía así que decides postearlo en tu perfil de Instagram creyendo (iluso de ti) que a todo el mundo le encantará. Pero la realidad, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Washington, es que tus seguidores perciben una serie de atributos negativos de tu persona, especialmente si el muro de tu red social está plagado de selfies.
¿Eres un looser en instagram?
Tal y como arrojan los resultados del estudio, publicado en Journal Research in Personality, postear una cantidad ingente de selfies en nuestra cuenta de Instagram puede hacernos parecer unos auténticos fracasados a ojos de nuestros seguidores. Para llegar a esta conclusión, los investigadores contaron con la participación de estudiantes universitarios que desempeñaron distintos papeles.
Durante una primera fase, se le pidió a 30 estudiantes que completasen un test de personalidad y que pusieran a disposición de los investigadores sus 30 publicaciones de Instagram más recientes. El objetivo de todo esto era que los participantes de la segunda fase del experimento calificasen los distintos perfiles con 13 atributos teniendo en cuenta las fotografías a las que se les dio acceso.
A ojos del segundo grupo, aquellos perfiles que contaban con un mayor número de selfies escondían detrás a personas inseguras, solitarias y poco aventureras. Sus cuentas de Instagram recibieron, en su mayoría, atributos negativos que se alejan mucho del objetivo con el que todos subimos nuestras caritas a la red (seamos realistas, nos gustan los likes).
Uno de los aspectos más curiosos que se extraen de este estudio es que aquellos participantes que fueron calificados como unos perdedores por el segundo grupo son más activos en redes sociales y cuentan con un mayor número de seguidores que aquellos que se decantan por las fotos en grupo, los paisajes y demás parafernalia.
No todos ven lo que queremos que vean
Para los investigadores, la autopercepción en redes sociales dista mucho de la imagen que adoptan los demás sobre nosotros. Aunque nos creamos auténticas superestrellas por lo bien que ha quedado nuestro último selfie, es posible que nuestros seguidores nos vean como unos seres solitarios que pasan horas y horas frente a la pantalla de su móvil.
Tal y como asegura en un comunicado Chris Barry, profesor de psicología en la Universidad de Washington y uno de los autores del estudio, las publicaciones que realizamos en redes sociales no tienen por qué ser claros indicativos de la personalidad del usuario. Sin embargo, sí pueden arrojar indicios sobre cómo nos ven los demás.