Actualmente nos enfrentamos a una auténtica emergencia climática, en palabras de Sandra Magro Ruiz, miembro de Creando Redes, la primera empresa de Restauración Ecológica de España.
la Universidad Complutense, Doctora en Ecologi?a, Conservacio?n y Restauracio?n de Ecosistemas por la Universidad de Alcala? de Henares y Experta Universitaria en Gestio?n de proyectos por la UNED, Sandra Magro es una de las voces más expertas en lo que a medioambiente y ecología se refiere. También forma parte de la plataforma de expertos Bio?loga por Los 100 de Cotec, impulsada por la Fundación COTEC, en concreto se integra en el ODS número 15, dedicado a la vida de ecosistemas terrestres. Hablamos con ella de esta cuestión así como de cambio climático y ciudades sostenibles, dos asuntos que marcarán nuestro futuro e, inevitablemente, están condicionando nuestro presente.
conciencia ecológica
– Los procesos industriales tienen un papel protagonista en la explotación y la destrucción del medio ambiente. En su opinión, ¿existe una concienciación real en las distintas industrias sobre la importancia de aplicar procesos de producción sostenibles?
La verdad es que la concienciación casi nunca es de la industria, es de las personas que están detrás de las marcas. De los consejeros, presidentes, directores o técnicos que están convencidos de que ese es el camino. En este sentido, cada vez vemos más empresas conscientes de sus impactos y que buscan maneras alternativas, más eficientes, de corregirlos o compensarlos. Esta “conciencia ambiental” no es propia de un solo sector y desgraciadamente no es algo generalizado aún.
-El informe de la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos (IPBES) aseguró hace poco que 1 millón de especies animales y vegetales están en peligro de extinción. ¿Es la destrucción de ecosistemas el principal problema al que se enfrentan la flora y la fauna? ¿Qué podemos hacer para frenar esta desaparición acelerada y alarmante?
Sí, desde luego que la principal amenaza para la biodiversidad es el cambio de uso del suelo que hace que desaparezcan los hábitats. Más allá de esto, el escenario de emergencia climática funciona como un amplificador de las consecuencias de esta pérdida de hábitat.
Frenar la pérdida de hábitat requiere, primero, que tomemos conciencia de que esto está pasando y de cómo esta pérdida está relacionada con lo que consumimos. A partir de aquí, cada ente social (empresas, administraciones, consumidores…) puede llevar a cabo acciones específicas.
En el caso de las empresas estas acciones tienen que ver con conocer muy bien los impactos que generan, tanto la propia organización como la cadena de suministros, y tomar decisiones sobre cómo reducir, corregir y compensar estos impactos.
En las administraciones, la visión debe partir más desde conocer el valor del capital natural (los recursos naturales) que hay en un territorio y cómo llevar a cabo una planificación estratégica que asegure la conservación de la biodiversidad y un desarrollo compatible con que las especies se mantengan a largo plazo.
Para los consumidores, estar informados es el primer paso y luego exigir que exista una transparencia de las empresas en temas ambientales y sociales, de modo que podamos consumir sabiendo qué consecuencias tienen nuestras elecciones sobre la degradación de los ecosistemas.
¿CAMBIO CLIMÁTICO O EMERGENCIA GLOBAL?
-El cambio climático es una realidad que llevamos varias décadas experimentando pero que realmente desconocemos en la inmensidad de su significado. ¿A qué nos enfrentamos realmente? ¿Qué expectativas hay de aquí a cincuenta años?
Hace poco el periódico The Guardian publicaba un artículo donde decían que es importante llamar a las cosas por su nombre. Ya no deberíamos hablar de cambio climático, sino de emergencia climática.
Es un tema muy grave y no es cierto que no conocemos la dimensión. Sí la conocemos, los efectos son globales, deslocalizados. Sabemos que hay variaciones en el clima que se van a producir con una alta probabilidad, lo que no sabemos es exactamente cuándo ni exactamente con qué intensidad. Hay una incertidumbre grande pero eso no es lo mismo que no saber qué es lo que va a pasar.
Los efectos de este escenario de emergencia climática son múltiples y complejos pero, por ejemplo, uno que está muy contrastado es el aumento de la temperatura global o la recurrencia de eventos extremos. El cambio en estas dos variables ambientales tiene efectos sobre la economía (aumento de la demanda energética) y sobre la salud (olas de calor que provocan muertes), además de que se generan efectos de retroalimentación: si aumenta la temperatura, aumenta el consumo de energía, aumentan las emisiones de C02, aumenta el efecto invernadero y aumenta aún más la temperatura.
Como decía antes, el cambio climático agrava la degradación de los ecosistemas y provoca una ola de movimientos migratorios. Los problemas ambientales, se transforman en problemas económicos, sociales y políticos.
«El cambio climático agrava la degradación de los ecosistemas y provoca una ola de movimientos migratorios»
-¿Cree que los sucesivos gobiernos nacionales se están tomando en serio el desafío que nos plantea el cambio climático? ¿Se han tomado medidas para comenzar la transición ecológica? ¿Qué es lo más importante que queda por hacer?
Creo que aún no se lo están tomando suficientemente en serio. Tampoco estoy segura de que haya una hoja de ruta clara y una visión concreta de hacia dónde queremos ir. Crear un ministerio de transición ecológica es un paso, de eso no hay duda, pero creo que tenemos que movernos ágilmente para empezar a tomar decisiones más específicas.
En mi opinión, lo más urgente es empezar a analizar en profundidad el modelo productivo de nuestro país y ver donde hay que hacer transformaciones significativas, no sólo desde una visión punitiva (el que la hace la paga) sino también a través de incentivos. En paralelo, definir un esquema serio de pago por servicios ambientales, que incentive la conservación y restauración del territorio, por ejemplo. La verdad es que hay miles de cosas por hacer.
RestauraCIÓN DE ECOSISTEMAS
-¿Qué es Creando Redes?
Creando Redes es una consultora especializada en restauración de ecosistemas desde donde ayudamos a empresas y administraciones públicas a transformar la manera en la que nos relacionamos con nuestro entorno.
Trabajamos en valoración de los bienes y servicios que proporcionan los ecosistemas, analizamos las amenazas (impactos de empresas, degradación por uso público, por desastres naturales) y diseñamos soluciones de restauración y conservación. Estas soluciones van desde herramientas tecnológicas que mejoren la evaluación de riesgos ambientales para inversores, hasta planes de gestión de la biodiversidad para ayuntamientos o proyectos de restauración muy concretos como la recuperación de praderas en un parque nacional.
-En Creando Redes existe un espacio dedicado a la formación, tanto presencial como online, en lo que a materia ecológica se refiere. ¿Qué papel juega la educación en el freno del cambio climático? ¿Son las nuevas generaciones el motor para disminuir el acelerado avance de esta problemática?
Para nosotros la transferencia de conocimiento a la sociedad es la parte más importante de nuestro trabajo. Si no conocemos, no valoramos y si no valoramos no cuidamos. Es imposible que alguien cambie su manera de hacer las cosas si no comprende qué es lo que hace mal y qué puede hacer mejor. Así que sí, educarnos en la ecología es básico.
En este sentido las nuevas generaciones en tanto que futuros pobladores de este planeta, son fundamentales. Pero también lo son los que ya están aquí y aún tienen tiempo de vida por delante. Los que están en los puestos de decisión y pueden generar cambios significativos. Para estos últimos, la educación en ecología es especialmente útil. Para los que vienen, creo que es más necesario formarles en la creatividad. Van a hacer falta grandes dosis para transformar las dificultades ambientales en oportunidades. Por eso también damos mucha formación en eco-emprendimiento, vamos allí donde nos llaman para hablar de lo que hacemos para intentar animar a otros a que generen soluciones para el bien común.
CAMINANDO HACIA Ciudades sostenibles
-Naciones Unidas asegura que en el año 2050 el 80% de la población vivirá en ciudades. ¿Cómo podemos conseguir ciudades sostenibles?
Pues de primeras trabajando juntos. Creo que la planificación urbana debe integrar la visión ecológica cuanto antes. No tiene mucho sentido que construyamos ciudades, cargándonos todos los elementos naturales y luego tratemos de reponerlos como si fuera tan fácil como colocar pegatinas verdes. La naturaleza hace mucho por la ciudad, puede permitir ahorrar mucha energía.
Diseñar la ciudad con visión ecológica implica respetar y diseñar corredores ecológicos para la biodiversidad, identificar los servicios ecosistémicos que son clave en la ciudad (el confort climático, la gestión de pluviales…) y emplear las soluciones basadas en la naturaleza que ya están disponibles para gestionar estos procesos ecológicos. Planificar los barrios optimizando la movilidad, haciéndonos menos dependientes de los vehículos. Además, me parece clave que la ciudad se integre con el entorno natural. Que no exista un entorno periurbano degradado y disfuncional.
Pero como comentaba antes, lo fundamental es que el modelo de consumo urbano no sea salvaje. Ahora mismo las ciudades funcionan como sumideros de recursos y fuentes de desechos. Hay que invertir esta tendencia y conseguir un metabolismo urbano mucho más eficiente. Más circular.
«La naturaleza hace mucho por la ciudad, puede permitir ahorrar mucha energía»
-En Creando Redes hablan de ciudades resilientes, es decir, flexibles y capaces de adaptarse a los cambios, desastres naturales entre ellos. ¿Ha habido, hasta el momento, una concepción errónea de los entornos urbanos, devastados cada vez que aparece un desastre natural? ¿Qué pasos debemos dar para alcanzar esa resiliencia?
La concepción actual de la ciudad es que sean espacios muy impermeables a todo tipo de flujos de energía, materia y biológicos también. Las urbes están llenas de superficies selladas donde el agua, por ejemplo, no puede penetrar. Los elementos naturales que, por casualidad quedan dentro de la ciudad, por ejemplo los ríos, quedan absolutamente encajados sin posibilidad de movimiento. Los ríos, que deberían funcionar con vías naturales de evacuación de lluvias, no pueden disipar energía si están encajados entre paredes de hormigón. Permeabilizar la ciudad es uno de los factores clave para la resiliencia. Este es el concepto de subyace a las ciudades esponja.
-Para terminar, ¿qué papel jugará la transición ecológica en la lucha contra el cambio climático y la construcción de espacios sostenibles?
Creo que la transición ecológica tiene una importante misión a la hora de mitigar los efectos negativos de la emergencia climática, en tanto que está muy orientada a generar una energía descarbonizada, independizada de los combustibles fósiles. Pero también creo que tiene un papel muy importante en generar un desarrollo compatible con los ecosistemas, que promueva la conservación y la restauración de la biodiversidad. Esto tiene que ver más con medidas de adaptación.
Si conseguimos generar espacios sostenibles será más como consecuencia de que nos hemos enterado de cómo funciona la naturaleza y hemos sido capaces de integrar este funcionamiento en nuestro modo de producir y vivir.