Para Tom Carter, el sentido del tacto es fundamental. Ofrece información más rápido que la vista o el oído y nos permite interactuar con nuestro entorno. Por eso, cuando en 2011 comenzó a tener acceso a dispositivos de control touchless, notó que faltaba algo. La experiencia estaba incompleta. Y de ahí nació la idea de Ultrahaptics, una empresa que desarrolla “tacto virtual”.
El trabajo desarrollado en Ultrahaptics le ha valido para figurar en la lista de los Innovators Under 35 Europe 2018 de la publicación ‘MIT Technology Review’. Su tecnología promete multitud de aplicaciones que pueden revolucionar la experiencia de usuario en diferentes sectores, desde la seguridad hasta el ámbito laboral.
– Empecemos por el principio. ¿Podrías contarnos en qué consiste Ultrahaptics?
En Ultrahaptics creamos un tecnología que permite sentir cosas en el aire sin tocar realmente nada. Para conseguirlo, usamos ondas sonoras que vibran en contacto con la piel, creando una sensación de contacto con objetos virtuales. Sirve para crear retroalimentación táctil, usar controles mediante gestos o simplemente para crear la sensación de tocar objetos virtuales.
– ¿De dónde surgió esta idea?
Fue mientras estudiaba en la Universidad de Bristol. Se había lanzado Microsoft Kinect y era la primera vez que podíamos manejar un ordenador sin tener que tocarlo. La gente jugaba a juegos de pie, moviéndose alrededor de la habitación y haciendo gestos. Pero cada vez que se dirigían al menú en la pantalla era muy difícil interactuar. Y era porque realmente no se podía sentir nada. Solo movían las manos frente a una cámara. Entonces me vino a la mente la idea de volver a incorporar el tacto en estos dispositivos touchless, en beneficio de los controles gestuales. Para volver a sentir que tienes el control en lo que estás haciendo.
– Y lo conseguiste. ¿Cómo funciona esta tecnología?
Contamos con varios altavoces pequeños que emiten ondas sonoras. Los activamos de forma que todas las ondas, emitidas en diferentes momentos, lleguen al mismo lugar al mismo tiempo, generando un punto muy concreto de alta frecuencia. Este presiona levemente la piel y es ahí cuando se percibe la vibración. La sensación es la de estar tocando algo con la mano.
Podemos cambiar la frecuencia de las vibraciones o pausarlas y volverlas a activar para cambiar las sensaciones que produce. Por ejemplo, podemos dar la impresión de movimiento o de cambio. Cambiar su textura y hacerla más o menos lisa. También podemos generar un punto, una línea o un objeto en tres dimensiones.
Con la realidad aumentada no serán necesarios tantos monitores y trabajar con contenido será, además, mucho más práctico, porque permitirá visualizar los objetos como son realmente.
– De forma que todo tiene que ver con el tacto. ¿Podrías decirnos qué lo hace tan importante, en relación con los otros cuatro sentidos?
El tacto es importante porque normalmente procesamos la información que nos da más rápido que la del oído o la vista. Otro de los motivos que lo hacen tan importante es que, en un entorno en tres dimensiones, cuando alargamos la mano para coger algo vemos tanto el objeto como nuestra propia mano. Pero cuando está ya muy cerca, debido a la perspectiva, ya no podemos calcular bien la distancia con la vista. En ese 5% restante pasamos a confiar en el sentido del tacto.
– Recientemente habéis realizado un estudio junto a la Universidad de Nottingham que señala que con la tecnología táctil se podría mejorar la seguridad de la conducción hasta un 25%. ¿Qué papel juega el tacto en este sentido?
Imagina que estás conduciendo un coche y quieres manejar algún mando. Si puedes confiar plenamente en el tacto no es necesario tener que sumarle también la vista, un sentido que funciona de forma más lenta y nos lleva a desviar la mirada de la carretera. Esta tecnología aplicada a la conducción reduce el tiempo que se aleja la visión de la carretera hasta un 25%. Puede suponer un gran beneficio para la seguridad.
– ¿Podría tener también soluciones prácticas en el campo de la medicina, por ejemplo?
No trabajamos mucho en el campo de la medicina por el momento. Pero el beneficio principal que puede tener esta tecnología es, básicamente, la de permitir no tener que tocar nada. En un hospital, por ejemplo, se pueden contagiar muchos gérmenes en los ascensores, ya que todo el mundo toca los botones. Al convertirlos en touchless podemos conseguir reducir este comportamiento y el número de enfermedades que se expanden de esta manera.
– Supongo que el campo en el que más se está innovando es en el de juegos y realidad virtual.
Creo que en el mundo del entretenimiento todas las mejoras llevan a hacer las experiencias más reales. Si echas un vistazo a tu alrededor en un mundo virtual, puedes notar como todo suena real y parece real, pero sabes que no lo es. Para completar la inmersión en estas experiencias hay que traer de vuelta el sentido del tacto. Cuando permites a la gente tocar algo es cuando realmente se lo creen.
Implica ir un paso más allá en la inmersión y entrar en otro nivel. Esto puede notarse, por ejemplo, en las experiencias de terror. Ahí es donde puede usarse la tecnología táctil para hacer las cosas más terroríficas (ríe).
– En tu opinión, ¿qué aplicación te parece la más prometedora?
Yo creo que a corto plazo el cambio más grande se verá en el campo del entretenimiento, en cines, parques temáticos… Podemos hacer las experiencias más reales y mejorar muchísimo la interacción con el público.
Sin embargo, también vemos mucho potencial en el mundo de la empresa y la tecnología para el trabajo. Sobre todo para cuando se introduzca la realidad aumentada: con esta tecnología no serán necesarios tantos monitores y trabajar con contenido será, además, mucho más práctico, porque permitirá visualizar los objetos como son realmente. Podremos manipularlos, moverlos, observar todas sus características. Permite interactuar con ellos de forma mucho más productiva. Creo que va a suponer un cambio muy revolucionario en la forma en la que trabajamos y visualizamos los datos.
– Para una empresa como Ultrahaptics, ¿qué supone recibir el premio del MIT Technology Review?
Es un gran honor. Siempre es fantástico que se reconozca tu trabajo. Además, es importante para nosotros que el MIT reconozca el impacto que está teniendo esta tecnología.
– ¿Ves un futuro de tecnología táctil?
Absolutamente. La tecnología táctil ha existido durante mucho tiempo. Siempre hemos podido tocar los objetos y con la tecnología visual esto se está reduciendo, pero necesitamos tener algún tipo de retroalimentación.
Ahora se plantea de otra forma: el papel del tacto es dar información. Implantar este nuevo planteamiento en la tecnología visual supone una gran evolución. Creo que en el futuro va a ser muy valioso.
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Imágenes | Ultrahaptics