Que la vida en las aulas ha cambiado a raíz de la digitalización de nuestra sociedad es una evidencia que requiere de la reflexión de toda la comunidad educativa. En este nuevo contexto, el papel del profesorado está transformándose pues los alumnos llegan al aula con conocimientos sobre las materias antes de que estos sean impartidos. Así lo demuestra una nueva investigación de la Universidad Complutense de Madrid, que concluye que Google es la primera fuente de información científica que consultan los adolescentes, no los profesores.
YouTube como fuentes de información científica. En las redes sociales, uno de cada cuatro estudiantes afirma que ha adquirido conocimiento científico a través de ellas, a pesar de que su uso está asociado a un menor tiempo dedicado a la ciencia y a la cultura.
A Google (66,5%) y a los profesores (57,7%) les sigue la televisión y“Esto confirma claramente que el paradigma de adquisición de información está cambiando y se debe tener en cuenta para todas las decisiones que impliquen la transmisión de la ciencia y la cultura”, destaca José Antonio López Moreno del departamento de Psicobiología y Metodología en las Ciencias del Comportamiento de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en declaraciones a SINC.
Estos alumnos muestran, además, un nivel alto en conocimientos de ciencia básica frente a la media europea. Sin embargo, destaca el alto porcentaje de alumnos que no conoce a ningún investigador español: el 77%. El científico más conocido es Albert Einstein, seguido de Marie Curie e Isaac Newton, resultados que concuerdan con los resultados de otros estudios internacionales.
Google sí, bibliotecas no
“Un aspecto relativamente preocupante del estudio es que el 30% de los estudiantes de la ESO nunca han ido a una biblioteca y que uno de cada cuatro alumnos de ESO declara no haber realizado nunca alguna actividad relacionada con la ciencia y la cultura en su tiempo libre”, dice el investigador.
Varias cuestiones versaron sobre los estereotipos de los científicos. La mayoría concibe en su imaginario al científico como una persona “mayor, con gafas, inteligente y poco mentirosa”. Para la gran mayoría de los alumnos, un científico podría ser presidente del Gobierno de España, pero lo que más claro tienen, más del 90%, es que esta profesión es menos querida que la de futbolista.
Estos resultados se extraen del proyecto “Evaluación digital de la Cultura Científica en ESO”, cofinanciado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y la Universidad Camilo José Cela, y en el que han participado 4.730 alumnos de ESO de la Comunidad de Madrid matriculados en centros públicos, privados y concertados.
ciencia en youtube
El youtuber y divulgador científico, José Luis Crespo, explica a Nobbot cuál puede ser el éxito de internet para la difusión de la Ciencia. «En el caso concreto de la Física, y posiblemente de las Matemáticas, creo que un problema que hay en el sistema educativo es que a veces se exige un nivel de tecnicismo más alto del que realmente sería lo óptimo. Por ejemplo, en mi caso en 3º y 4º de la ESO teníamos una asignatura que era Física y Química, donde empezamos a hacer cosas de formulación o calcular un plano inclinado. Si ahora me pongo en los zapatos de alguien que quiere estudiar Derecho, me doy cuenta de que son cosas que no va a tocar en su vida. Son personas que sufren especialmente, porque estudiar Física y Matemáticas puede ser muy complicado si no se entiende bien qué se está haciendo», apunta.
«Si se pregunta en la puerta de una escuela a los alumnos de Bachillerato el fin de las leyes de Newton -añade-, apuesto mis dos brazos a que ni la mitad las entienden. En ese sentido, creo que hay que apostar más por un aprendizaje conceptual. Y en lugar de aprender cómo se calcula un plano inclinado, sería más útil entender las leyes de Newton, que al fin y al cabo explican cómo funciona el movimiento.»