En la guerra de Ucrania, la biometría y el reconocimiento facial también juegan un papel crucial. Así lo ha revelado el Ministro de Transformación Digital del gobierno de Kiev, Mykhailo Fedorov, en una entrevista con ‘Techcrunch’. Señaló que la tecnología producida por la empresa estadounidense Clearview AI se utiliza para identificar a los soldados rusos, a menudo, indocumentados. Un hecho confirmado a la agencia ‘Reuters’ por el director general de la compañía, Hoan Ton-Hat. La organización habría almacenado dos millones de fotos de Vkontakte, el ‘Facebook’ ruso.
En un vídeo publicado por un grupo de activistas patrocinado por el gobierno ucraniano, se puede apreciar cómo Clearview AI es usada para identificar a los soldados e informar de su muerte a las familias. Según la ‘BBC’, la misma empresa habría confirmado que el gobierno ucraniano emplea su tecnología también en los puntos de control para identificar a los sospechosos.
La difusión del reconocimiento facial en la guerra ha alarmado a varios expertos. Por ejemplo, el uso de esta tecnología por parte del gobierno ucraniano ha sido muy criticado por la ONG Privacy International. Según esta, “las empresas de vigilancia están explotando la guerra” y así intentan “limpiar su imagen”. El punto más crítico es la práctica de escanear la red en busca de imágenes de los perfiles de los usuarios. Esto ha provocado reacciones y sanciones por parte de diversas autoridades nacionales, como en Francia, Italia y Reino Unido.
En particular, las autoridades italianas multaron a ClearView con 20 millones de euros, además de prohibirle la recopilación de fotos de italianos e imponer la eliminación de las imágenes ya almacenadas. Según la acusación, la compañía “no solo recopila imágenes para hacerlas accesibles a sus clientes, sino que las procesa mediante web scraping, a través de un algoritmo propietario de matching facial, con el fin de brindar un servicio de búsqueda biométrica muy cualificado”.
Reconocimiento facial para refugiados
Otro posible y controvertido campo de aplicación del reconocimiento facial relacionado con la guerra en Ucrania es el de la identificación de personas migrantes y refugiadas. En junio, se estimó que los refugiados ucranianos registrados en toda Europa eran 4,8 millones. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) expuso su intención de recopilar datos biométricos de las personas acogidas para gestionar las transferencias de dinero y recursos de una forma más funcional. La colección de información se extendería a todos los miembros de las familias, incluidos niños.
Lo cierto es que, como informa el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, las tecnologías biométricas han desempeñado un papel central en la gestión de los refugiados. Aunque es un arma de doble filo dependiendo de cómo y para qué se utilice. Lo que es más preocupante es el uso de estas tecnologías por parte de Rusia.
A principios de 2017, la ciudad de Moscú anunció la instalación de un sistema de cámaras en el interior del metro. Después, en 2020, se amplió a toda la localidad. Tras las protestas contra la guerra del pasado 12 de junio, según la ONG OVD-info, 67 personas fueron detenidas. 43 de ellas, a través del sistema de reconocimiento facial.
Un artículo publicado por Roskomsvoboda, un grupo de activistas rusos que luchan por la libertad de expresión, cuenta la historia del programador y activista Pavel. Tras expresar su opinión contraria a la guerra en Vkontakte, a los pocos días fue identificado en el metro gracias al sistema de reconocimiento facial. Fue arrestado y detenido por la policía y acusado de desacreditar el honor de las fuerzas armadas.
Un negocio en auge
Algunos detalles adicionales sobre el sistema utilizado en Moscú surgieron en agosto, cuando la ‘BBC’ reveló las cuatro tecnologías empleadas. Todas son de empresas rusas: NtechLab, Tevian FaceSDK, VisionLabs Luna Platform y Kipod. El sistema de reconocimiento facial de Kipod ya fue empleado por las autoridades bielorrusas para identificar a los participantes en las protestas contra el presidente Lukashenko en 2020 en Minsk.
Esto, como señala Human Rights Watch, es solo una pequeña pieza de un cuadro más grande. De hecho, en Rusia existe una base de datos biométrica centralizada llamada UBS que realiza un seguimiento de toda la información de los ciudadanos. En principio, se desarrolló como una aplicación bancaria para que los usuarios pudieran acceder a sus cuentas a través de datos biométricos. Sin embargo, en diciembre de 2017, una ley del parlamento ruso dio permiso a los servicios secretos a acceder a esta base de datos sin necesidad de autorización.
A pesar de las sanciones internacionales, la industria rusa de vigilancia y reconocimiento facial parece estar prosperando sin dificultad. Por ejemplo, según una investigación de ‘Business Insider’, la compañía NTech Lab no puede ser sancionada. Esta empresa, aunque se beneficia del dinero de los fondos de inversión estatales rusos, es administrada de forma privada por empresarios que no ocupan cargos en el gobierno.
De esta manera, puede exportar con libertad su tecnología FindFace a muchos países. En particular, de Asia y América Central. Según los datos revisados ??por ‘Business Insider’, varias grandes empresas estadounidenses, también estarían entre sus clientes o entre los que habían probado su tecnología. Al menos, hasta hace poco. En la guerra siempre hay saltos tecnológicos. Puede que en esta ocasión sea el turno del reconocimiento facial.
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