Las grandes crisis atizan el deseo de saber qué nos deparará el mañana, y la actual pandemia no ha sido la excepción. Por todos los medios recibimos una avalancha de predicciones sobre el futuro y conjeturas que van de lo apocalíptico a lo utópico sin que sepamos a cuál creer.
Historia del futuro. Utopías y distopías después de la pandemia«, el sociólogo y profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, Pablo Francescutti intenta dar respuesta a esos interrogantes mediante un repaso de las técnicas empleadas para conocer el mañana, desde la astrología y las profecías de los antiguos a los escenarios, los paneles Delphi y las simulaciones informáticas de los modernos.
Al mismo tiempo, nos preguntamos si realmente se puede anticipar el futuro, y, de poderse, ¿cómo diferenciar las previsiones rigurosas de las falaces? En su nuevo libro, «La utopía del futuro
El recorrido por la economía, la demografía, la sociología, la ecología y el género utópico muestra cómo esos métodos se han utilizado para avalar políticas determinadas y cómo han influido para que unos futuros se hagan realidad y otros no.
Tal como explica el autor, «nos guste o no, asistimos a una continua “guerra de futuros” librada por colectivos que pugnan por imponer sus perspectivas: la banca y sus expertos siembran el pánico con predicciones catastrofistas sobre la Seguridad Social con el objetivo de empujarnos a suscribir sus planes de pensiones; científicos y ecologistas describen escenarios de horror para que tomemos medidas contra el calentamiento global; la industria informática trata de vendernos sus productos pintando de rosa los futuros digitales. Y en el medio, el ciudadano de a pie que no sabe a quién creer ni qué partido tomar»
A lo largo del itinerario que marca este libro se identifican los sesgos y puntos débiles que hacen fracasar las predicciones, hasta finalizar en la situación actual, definida por una frenética actividad predictiva y por la democratización de la futurología, pues adivinar lo que vendrá ya no es monopolio de ninguna élite.
«Contra los que afirman que el futuro ha muerto, esta obra afirma que nunca antes hubo tantas opciones en el horizonte y concluye defendiendo la capacidad humana para, dentro de ciertos límites, concretar los futuros imaginados, incluso aquellos que se querrían evitar», concluye Pablo Francescutti.