Hombre muerto no sabe vivir es un thriller nacional que cuenta con la participación de Orange y que invita al espectador a descubrir un universo de corrupción que se esconde en la Costa del Sol.
Ezekiel Montes su ópera prima, Hombre muerto no sabe vivir, un thriller nacional que, con crudeza y grandes dosis de violencia, adentra al espectador en la corrupción y el narcotráfico en la Costa del Sol.
“Una historia sobre la lealtad, sobre un mundo que está desapareciendo y sobre nuevas generaciones que vienen pisando fuerte y que son capaces de hacer cualquier cosa por conseguir lo que quieren. Todo ello bajo un punto de vista bastante crudo, salvaje y bruto”, así defineLa historia gira en torno a Tano (Antonio Dechent), un hombre que ha trabajado toda su vida para Manuel (Manuel de Blas), un empresario de la construcción que observa cómo el mundo cambia con el paso de las generaciones. Los ideales son distintos, el motor que alimenta la lealtad entre semejantes se ciñe solo al dinero y el modelo de negocio sobre el que se ha asentado su vida se tambalea.
“La historia que relato en este largometraje no es ajena para mí, he vivido toda esta situación. Me crié en un barrio donde, de alguna forma, todo lo que relato estaba presente”, explica Montes. Hombre muerto no sabe vivir nos acerca, sin prejuicios, a un universo donde valores como la lealtad, el honor y la amistad desempeñan un papel decisivo en las relaciones de los personajes.
Hombre muerto no sabe vivir: una historia de personajes
Hombre muerto no sabe vivir es una película de actores, donde hay respiraciones, miradas y conversaciones más allá de las escenas de acción. Ezekiel Montes ha contado con un elenco de actores andaluces de alto nivel entre los que caben destacar: Antonio Dechent (Solas, Intacto), Rubén Ochandiano (Biutiful, Los brazos rotos), Elena Martínez (Este amor es de otro planeta, Lobo Feroz), Jesús Castro (La isla Mínima, El niño), Paco Tous (La sombra de la Ley, La lista de los deseos)y Nacho Novo (La Celestina, La Ardilla Roja).
Montes escribió el guion con el objetivo de que Antonio Dechent fuese el protagonista, y así ha sido. “Cuando leí el guion me di cuenta de que no había nada que me obligase a salir de mi personalidad o buscar inspiración en otra persona para poder interpretar a Tano. Si este personaje no estaba escrito para mí, lo estaba para alguien que era muy parecido a mí”, dice Antonio Dechent.
Dechent afirma que se siente identificado con su personaje en el cansancio, ya que Tano representa a un hombre que ya ha vivido muchas cosas y que intenta conservar los restos del naufragio preocupándose por el futuro de los jóvenes que llegan con ambición y con ansias de poder a un mundo donde prima la corrupción y la falta de valores.
Lo que destacan todos los actores acerca de sus personajes es lo bien que estaban dibujados y la libertad que Ezekiel Montes les otorgó para que entendiesen qué se esperaba de ellos. “Parte de nuestro trabajo es tratar de comprender lo que ya está escrito y debo de reconocer que sin mucho esfuerzo pude ver el corazón de mi personaje”, explica Rubén Ochandiano.
Dentro de todo este entramado de confesiones, les propusimos a los entrevistados que nos revelarán, si fuesen mafiosos, cómo se llamaría su banda. Elena Martínez no sabría que nombre ponerle, pero lo que sí tiene claro es que ella sería la jefa y que le cambiaría el nombre cada semana. Por su parte, Dechent confiesa que formaría parte de la «Banda de Elena» como sicario y que acataría todas sus órdenes.
Sin embargo, Jesús Castro afirma, en jocosa improvisación, que su banda se llamaría los Farfos Sarmiento porque “los farfolla existen, son un grupo de mafiosos que vienen de una región lejana y el sarmiento es un ingrediente especial que solo tiene esta mafia”.
Un rodaje arriesgado y unos protagonistas que cambian su visión
Desde el punto de vista de la producción y la posproducción, Hombre Muerto no sabe vivir no se lo ha puesto nada fácil al director y a los personajes. “Ha sido una película muy complicada de rodar porque tiene secuencias muy salvajes, tiene acción y momentos dramáticos muy potentes que han conllevado grandes dificultades en todos los sentidos”, explica el director.
Por otro lado, Montes confiesa que los personajes que más esfuerzo la han supuesto a la hora de escribir han sido los que interpretan el papel de malos dentro de la película. Esto se debe a que estos personajes «tienen una personalidad muy compleja y hacen auténticas salvajadas».
Los actores coinciden en que la secuencia que más les ha costado rodar ha sido la que tiene lugar al final de la película en un barco en el que se encuentra todos los protagonistas. Desde su punto vista, esta secuencia fue complicada porque los espectadores tenían que entender la evolución de sus personajes y cómo cambian su mirada por necesidad.
En definitiva, Hombre muerto no sabe vivir es un largometraje lleno de crudeza y de planos secuencia que pocas veces se han visto en el cine español, pero sobre todo es una película de personajes donde cada uno comienza su historia en un punto concreto y, a medida que la trama avanza, todos los hilos convergen en un mismo ovillo de forma natural.