Puede que un titular como el de «hombre reta a un mono a jugar a ‘Pong’ con la mente» parezca más el argumento de una película de serie B que algo serio, pero lo es. De hecho, se trata de un órdago a la ciencia en general. Y, en concreto, la partida entre Nathan Copeland y el mono Pager podría dar alas al programa Neuralink de Elon Musk.
Nathan Copeland sufrió un accidente de tráfico que le dejó tetrapléjico. Debido a sus graves lesiones, a día de hoy no puede caminar ni mover los dedos. Sí ha podido conservar algunos ligeros movimientos, por ejemplo, en uno de sus hombros. El norteamericano se dio a conocer hace seis años en el mundo de la ciencia tras recibir un implante neuronal.
Este modelo antiguo, utilizado en experimentos en la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos), estaba concebido para mover brazos robóticos. Con esta brain-computer interface (BCI) puede manejar un ordenador mediante señales emitidas directamente desde el cerebro. Su conexión al mismo no es mental al cien por cien: también puede controlar un trackpad con pequeños roces de su puño.
Tras algunos ajustes, Copeland está habilitado para utilizar su implante cerebral en casa. Armado con una tableta, ya ha sido capaz de navegar por la web y ha dibujado gatos con una aplicación de ilustración digital. A pesar de tener limitaciones, como no enchufarse directamente a la red eléctrica o cuidarse de virus, también ha podido disfrutar de algún videojuego como el ‘Sonic’ de Sega.
NEURALINK, EL ENTRENADOR GAMER DEL MONO PAGER
Hay que haberse escondido bajo una roca durante los últimos años para no conocer las andanzas de Elon Musk. El a veces excéntrico multimillonario no solo es famoso por Tesla; también por otros proyectos como SpaceX y The Boring Company. Y además de hacer bailar el valor de los bitcoin a base de tuits, también es el principal impulsor de Neuralink.
Lo que propone Neuralink suena, sin duda, a ciencia ficción. De la buena y de la que también da miedo. Su objetivo es «devolver a las personas con parálisis su libertad digital”. Es decir, desarrollar implantes cerebrales avanzados que les permitan conectarse a redes informáticas de forma inalámbrica.
Dentro de los avances que persiguen también se encuentra facilitarles la expresión de su creatividad. Entendida esta como la fotografía y el arte, por supuesto, pero también los videojuegos. Y aquí, sin tener nada que ver con el mítico ‘Donkey Kong’, es cuando entra en escena el mono Pager.
HOMBRE CONTRA MONO, ¿RETO PARA LA CIENCIA O EXPERIMENTO FRÍVOLO?
Hace un par de meses los investigadores del proyecto mostraron unos alucinantes vídeos que dieron la vuelta al mundo a golpe de clic. En ellos, un simpático mono llamado Pager jugaba con su mente a uno de los juegos más clásicos de la historia, ‘Pong’. Esto llamó la atención a Copeland, quien de inmediato se propuso batir al macaco en una partida.
El desafío se lanzó durante un episodio del programa de la radio pública nacional norteamericana ‘Science Friday’. Tras contar Copeland algunas de sus experiencias personales con las interfaces cerebrales, arrojó el guante a la compañía creada por Musk en 2016. La atrevida propuesta no tardó en resonar a través de las redes sociales.
Puede que algunos científicos o los aficionados más serios piensen que esto sea algo frívolo. Quizás no se trate del experimento más adecuado para un avance realista en el campo, pero, sin duda, atraería la atención de los medios. También daría esperanzas en estas interfaces cerebro-máquina a personas que han sufrido parálisis graves. Y probablemente ahí es donde resida el mayor atractivo de la idea.
un Hombre reta a UN mono a JUGAR un pong… ¿y pierde?
En esta partida, el ‘factor cancha’ lo tiene de momento Pager. Hay que tener en cuenta que la interfaz de Copeland fue instalada por un neurocirujano hace seis años. Dos implantes de silicona en su corteza motora le permiten controlar un brazo robótico y mover un cursor. Los otros, en la parte somatosensorial, le permiten ‘sentir’ presión u hormigueo en los dedo, y hasta ‘chocarle’ la mano al ex-presidente Obama.
El primate de Neuralink juega aquí con mucha ventaja tecnológica: su interfaz ‘N1 Link’ es de última generación. En vez de conectar cables a los puertos en su cráneo, Pager transmite sus reacciones cerebrales directamente a través de bluetooth. El implante de Neuralink también registra más neuronas de forma simultánea, unas mil frente a las 160 de Copeland. Eso sí, el ingenio daría posibilidades al competidor humano.
Aunque de momento Neuralink no ha contestado, Copeland asegura que ya está entrenando para la gran ocasión. Listo para el desafío, que se convertiría en la primera “batalla entre especies” librada en ‘Pong’ y casteada a través de Twitch. Son solo unos pequeños impulsos eléctricos que viajan a través de las redes neuronales, pero unos grandes pasos para la humanidad.
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Imágenes | Portada: fotograma de Pager en el vídeo ‘Monkey MindPong’ de Neuralink, vídeo de Nathan Copeland dibujando un gato con BCI, vídeo ‘Monkey MindPong’ de Neuralink, fotograma del saludo entre Barack Obama y Nathan Copeland