Al igual que ocurre en otros campos, la impresión tridimensional está revolucionando el mundo de la moda. Las impresoras en 3D ofrecen auténticos retos a los diseñadores, pues los procesos de creación nada tienen que ver con los métodos convencionales. Sin embargo, les permite crear diseños arriesgados, modernos y futuristas. Aunque algunos profesionales del sector consideran que aún queda mucho camino por recorrer debido a que el polímero solo les permite desarrollar prendas con apariencia de malla, muy visuales sobre las pasarelas pero nada prácticas para nuestro día a día.
No obstante, son muchos los diseñadores que están apostando por esta tecnología y ya han conseguido dar vida a creaciones sorprendentes. Por ejemplo, María Alejandra Mora-Sánchez, diseñadora estadounidense, ha desarrollado un vestido negro de corte recto de talla única, compuesto por hexágonos de poliuretano que se adapta perfectamente a cualquier figura. El diseño de Mora-Sánchez se llama Loom y el coste de su producción es de unos 60 dólares.
un vestido sencillo, cómo y de talla única
Esta diseñadora pretendía crear un vestido utilizando la impresión 3D que sirviera para vestir en la calle, que fuera cómodo y se adaptara al cuerpo humano. Entonces, exploró varios materiales, diseños y técnicas en impresión 3D, además de tener en cuenta los cambios a los que puede someterse el cuerpo femenino, por ejemplo, durante el embarazo.
Tras varias pruebas, decidió emplear poliuretano termoplástico – caracterizado por su alta resistencia a la abrasión, a las bajas temperaturas y su elasticidad, tal como ha publicado Hoja de Router. Imprimió el diseño con la tecnología de fabricación con filamento fundido en una AM1, la gran impresora de Cosine Additive. El resultado es un vestido negro, sencillo y que se adapta a todos los tipos de cuerpo. Al tratarse además de un diseño que permite gran libertad de movimientos ha logrado que el jurado de los premios de diseño Red Dot Award le concedan el premio al diseño de concepto.
el auge de la moda impresa en 3D
En la misma línea, Danit Peleg, una joven diseñadora israelí licenciada por la Universidad Shenkar en Ingeniería y Diseño, acaba de presentar una colección de cinco piezas de moda impresa en 3D, bautizada ‘The Birth of Venus’.
Gerber ha diseñado esta prendas que después ha impreso en 3D con un equipo doméstico Witbox, de BQ. La creación de cada modelo ha supuesto unas 400 horas de impresión y de cada una ha desarrollado 100 ejemplares. Por ello, el coste de fabricación aún es elevado, lo que dificulta su distribución a través de tiendas tradicionales. No obstante, sus diseños están disponibles en su propia web, donde los compradores pueden incluso customizar sus prendas.
Una de las piezas estrella de esta colección que supone un paso importante para el uso de la impresión 3D en el sector de la moda es la »primera chaqueta bomber impresa». Con ella y el resto de modelos, esta joven israelí pretende que la moda fabricada mediante esta tecnología tome las calles.
Otra de las diseñadoras que se ha volcado con la impresión tridimensional es Anouk Wipprecht, holandesa y acostumbrada a que sus vestidos se expongan sobre maniquíes. Considerada como una destacada fashiontech, mezcla la impresión 3D con sensores y otras tecnologías para crear moda inteligente no para ir a dar un paseo o a la oficina.
Una de sus creaciones más emblemáticas es un vestido de araña, compuesto por un corpiño-exoesqueleto que está pensado para espantar a los extraños que invadan el espacio personal. Aunque pueda ser una gran idea, el diseño parece propio de una película de ciencia ficción.
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