Si a principios del año pasado conocíamos que el núcleo de la Tierra se había puesto en función de ‘stand by’, que había parado su influencia sobre el campo magnético, ahora nos sorprende otra fatídica noticia: se ha aumentado el grado de inclinación del eje de la Tierra.
Y no solo eso, si no que se ha conseguido encontrar una explicación a este suceso que puede tener muy graves consecuencias para la vida, al menos, tal y como la conocemos ahora. Con sus estaciones bien definidas y unos climas ya conocidos.
Tras una larga investigación científica, en la que se buscaba una causa y un culpable, como si de una investigación policial se tratase, se ha llegado a dos conclusiones.
La primera, que la inclinación del eje de rotación de la Tierra es casi de 80 centímetros hacia el este. La segunda, que los culpables de ello somos nosotros, los seres humanos. Porque como raza hemos llevado a cabo grandes proyectos de ingeniería que han cambiado la forma de funcionar de nuestro planeta.
¿Qué provoca la inclinación del eje de la Tierra?
Empecemos por la cuestión que más nos llama la atención: ¿cuánto se ha desviado el eje de la Tierra?
Pues bien, según el estudio publicado en la revista especializada en temas de geofísica ‘Geophysical Research Letters’, la línea imaginaria que dibujamos para entender cómo nuestro planeta gira a su alrededor se ha inclinado casi 80 centímetros. Concretamente hacía el este de la línea imaginaria original.
Cómo ya hemos señalado. De haber un culpable, este es claramente el hombre. Aunque, mejor dicho, han sido las obras faraónicas que se realizaron en el mundo entre 1993 y 2010 para extraer aguas subterráneas.
La idea era obtener ese agua del subsuelo y usarlo para cubrir la demanda de la población de la zona, la industria y la agricultura. Parecía buena, pero se hizo sin pensar en el daño que se estaba haciendo a la Tierra. Sin tener en cuenta los cambios geológicos que conlleva la extracción masiva de agua.
Y es que, tal y como recuerda este estudio, en esos años se sacaron unos 2.150 gigatoneladas de agua del subsuelo, provocando o ayudando al aumento de los niveles del mar.
Además, los científicos han explicado cómo puede afectar la extracción de agua a la inclinación del eje de la tierra y todo tiene que ver con el equilibrio y las proporciones.
El 0,05% de la masa total de la Tierra es agua subterránea, pero afecta directamente a la distribución de esa masa. Si la cambiamos, se transforma todo. “Entre las causas relacionadas con el clima, la redistribución de las aguas subterráneas es la que más influye en la deriva del eje de rotación”, ha declarado Ki-Weon Seo, geofísico de la Universidad Nacional de Seúl y líder del estudio.
Y todo, sumado a otro fenómeno que también desplaza las masas y las aguas, la descongelación de los polos y del hielo glaciar. Ese agua congelada acaba en los océanos que, poco a poco, van aumentando su volumen en 3,4 milímetros.
¿Qué pasaría si la inclinación de la Tierra fuera de 90 grados?
Como hemos explicado, al cambiar la distribución de la masa de la Tierra, también cambia la inclinación en su eje de rotación.
En la actualidad, aunque de forma muy gradual, hemos alcanzado una desviación de 80 centímetros, pero ¿qué pasaría si la inclinación de la Tierra fuera de 90 grados?
Veríamos cómo cambian por completo las estaciones. De hecho, cada una de ellas sería mucho más extrema, hasta el punto de que cada hemisferio estaría frío la mitad del año y caliente durante la otra mitad.