Si el concepto de emprendedor te parece del siglo XXI, te equivocas. El ser humano ha buscado el cambio, la innovación y ha explotado sus oportunidades desde el origen de los tiempos. Así lo refleja la infografía que te mostramos; y es que, desde que se inventase la primera rueda al advenimiento de Internet, el hombre de negocios ha ido evolucionando hasta convertirse, finalmente, en lo que hoy conocemos como el emprendedor de ‘social media’. Ya no somos cavernícolas, pero todavía tenemos cosas en común con nuestros antepasados. Véan.
Ni Galileo, ni Gutenberg, ni Edison…el primer emprendedor de la historía fue un cavernícola, según la infografía realizada por la site Grasshopper. Estaremos más o menos de acuerdo, pero lo cierto es que aquel hombre del neolítico tuvo algo más que ingenio. Mientras su compañeros de cueva dedicaban el tiempo a, por ejemplo, pintar animales en la pared y a cazar presas que llevaban de un sitio a otro en una especie de bandejas de piedra, el ingeniero del neolítico vio la necesidad de buscar otro método de transporte más efectivo e inventó la rueda. ¿Tuvo o no visión de futuro?
Y la cosa mejora cuando llegamos al periodo de la Antigüedad Clásica. Primero nos ocupamos de los mercaderes fenicios que, sin duda, fueron pioneros en eso de hacer negocios. Recorrieron el Mediterráneo y comercializaron el tinte de color púrpura imperial, un producto muy codiciado en Grecia. Pero, por si fuera poco, los fenicios fueron la primera civilización en utilizar el alfabeto y, según la infografía, lo hicieron para dejar constancia de sus reuniones periódicas sobre estrategias comerciales. Otra cosa no, pero, ¡vaya si supieron ejercer de agente económico!
Algo más tarde, le tocó el turno a Roma Clásica. Sus calles, repletas de comercios y mercados al aire libre, fueron el espacio elegido por los emprendedores romanos para ofrecer al público sus productos. Supieron, también, aprovechar las campañas militares para vender ropa y comida a los soldados o, dicho de otra forma, fueron capaces de buscar nuevos nichos de mercado. Luego, en el Renacimiento, los emprendedores desempeñaron un sinfín de papeles. Unos se dedicaron al trueque, otros se embarcaron en proyectos de ‘startups’ para explotar un nuevo recurso: la imprenta.
Seguimos con nuestro recorrido histórico por el origen y evolución del emprendedor y, ahora, nos detenemos en la época de la dominación colonial y, concretamente, en los tiempos de Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de América. Sus múltiples patentes, periódicos y talleres de imprenta, le mantuvieron más que ocupado pero, sin embargo, nunca olvidó la más efectiva de las herramientas del emprendedor: la necesidad de establecer una red de trabajo. El concepto nos suena de algo, ¿verdad? ¿Acaso no hemos oído mil veces el término «nertworking»?
Nos quedamos en Estados Unidos y nos transportamos a la época dorada, allá por 1840, cuando los norteamericanos pusieron rumbo al oeste en busca de minas de oro. Mientras la mayoría de los exploradores regreseba a casa con las manos vacías y sin un quilate en el bolsillo, Levi Strauss (sí, el de los pantalones vaqueros) supo hacerse de oro fabricando tejanos y evaluando el potencial de mercado de su producto. Más tarde, entre 1800 y 1900, los emprendedores tecnológicos basaron su negocio en la electricidad y algunos, como es el caso de Thomas Edison, convirtieron su startup en un auténtico imperio.
Y luego, coincidiendo con los movimientos por el sufragio femenino de los años 20′, llegó ella, Coco Chanel, la primera emprendedora de la historia. Entre patrones y costuras, la francesa se convirtió en todo un referente de la moda internacional. Pero para revolución, la de los ‘geeks’. El siguiente paso evolutivo no lo dimos hasta finales de la década de los 80′ o principios de los 90′, cuando un joven Bill Gates brindó a empresas y usuarios la posibilidad de navegar por Internet. Por último, en el 2006, emergieron toda una serie de redes sociales y plataformas digitales que nos conviertieron en emprendedores 3.0 porque, hoy en día, nos nutrimos de la conectividad y expandemos nuestros negocios a través de tuits y «MeGustas», ¿o no?
Vía Grasshopper
Muy buena explicación? y muchas gracias por esa información ?