Instagram, esa red social de poses forzadas, platos que se enfrían esperando una fotografía y paisajes de cartel de turoperador, puede ser también una aliada de la lectura.
Eso es algo que han comprobado, por ejemplo, los jóvenes poetas españoles cuyos versos crecen como setas –perdón, como perfumadas flores- en esta red, llenándola de quejumbrosos lamentos por el amor perdido o efusivas declaraciones de amor escritas sobre la imagen de un amanecer embellecido con filtro “Valencia”. También, para ser justos, de versos de alta temperatura lírica.
El profesor de Literatura la Universidad Autónoma, Rafael Morales Barba, festeja el hecho de que tantos poetas jóvenes hayan encontrado su oportunidad en internet, si bien cree que “hay que exigirles calidad y pedirles que dejen de ser marca y mercado a toda costa y que busquen reconocimiento fuera del blog instrumental o la difusión masiva para un público no formado”.
instagram como trampolín
Para muchos de estos autores, Instagram es un trampolín hacia el papel, pues esta plataforma sirve para ponerles en contacto con avispadas editoriales que, al imprimir sus creaciones, hacen más felices a sus padres.
Este fenómeno se produce en España, donde solo hay que ver cómo han ganado espacio las secciones de poesía en las librerías en los últimos años, y en EE.UU. Allí, poetas como Rupi Kaur, r.h. Sin, y Yrsa Daley-Ward han conseguido, a través de la red social y de sus libros convertidos en éxitos de ventas, que la lectura de poesía haya crecido en ese país, especialmente entre los más jóvenes. Los lectores de poesía de 18 a 24 años aumentaron un 17,5% en 2017, en comparación con el 8,2% registrado en 2012.
Precisamente en EE.UU., en concreto en New York, se desarrolla una de las más interesantes experiencias de uso de Instagram para fomentar la lectura. Desde 2018, la Biblioteca Pública de esa ciudad comparte clásicos de la literatura universal a través de un insólito soporte: Instagram Stories. Como ellos mismos explican en su web, no importan cuántos “selfies” en gimnasios publique la gente, las mejores historias siempre encontrarán su hueco.
alicia en el país de las maravillas…y las redes
Todos los libros compartidos son de dominio público, pero a pesar de tener al menos 70 años, hablan de temas, ideas y personajes de completa actualidad. La pregunta que se hicieron los impulsores de la iniciativa fue: ¿y si este libro se lanzara hoy, cómo sería?
El diseño de cada novela adopta un enfoque contemporáneo que busca hacerlo relevante, tanto para Instagram como para el siglo XXI, y parece que la experiencia está siendo un éxito pues se estima que más de 300.000 personas están leyendo estas “Instanovels”. Además, la cuenta en Instagram de la Biblioteca Pública de Nueva York ha ganado desde entonces 130.000 seguidores.
Fueron los mismos bibliotecarios quienes decidieron qué libros ofrecer en este formato y, entre ellos, podemos encontrar “Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas”, de Carroll;“El Cuervo”, de Edgar Allan Poe; “La Metamorfosis”, de Kafka; o “Cuento de Navidad”, de Dickens.
En fin, como vemos, una vez más se demuestra que la herramienta es lo que nosotros hacemos con la herramienta y que, al mismo tiempo que Instagram puede ser un escaparate de frivolidad, también puede ser una vía para fomentar el hábito de lectura entre nuevas generaciones digitales.