Aunque Instagram anunciase hace unos meses unas cifras tan impresionantes como el haber superado los 600 millones de usuarios activos al mes o recibir ya más de 100 millones de fotos compartidas al día, no significó por lo tanto para la empresa americana el bajar la guardia frente a otras redes sociales, ni reducir su ritmo de actualizaciones, ni por supuesto su fe innovadora.
Instagram nació hace ya más de 6 años y lo hizo inicialmente como una app con cámara alternativa a la del iPhone. Permitía realizar instantáneas a las cuales se le podían luego aplicar una quincena de filtros vintage que se compartirían con miles de seguidores, la mayoría de ellos desconocidos y en tan solo unos segundos. En menos de 2 años, la aplicación consiguió más de 100 millones de usuarios, convirtiéndose en la red social con el crecimiento más rápido de la historia y apuntando a ser un apetitoso caramelo para Mark Zuckerberg.
La aplicación fue evolucionando y se adaptó a las necesidades del mercado. La competencia de otras apps de edición (Hipstamatic, Snapseed o Vsco Cam…) o la amenaza de otras redes sociales como Snapchat obligaron a Instagram a estar siempre alerta y aportar »algo más». Así es como las necesidades de los millenials y sobre todo de la generación Z fueron apurando sin descanso a las mentes de sus desarrolladores.
Instagram es un ecosistema de entretenimiento en el móvil
Lejos queda la simpática app de edición de fotografía vintage y formato Polaroid del 2010. Hoy Instagram es un aplicativo móvil que se ha ido integrando tecnológicamente al poderoso imperio Facebook, sin perder su genuino toque personal. Adoptando rápidamente la tecnología de su hermana mayor de Menlo Park ha conseguido »enganchar» y entretener a cientos de millones de usuarios con un verdadero ecosistema del entretenimiento visual. Primero con las fotos y luego con los videos (en lo que fue una respuesta estratégica a los buenos números de Vine), Instagram supo dar la cara y dejar al pajarito azul (de Twitter) tiritando.
Esos vídeos iniciales fueron una de las primeras batallas libradas en el campo del entretenimiento, la guerra por el control del contenido móvil, las posibilidades audiovisuales y la colosal actividad comercial que de ello se genere claro.
Instagram stories y live para frenar a sus competidores
En el 2016, vimos como los Instagram Stories (o vídeos efímeros que desaparecen a las 24 horas) copiaron sin tapujos el concepto exitoso de su competidor más joven, Snapchat. Luego los Instagram Live vinieron de nuevo a rematar a un maltrecho Twitter (y a su Periscope) que tardó demasiado en reaccionar a las nuevas tendencias. Gracias a una batería de herramientas como los stickers, el Boomerang o el Hyperlapse consiguieron una experiencia aún más divertida, creativa y sorprendente.
Por todo ello, Instagram entusiasma a todos los públicos, a jóvenes y menos jóvenes, y su futuro dependerá de la habilidad de sus dirigentes a seguir siendo el sitio donde más tiempo virtual pasamos y mejor nos lo pasamos. Recientemente, la empresa anunciaba que en breve facilitaría el pedir citas en los comercios que se anunciarían en la app a la par de facilitar la usabilidad y el almacenamiento de los videos en directo de los usuarios. Una fabulosa estrategia de tener al usuario contento y fomentar el comercio. Una fantástica oportunidad para seguir conquistando terreno y demostrar que en el mundo del entretenimiento quién manda hoy es Instagram.
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