La idea de que internet ha muerto es una suerte de teoría de la conspiración surgida en el foro Macintosh Cafe de Agora Road en 2021, cuando un usuario afirmó de que casi todo lo que vemos en la red es falso.
deepfakes son mucho más avanzados de lo que nos hacen creer, y ya no podemos confiar en nuestros ojos. Muchas personas, eventos, noticias, etc; pueden ser totalmente ficticios», afirmaba entonces un tal «IlluminatiPirate», del que no podemos afirmar si es o no real. Y lo hacía -de forma deslavazada y, a ratos, incomprensible- antes del asombroso desarrollo de la inteligencia artificial que estamos viviendo en estos últimos años con avances como Sora de OpenAI.
«Muy posiblemente muchos políticos, actores, etcétera, pueden no existir realmente. De hecho, estoy seguro de ello. Los programas de generación de imágenes y losSu idea recibió mayor difusión cuando fue replicada por The Atlantic en un reportaje titulado «Tal vez te lo perdiste, pero Internet ‘murió’ hace cinco años». En él, su autora calificaba como ridícula la idea de que internet es un experimento psicológico del gobierno de EE.UU. que está generando un delirio colectivo impulsado por inteligencia artificial para manipular el pensamiento de toda la población mundial. «La mejor prueba que tengo de que Internet no está muerto es que entré en un sitio web extraño y encontré una perorata absurda sobre cómo Internet está tan, tan muerto», señalaba con sorna Kaitlyn Tiffany.
Queda claro, pues, que nos encontramos ante otra teoría de la conspiración. Sin embargo, la fuerza de este bulo es que tiene algo de verdad.
la ia insufla vida, quizás demasiada, a internet
Tal como señala un artículo de Live Sience, es difícil saber qué el impacto que las máquinas tienen en los contenidos que consumimos. Una investigación realizada por la empresa de seguridad cibernética Imperva descubrió que los bots representan alrededor de la mitad de todo el tráfico de Internet. Este tráfico tiende a provenir de bots utilizados para generar ingresos por publicidad falsa; YouTube, entre otros sitios, ha sido señalado por el impacto de bots utilizados para generar interacciones ficticias y inflar así las métricas de la plataforma.
Otro estudio publicado por AWS el 5 de junio de 2024 informó que el 57,1% de todas las oraciones en la web son traducciones generadas por máquinas. En cuanto a la cantidad de sitios web que albergan contenido generado por IA, esto se sitúa en el 13,1%, según un estudio en curso de Originality.ai.
Un análisis histórico publicado en Nature encontró que de 14 millones de mensajes que difundieron 400,000 artículos en Twitter (ahora X) en 10 meses durante 2016 y 2017, los «bots sociales» jugaron un papel desproporcionado en la difusión de artículos de «fuentes de baja credibilidad».
Por otra parte, el Informe de Noticias Digitales 2024 del Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo descubrió que las redes sociales son una fuente de noticias para el 48% de los españoles y, por tanto, hay un gran número de personas en nuestro país, en otros, que son objetivos claros para la desinformación propagada por bots.
INFLUENCERS DE PEGA…más de pega
En redes sociales, estamos asistiendo al auge de «influencers» creados por inteligencia artificial, una tendencia en crecimiento en el mundo de la moda y las marcas. Además, si bien no hay duda de que millones de personas usan este tipo de plataformas, la capacidad de configurar bots para publicar en función de palabras clave refuerza la idea de que Internet es un artificio.
Esta tecnología, que borra las fronteras entre realidad y ficción, se está extendiendo sus tentáculos en multitud de sectores, muchos de los cuales se creían a resguardo de esta invasión. Pero ya no hay nadie a salvo, desde ilustradores a escritores o periodistas, son muchas las actividades profesionales cuyos cimientos están empezando a temblar por el empuje de los algoritmos. Hasta hay concursos de belleza en los que participan modelos algorítmicas.
¿Y LOS HUMANOS?
Todo lo anterior parece confirmar que, si bien es exagerado decir que internet ha muerto, buena parte de lo que vemos en la red está creado sin la participación humana. Papel que, a menudo, se limita a optimizar el posicionamiento de contenidos en el motor de búsqueda de Google. De hecho, esta empresa penaliza el contenido creado por inteligencia artificial y su última guía de SEO está impulsando el contenido creado por manos humanas. ¿Un rayo de esperanza?
Tal como decía la redactora de The Atlantic o el reportaje de Live Science, quizás solo tengamos que aceptar que los humanos compartimos espacios en línea con una proporción cada vez mayor de bots y creaciones de la IA. Y puede que no sea tan negativo: hay quien encuentra en los algoritmos consuelo a la soledad o, incluso, algo parecido al amor.
Eso sí, esta importante influencia de los bots en la red que conocemos nos obliga a ser escépticos, tanto con los contenidos de internet como con las supuestas personas de carne y hueso con las que interactuamos en la red. Quizás estos sean bots y aquellos sean falsos.
Sobre esto último, investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), la Universidad de Oviedo y de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) han confirmado que bots e individuos acríticos son claves en la rápida propagación de «fake news». Han empleado un modelo matemático para analizar las posibilidades de que un rumor se transmita con mayor o menor frecuencia en una red social y la influencia que la polarización de los individuos tiene en este aspecto.
El estudio se encuentra publicado en la revista Mathematics and Computers in Simulation. “Tomando como punto de partida un modelo de red social cuya estructura derivamos a partir de los grupos de Whatsapp de estudiantes, los resultados mostraron que la presencia de solo un 1% de bots o de individuos acríticos, puede bajar en un 20% el tiempo necesario para que una noticia llegue a la mitad de la población conectada a una red social”, explica Jesús San Martín, investigador de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería y Diseño Industrial de UPM.
Así que no bajemos la guardia en internet que, más que muerto, está de parranda con los bots y la inteligencia artificial.
Imagen: Anton Grabolle / Better Images of AI / AI Architecture / CC-BY 4.0