Se llama Invox y está revolucionando una de las partes más ingratas de la medicina: la escritura de los médicos. No solo la manual, sino la de ordenador, a la que dedican muchísimas más horas de las deseadas para redactar sus informes. Se trata de un software de reconocimiento de voz exclusivo para medicina. Con él, los médicos ya pueden dictar sus prescripciones mientras el programa se encarga de transcribirlo todo en tiempo real.
Detrás de este novedoso sistema encuentra Vócali, una empresa murciana creada hace 15 años y cuyo CEO es Juan Salvador Castejón. El sistema ya está funcionando en más de 500 centros clínicos y esperan tenerlo pronto disponible en otros idiomas. Por lo pronto, ha iniciado su expansión en Latinoamérica y ofrece el portugués para el mercado luso-brasileño.
RECONOCIMIENTO DE VOZ POR ESPECIALIDADES
“De momento, la solución está teniendo muy buena acogida en áreas como medicina interna, oncología, cardiología y cirugía general y digestiva, y esperamos seguir abriendo otras especialidades. Además, y tras consolidar nuestra posición competitiva en Latinoamérica y empezar a trabajar en Portugal y Brasil, queremos abrir nuevos mercados en Europa. Aquí hay países muy avanzados en temas de salud digital, como Reino Unido, Francia y Alemania”, explica Castejón a Nobbot.
HASTA LAS SIGLAS Y LAS ABREVIATURAS
La clave de Invox es que tiene un vocabulario específico para cada especialidad médica. Así, consigue, según sus creadores, una tasa de aciertos cercana al 100 % a la hora de transcribir lo que dicta cada médico. De hecho, no solo está optimizado para reconocer la terminología científica, sino también sus siglas y abreviaturas. Permite, además, añadir nuevas palabras en su diccionario.
Para mayor facilidad, el sistema permite hacer correcciones y moverse por el informe sin necesidad de usar las manos. Esta solución, basada en la inteligencia artificial y el machine learning, se ha desarrollado gracias a un exhaustivo trabajo de análisis realizado con decenas de miles de informes médicos anonimizados. Estos han ayudado al sistema a reconocer la terminología científica propia de cada rama y las expresiones utilizadas habitualmente.
Especialidades como radiología y anatomía patológica son las más beneficiadas por el sistema de reconocimiento de voz, dado que el facultativo no tiene que escribir ni mirar a ningún teclado para describir lo que está viendo, por ejemplo, en una radiografía.
MENOS LISTAS DE ESPERA
Otra de las ventajas del software es que la transcripción automática de lo dictado facilita un ahorro considerable de trabajo en el plano administrativo. Los creadores de Invox han calculado que dictar es tres veces más rápido que escribir, se tenga mala o buena letra o aunque se sepan usar todos los dedos en un teclado.
¿Quién no ha vivido alguna vez la escena típica en la que a un familiar enfermo no le dan el alta hospitalaria porque no está disponible el preceptivo informe médico? Este puede ser uno de los beneficios colaterales: permitir que se pueda agilizar el proceso de liberación de camas en los hospitales.
Hay otra esperanzadora perspectiva por la que también está apostando la empresa y que se refiere a una escena demasiado habitual en las consultas: la difícil comunicación médico-paciente. Cuando el primero está más atento a la pantalla del ordenador y a su teclado, detallando el diagnóstico y la prescripción pertinente, que a los gestos o a lo que esté comentándole de viva voz el enfermo.
AHORRO DE TIEMPO Y DE COSTES
Según cálculos de esta empresa, cerca de la mitad del tiempo de la consulta se pierde esperando a que el médico cumplimente el informe correspondiente. Un tiempo que se reducirá de forma drástica a medida que se vaya implantando el sistema de reconocimiento de voz en los centros médicos. «Es una herramienta muy útil y que no solo ayuda, sino que da otros beneficios tanto en el ahorro de tiempo como el ahorro de costes. Quizás podamos decir que en la actualidad hemos tenido un ahorro de costes de un 30 %”, asegura Félix Manzarbeitia, jefe de servicio de anatomía patológica en la Fundación Jiménez Díaz, de Madrid.
Y quizá la clave del futuro no esté solo en el ahorro de costes. Según afirma Pedro Vivancos, director de estrategia e innovación de Invox Medical, “estamos trabajando en algunos proyectos para que también pueda entender y transcribir las conversaciones médico-paciente. Asimismo, buscamos poder automatizar tareas mediante Automatización Robótica de Procesos (RPA, por sus siglas en inglés), activadas gracias a comandos de voz”. Es decir, que no solo cabe esperar que se acabe pronto con la mala letra de los médicos, sino que gracias a sus buenos dictados de voz se avance de manera exponencial en muchos campos de la medicina.
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Imágenes | Cedidas por Vócali.