En una de sus canciones, el músico uruguayo Jorge Drexler canta que la máquina la hace el hombre y es lo que el hombre hace con ella. La pujanza de la robótica hace que, a menudo olvidemos esta máxima que, sin embargo, es muy cierta y más teniendo en cuenta que el desarrollo de la inteligencia artificial humanoide aún está dando sus primeros pasos. Por ello, al hilo de un trabajo de investigadores del Grupo de Robótica y Cibernética (RobCib) del Centro de Automática y Robótica (CAR), vamos a hablar de los operadores de los robots: la carne y el hueso, el cerebro y el corazón que permanecen a la sombra de nuestros sosias de metal.
Cuando oímos hablar de robótica, pensamos inmediatamente en robots. Nos imaginamos una flota de drones buscando víctimas tras un desastre natural, un grupo de robots humanoides como guías de museo o un equipo de robots terrestres aplicando tratamientos a cultivos. Es una asociación de lo más habitual y, sin embargo, al hacerla nos olvidamos de los otros grandes protagonistas de la robótica: los operadores. Estas personas son las que planifican las rutas de los robots en el museo, interpretan las imágenes de los drones, organizan el rescate de las víctimas o señalan a los robots las plantas que deben tratar.
operador de robots, un trabajo con poco glamour
Ser operador de robots no es un trabajo fácil. Hay que gestionar una gran carga de trabajo, consistente en interpretar la información de la misión, tomar decisiones y generar comandos para los robots. Además, hay que mantener una buena consciencia de la situación, lo que significa ser capaz de reconstruir el escenario a partir de los datos obtenidos por los robots, y saber dónde se encuentran y qué están haciendo estos en cada momento.
El caso es que investigadores del Grupo de Robótica y Cibernética (RobCib) del Centro de Automática y Robótica (CAR) – un centro mixto de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) – han desarrollado una nueva herramienta para optimizar el trabajo de los operadores de robots.
Quizás teniendo en mente la tonada de Jorge Drexler, los científicos han utilizado la realidad virtual para mejorar las condiciones de trabajo de los operadores, introduciéndolos en el escenario donde los robots están desarrollando la misión.
De esta forma, el operador puede moverse por la escena buscando el mejor lugar para observar y dirigir con precisión a los robots para que realicen sus tareas. Los resultados obtenidos muestran que esta interfaz proporciona a los operadores una mejor consciencia de la situación además de una menor carga de trabajo.
jorge drexler, guía e inspiración para el desarrollo tecnológico
Y es que, como señala Juan Jesús Roldán, investigador de RobCib, “actualmente las misiones requieren más operadores que robots: lo más habitual es que haya uno para controlar los movimientos y otro para analizar los datos de cada robot. El objetivo es que, dentro de unos años, un solo operador sea capaz de controlar simultáneamente varios robots”.
En homenaje a la labor oscura de estos operadores, esenciales para ese futuro robotizado que imaginamos y tememos, finalizamos con otro fragmento de la canción de Jorge Drexler que ubica al ser humano en el centro desarrollo tecnológico algo que, por otra parte, forma parte de la misma esencia de esta web, en la que hablamos de «tecnología para las personas»:
con las que se hacen máquinas para hacer ordenadores
que a su vez diseñan máquinas que hacen herramientas
para que las use la mano».