José Luis Crespo es la persona que está detrás de Quantum Fracture, el canal español de divulgación científica con mayor número de suscriptores en YouTube.
Un nombre que no es precisamente muy comercial, pero que no ha impedido que más de un millón y medio de usuarios sigan los vídeos que cuelga cada semana.
En esta entrevista para Nobbot, Crespo reconoce que la elección del nombre de su canal fue una de las peores decisiones que ha tomado porque “no significa nada y, además, no se pronuncia fácilmente”. Simplemente eligió dos palabras “chulas” que juntas sonaban bien.
Con un tono divertido, desenfadado y con el propósito de llegar a cualquier persona interesada por la ciencia, este ahora físico puso en marcha Quantum Fracture hace siete años, cuando tenía 18. Aunque fue hace algo más de dos cuando empezó a tomárselo más en serio. A partir de entonces lo de ser youtuber y, sobre todo, divulgador científico, se ha convertido en su trabajo.
– ¿Cómo se te ocurrió crear Quantum Fracture?
Aparte de ser lo que ahora se denomina creador de contenidos, siempre he sido un gran consumidor de ellos. Llevo viendo vídeos en YouTube desde 2011, aproximadamente. En ese momento esta plataforma no se concebía, al menos por el público en general, como lo que es ahora. Pero fue entonces cuando algunos descubrimos, sobre todo a raíz de gente que ya lo estaba haciendo en Estados Unidos, que hay unos ‘seres’ [define entre risas] que son los youtubers. Son personas que suben vídeos a YouTube con cierta regularidad, como si tuvieran un programa de televisión y que, además, hacen cosas ‘curradas’, que conectan más con nuestra generación.
En mi caso concreto, siempre me había gustado mucho la ciencia. Leía libros, veía documentales… Se puede decir que era un gran consumidor de contenidos de divulgación. Y, de repente, me encuentro que en el mundo angloparlante hay gente que está haciendo divulgación científica en YouTube, y que lo están haciendo en un formato que a mí me enamoró completamente.
Era una propuesta audiovisual muy distinta al documental. Era rápida, jovial, se trataban temas que solían ser bastante más avanzados que en los documentales… En resumen, aportaban cosas nuevas que yo nunca había leído ni visto y, encima, de manera muy clara. El formato me encantó. Cuando busqué si había algo similar en español, no encontré nada, así que se me ocurrió intentarlo a mí.
– ¿Cuándo fue eso?
Empecé a darle vueltas a la idea cuanto tenía 16 o 17 años, pero fue cuando llegué a la universidad para estudiar Física cuando monté Quantum Fracture. Con el canal en serio llevo dos años y medio. Antes lo tenía como algo muy esporádico, ya que a los estudios de Física es necesario dedicarles mucho tiempo. Subía vídeos muy de vez en cuando y así no se puede llevar un canal seriamente. Fue después de la carrera cuando decidí tomármelo en serio y probar si esto podría ser una vía para trabajar como divulgador científico, que era lo que yo quería.
– ¿Por qué elegiste YouTube como plataforma de divulgación?
YouTube tiene dos cosas muy buenas. Primero, que es formato audiovisual. No es como los podcasts o blogs, lo audiovisual lo reúne todo. Puedes contar cosas muy complicadas apoyándote en la narración y usando la imagen. En mi caso, puedo explicar cosas muy complicadas desde varios frentes.
YouTube tiene dos cosas muy buenas: es una forma con la que puedes contar cosas muy complicadas apoyándote en la narración y usando la imagen, y da una libertad para experimentar que es impagable.
Lo segundo, y a diferencia de hacer programas en televisión, YouTube te da una libertad total y absoluta en tus ideas. Es decir, quieras o no, para hacer un programa de televisión hay que pasar por una serie de filtros. Esto provoca que muchas veces las ideas que son experimentales, locas, que no están pensadas para un público lo suficientemente general, acaban siendo rechazadas.
Por fortuna, en YouTube podemos hacer lo que queramos y es el público a largo plazo el que elige si quiere más o no. Esa libertad para mí es impagable. El hecho de que yo en Quantum Fracture pueda experimentar con cualquier locura que se me ocurra, explicar las cosas de la manera que me parezca por muy ‘punki’ que suene, para mí es maravilloso.
CIENCIA PARA TODOS
– ¿Cuál es el perfil mayoritario de tus suscriptores?
Mayoritariamente es un público joven, que están en el instituto y en la universidad. Hay cierta predominancia de gente que está estudiando carreras científicas, y chavales que tienen inquietud por estudiarlas, pero también me he encontrado con gente muy variada. Personas que están formándose, pero no necesariamente en materias científicas, sino de muchas disciplinas, por ejemplo, del mundo del derecho.
– A las materias de ciencias se les suele colgar el calificativo de ‘difíciles’, aunque quizá sea la forma de divulgarlas lo que las hace más complejas. ¿De qué manera tratas tus contenidos para hacérselos llegar al mayor número de personas posible?
En el caso concreto de la Física, y posiblemente de las Matemáticas, creo que un problema que hay en el sistema educativo es que a veces se exige un nivel de tecnicismo más alto del que realmente sería lo óptimo. Por ejemplo, en mi caso en 3º y 4º de la ESO teníamos una asignatura que era Física y Química, donde empezamos a hacer cosas de formulación o calcular un plano inclinado. Si ahora me pongo en los zapatos de alguien que quiere estudiar Derecho, me doy cuenta de que son cosas que no va a tocar en su vida. Son personas que sufren especialmente, porque estudiar Física y Matemáticas puede ser muy complicado si no se entiende bien qué se está haciendo.
En las escuelas hay que apostar más por un aprendizaje conceptual. En lugar de aprender cómo se calcula un plano inclinado, sería más útil entender las leyes de Newton.
La problemática es que uno tiene que entender muy bien los conceptos previos antes de meterse con las matemáticas, por ejemplo. Y puede aprenderlos sin necesidad de hacer unos de ellos. Esto es lo que básicamente me gusta tratar en el canal, la parte conceptual de la física. Luego esos conceptos, una vez comprendidos, se traducen al lenguaje de las matemáticas, al de las cuentas, que es lo realmente interesante.
Pero en las escuelas esto no es así. Se pasa directamente, y de una manera muy abrupta, a la parte de los cálculos sin que los alumnos comprendan bien los conceptos. Si se pregunta en la puerta de una escuela a los alumnos de Bachillerato el fin de las leyes de Newton, apuesto mis dos brazos a que ni la mitad las entienden. En ese sentido, creo que hay que apostar más por un aprendizaje conceptual. Y en lugar de aprender cómo se calcula un plano inclinado, sería más útil entender las leyes de Newton, que al fin y al cabo explican cómo funciona el movimiento.
– Teniendo esto en cuenta, ¿cómo eliges los temas de tus vídeos?
Reconozco que la elección es bastante pasional. Estoy continuamente leyendo y hablando con gente, y cuando descubro un tema interesante que me motiva mucho hago un vídeo sobre eso. Sí intento que haya cierta variedad en la temática. Hay gente en mi canal que exige cosas más fáciles y otros que piden cuestiones más complejas. Trato de contentarlos a todos, pero reconozco que no siempre; mi criterio es más bien pasional.
– ¿Cuál fue el primer vídeo que colgaste?
El primero fue horrible [suspira con resignación]. En realidad, cuando lo hice quería comprobar cómo podía trabajar en un proyecto utilizando animación. Era un vídeo sobre las propiedades del agua, que no está en Quantum Fracture.
El primero que subí al canal, que está un poquito mejor pero también da vergüenza ajena, es el del Hotel infinito. Como decía antes, la elección fue bastante pasional, pero no recuerdo muy bien por qué. Sí intento no meterme en jardines que yo mismo no entienda muy bien, así que decidí no tratar nada de física porque sabía que con el tiempo iba a saber más del tema y a estar seguro. Hotel infinito es una paradoja muy concreta y cerrada que, obviamente, si hubiera estudiado Matemáticas, seguramente hubiera hecho mucho mejor.
– ¿Y el último a día de hoy [5 de abril]?
Una broma para el 1 de abril. Una entrevista que le hago al mejor científico del mundo tipo sketch. Era una idea muy loca que tenía hace tiempo y la llevé a cabo.
– ¿Cuáles son las principales diferencias entre ambos?
Con el tiempo se aprende mejor cómo funciona YouTube. Uno puede hacer un vídeo estupendo al que le ha dedicado muchas horas, pero si cuando se sube a la plataforma no sabe venderlo correctamente, malo.
En cuanto a los usuarios, cuando se tiene un canal pequeño, conoce a todos los habituales. Eres como un bar de barrio y ellos son los parroquianos. Según va llegando más gente, te sirve para detectar tendencias. Se va teniendo una visión global de lo que es la audiencia. En mi caso, estoy muy contento con mis suscriptores, no vivo en una espiral de odio, ni insultos, ni nada similar.
EL TRABAJO DE SER Youtuber
– Elegir un tema, preparar el guión, seleccionar los elementos gráficos, grabar las imágenes, realizar el montaje… ¿Cuánto tiempo le dedicas a cada vídeo?
Los tiempos varían mucho. Normalmente cojo una de las ideas que tengo, hago un guión, después preparo la narración y selecciono los elementos gráficos. A partir de la narración construyo una animación, después de pasar por la postproducción de sonido y música. Cada vídeo me lleva entre 20 y 40 horas de trabajo, depende de cuánto tiempo salga yo en cámara.
– ¿Trabajas tú solo?
En la producción sí y para los guiones tengo asesores científicos. Cuando termino de escribirlos, se los paso para que lo revisen y me hagan las críticas necesarias. Me tomo muy en serio el rigor. Mi asesor principal es Pablo Bueno, investigador en agujeros negros que está ahora en Argentina. Es una persona muy reputada y los dos hacemos muy buen tándem.
Me tomo muy en serio el rigor de lo que cuento en mis vídeos. Cuando termino de escribir el guión, se lo paso a asesores científicos para que lo revisen y me hagan las críticas necesarias.
– Cuando empezaste con este proyecto sabías lo que querías contar. Pero durante este tiempo habrás tenido que aprender y a manejar las herramienta de la parte técnica (grabación, sonido, montaje…).
Esta es un parte muy bonita. Yo tenía una idea, un proyecto, y a medida que iba desarrollándolo tenía que aprender cosas. De hecho, cada vez que hago un vídeo aprendo cosas nuevas de los programas que utilizo. Afortunadamente, gracias a internet y a YouTube, se puede acceder a todo lo que hay que saber para sacar adelante y llevar a cabo un proyecto como Quantum Fracture. En cuanto a la grabación, me grabo yo mismo con una cámara muy sencilla.
– Premio de Divulgación Científica 2014 del Centro de Física de Partículas y el de Divulgación Científica 2018 en Internet son algunos de los galardones que has recibido por Quantum Fracture. ¿Qué significan para ti como físico?
Es genial siempre que una organización te reconozca el trabajo, pero para mí siempre hay un premio que es superior. El mero hecho de que pueda vivir trabajando en esto, haciendo vídeos en YouTube divulgando la ciencia, es reconocimiento suficiente.
– ¿Cuál es tu relación con el resto de divulgadores científicos de YouTube?
Antes de creadores somos consumidores, así que la relación entre nosotros es muy buena porque nos gusta lo que hace el resto. Por ejemplo, Antroporama es un canal de neurociencia. No conozco mucho esos temas y los vídeos que prepara Patri [su creadora] me ayudan muchísimo, además de ser muy divertidos. Lo mismo pasa con Carlos Santana, que tiene un canal de inteligencia artificial. Con ellos acabas entablando amistad porque somos parte de un gremio.
En Nobbot | Youtubers para divulgar la ciencia entre los jóvenes
Imágenes | José Luis Crespo, Youtube