Se estrena La casa entre los cactus, primer largometraje de la joven directora Carlota González-Adrio. Hablamos con ella y sus protagonistas sobre la película y su experiencia durante el rodaje.
La casa entre los cactus es un film plagado de secretos. Se trata de un thriller dramático aunque su propia directora prefiere no ponerle una etiqueta ya que “categorizar la película dentro de un género la limitaría”.
Y es que, si hay algo que define a la perfección el clima de transmite el film, es el gran esfuerzo que, tanto los actores como la directora, hacen para no desvelar ni un solo detalle de la película. La frase que más se ha repetido en las presentaciones ha sido, sin duda, “pero sin spoilers ¿no?”
un extraño en la casa entre los cactus
La película, en cuya producción participa Orange, cuenta con protagonistas de larga y fecunda trayectoria: Ariadna Gil, Daniel Grao y Ricardo Gómez forman parte de un reparto que es todo un privilegio para una directora novel.
En el film, basado en la novela homónima de Paul Pen, se retrata la vida de una familia aparentemente perfecta que viven en algún desértico de las Islas Canarias, en los años 60. Allí, apartados de la civilización y de una vida que dejaron atrás, disfrutan de un particular paraíso, ajenos al resto del mundo. Un mundo que supone una amenaza y que, de interferir con la familia, podría acabar con ella para siempre. Emilio y Rosa, a los que dan vida Ariadna Gil y Daniel Grao, son los únicos conscientes del peligro que corren, y por ello llevan toda una vida ocultando a sus hijas un terrible secreto. La trama estalla con la llegada de un extraño que llega a romper la tranquilidad de esta familia.
En palabras de Carlota Gonzalez-Adrio, la película es “una historia que esconde la verdad y la mentira, los secretos, lo oculto, la violencia, el cariño, el amparo… partiendo siempre del retrato de esta familia. La historia se construye a través de la idea de la apariencia y lo escondido, que cohabita un mismo espacio, una misma persona. Esta casa que se construye como un refugio frente a la naturaleza salvaje, se va transformando en un cobijo que es también tiniebla. En ella la serenidad y el silencio de la naturaleza cobran otro sentido.”
Los intérpretes que dan forma a esta historia han contado su experiencia a Nobbot. Daniel Grao califica su actuación como una de las más complicadas de su carrera. «Yo soy una persona muy inquieta y me gusta intervenir, pero este papel trata de decir mucho sin hacer apenas nada. Me resultó más fácil actuar en las escenas en las que había acción que en aquellas en las que solo tenía que estar presente”. De parecida opinión es Ariadna Gil, que tuvo sensaciones similares a la hora de abordar su papel.
Para Ricardo Gómez tampoco ha sido sencillo interpretar su papel de “intruso”. Según explica, transmitir a los espectadores esas sensación de incomodidad y malestar no es un trabajo sencillo y supone una nueva experiencia en su trayectoria como actor.