La digitalización aumenta la brecha salarial entre la clase media y la baja en Europa, según un estudio del Instituto INGENIO (CSIC-UPV) y la Universidad de Oslo publicado en la revista «Industry and Innovation».
Para llegar a esta conclusión, los investigadores han analizado un total de 103 regiones europeas y han concluido que aunque en general la desigualdad parece disminuir al aumentar las habilidades digitales de la población, si se analiza por grupos concretos, esta disminución solo se da entre las clases media y alta.
“Cuando hablamos de digitalización, nos referimos no solo a que la población cuente o tenga acceso a equipos como ordenadores o móviles, sino a un conjunto de cambios más amplios, al efecto de la consolidación del paradigma digital, que comporta una manera nueva de entender el sistema de producción y distribución de bienes y servicios utilizando tecnologías y habilidades digitales”, explica a SINC Davide Consoli, investigador del Instituto INGENIO y uno de los autores del trabajo, junto con Fulvio Castellacci y Artur Santoalha, de la Universidad de Oslo.
habilidades digitales para reducir la brecha salarial
El estudio constata que la digitalización tiene efectos redistributivos a lo largo del espectro de las rentas de trabajo y, por lo tanto, entre clases sociales. “Si consideramos el espectro entero, clase alta, media y baja, el efecto medio es de menor desigualdad. Sin embargo, si analizamos diferentes tramos por separado observamos dos efectos distintos: una disminución de la desigualdad entre la clase media y la alta y, por otro lado, un aumento de la desigualdad entre la clase media y la baja”, añade Davide Consoli. Esta desigualdad tiene su origen en una mayor brecha salarial entre estas dos clases sociales.
Para revertir esta situación, este trabajo incide en la importancia de invertir en la educación y formación en habilidades digitales para reducir la brecha tanto entre la ciudadanía, como también entre regiones, promoviendo así un crecimiento económico más equitativo en Europa.
«Las grandes disparidades en la ‘alfabetización digital’, es decir, la capacidad de utilizar las plataformas digitales en el trabajo o en la vida cotidiana, entrañan el peligro de que se produzcan brechas aún mayores en las prioridades clave de la Comisión Europea, a saber, la cohesión social, la seguridad y el crecimiento económico. De ahí la importancia de una firme apuesta por la formación en habilidades digitales que llegue a todos los estratos de la población”, explica Consoli.
colaboración público-privada
A la vista de este estudio, además de la puesta en marcha de políticas públicas de alfabetización digital, es importante la colaboración público-privada en iniciativas como la protagonizada por la Fundación Orange en España. En la inauguración de su centro de formación en Madrid, la vicepresidenta ejecutiva de Responsabilidad Social Corporativa del Grupo Orange, Elizabeth Tchoungui, declaró a Nobbot que «lo digital es progreso solamente si es accesible para todo el mundo».
En España, y coincidiendo con el 25 aniversario de la Fundación Orange, el proyecto Orange Digital Center se ha traducido en una plataforma educativa online que se ha extendido al mundo off line a través de un espacio físico, de acceso libre y gratuito, orientado a la formación digital y a la innovación, con especial atención a colectivos vulnerables.
El peligro de que la digitalización genere desigualdad ya fue señalado en 2016 por el Banco Mundial, en un informe en el que proponía la adopción de estrategias que no solo afectan al sector tecnológico, y que podrían resumirse en: más acceso (especialmente en los países en desarrollo), formación en habilidades y flexibilidad durante toda la vida y garantizar la competencia mediante regulación e instituciones responsables.
De no tomar medidas, nos enfrentaremos al riesgo, apuntado por muchos economistas, de un futuro en el que coexistirán dos grandes clases sociales muy diferentes y polarizadas, los cualificados-tecnológicos y los no cualificados-no tecnológicos.
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