Un salón. Un televisor encendido. Muebles de diseño minimalistas. Dos sofás. En uno de ellos Sophia, la robot humanoide más avanzada del mundo. Enfrente Cristiano Ronaldo, el futbolista más famoso del planeta. Cada uno es un crack en su campo… ¿pero qué hacen juntos?
Canal MEO, compañía de telecomunicaciones portuguesa, ha decidido reunirlos en un spot para promocionar su último producto: el interfaz de televisión digital Sofia 4K MeoBox Wifi, lanzado para captar clientes de cara al Mundial de Rusia de fútbol de este año.
En el anuncio, Sophia relata algunos de los logros del jugador del Real Madrid: 5 Balones de Oro, 2 The Best Fifa, 122 millones de seguidores en Instagram… En mitad de la conversación, Cristiano Ronaldo interrumpe a la genoide y la reta a imitar su grito de guerra ‘¡Siuuuu!’. La respuesta de Sophia, no tan satisfactoria como era de esperar, desata las carcajadas del astro portugués, que se despide poco después de su interlocutora con un tierno beso en la cabeza.
SOPHIA, ENTRE LA FAMA Y LA POLÉMICA
Esta robot, desarrollada por Hanson Robotics, no ha parado de generar noticias desde su activación en 2015. Su encuentro con Cristiano Ronaldo no es sino otro hito más en su currículum de popularidad.
Su creador, David Hanson, se inspiró en la actriz Audrey Hepburn y en su propia esposa para diseñarla. Aunque no acabamos de encontrar el parecido con Hepburn, el resultado final, en conjunto, es más que notable: está cubierta de piel de silicona y cuenta con brazos, senos, tórax y un rostro sorprendentemente expresivo (imita más de 60 gestos). Sus ojos son cámaras y su cerebro es un potente software que, complementado por algoritmos de análisis de datos, le permite reconocer caras, identificar voces, charlar con cualquiera de nosotros de forma natural, recordar caras…
Sin embargo, no son todas estas cualidades las que la han aupado a los titulares. Sophia es una robot increíblemente avanzada, pero por encima de todo es lenguaraz y un punto insolente. Se presentó en sociedad, en una entrevista en 2016, amenazando con destruir a los humanos. Después rectificó en otro encuentro con periodistas y proclamó su amor por todos nosotros. Por el camino, adquirió la ciudadanía saudita.
Dicha decisión despertó un gran revuelo en aquel país, pues Arabia Saudí no permite a nadie que no sea musulmán ser ciudadano de este reino. A ello hay que sumar que Sophia posee más derechos que la mayoría de sus conciudadanas. Otro factor que generó controversia fue su aparición pública hablando en inglés y sin velo ni abaya, el pañuelo y la túnica que la ley islámica impone a las féminas saudíes.
Inteligencia artificial basada en valores humanos, mucho de provocación y, ahora, estrella de un anuncio de publicidad junto con Cristiano Ronaldo, uno de los rostros más rentables del mundo. ¿Dónde está el límite de Sophia? Quizás solo ella lo sepa.
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