El confinamiento nos ha demostrado la importancia que tiene la luz natural. Durante los tantísimos días que hemos pasado en casa, muchos de nosotros hemos echado de menos los rayos del sol o simplemente el destello que emite una bonita mañana de primavera. Además, eso por no hacer referencia al blanco nuclear que más de uno ya ha sacado a pasear.
El caso es que, no todo el mundo tiene la suerte de tener una amplia terraza o un gran ventanal que le permita disfrutar de la luz natural incluso en la comodidad de su sofá. Por eso, Samsung ha apostado por un nuevo proyecto como poco curioso.
«Luz natural» contra tu blanco nuclear
Esta ventana tan tecnológica, que podría instalarse en el techo o en una pared, presume de tener los mismos efectos que una ventana convencional. Obviamente, no podemos ver a través de ella, algo que para más de uno será un disgusto. Pero en términos lumínicos, la teoría nos dice que recibir la luz de este invento tendría los mismos efectos que recibir la que proviene de una ventana de toda la vida.
De hecho, según sus creadores, esta ventana nos ayudaría a sintetizar la vitamina D, algo que después del confinamiento no nos vendría nada mal. Entre las opciones que tenemos está la posibilidad de personalizar la luz, cargando ‘escenarios’ como amanecer, atardecer, anochecer y la puesta de sol. También podemos variar el brillo y la temperatura de color manualmente.
Uno de los aspectos más llamativos de esta ventana inteligente es que sería compatible con las SmartThings, la plataforma del Internet de las Cosas de Samsung. Vamos, que desde el móvil ya no solo podremos hacer un match en Tinder o responder un Whatsapp, sino que podríamos controlar nuestra propia ventana.
Este proyecto se enmarca dentro del C.LAB de Samsung, un programa de incubación de startups corporativas. Concretamente, la ventana artificial que dota nuestras vidas de luz natural es una idea de SunnyFive. Sin embargo, no hay fecha de lanzamiento de este maravilloso invento que, al menos por el momento, es tan solo una idea. Eso sí, con muchas papeletas de convertirse en realidad.