Los wearables iban a propiciar el gran cambio en la forma en la que se interactúa con la tecnología. De alguna manera está siendo así, pero está costando mucho quitarle el puesto al teléfono y su pantalla táctil, que sigue siendo el dispositivo principal.Ganan presencia los smartwatches, dan sus primeros pasos las gafas inteligentes e incluso hay ropa conectada que comienza a ser útil.
A medio plazo se plantea un escenario que puede ser muy diferente si se consiguen introducir las lentes de contacto en nuestra lista de gadgets inteligentes. Sí, lentillas, como las que prescribe el oftalmólogo y con un montón de innovaciones tecnológicas en su reducido tamaño.
Imagina realizar una presentación y no tener que aprender el guion. Las frases aparecen en tu campo de visión, sin mirar a ninguna pantalla o cuaderno de notas. Lo mismo con un músico y su partitura, o un transportista y su mapa de ruta.
MojoVision, toda la tecnología en nuestro ojo
Todas las esperanzas que hay en este nuevo camino en los wearables pierden sentido si no hay proyectos actuales que muestren una evolución tecnológica. El caso más importante y llamativo es el de MojoVision, que adelantó gran parte de su trabajo en el pasado CES 2022.
Para hacer más mediática su presentación, MojoVision se alió con Adidas. Juntas, las compañías enseñaron que unas lentillas inteligentes que podían tener mucho sentido en la actividad deportiva. Por ejemplo, al ofrecer información en tiempo real de los principales parámetros físicos con la comodidad de no tener que llevar dispositivos encima.
Del dicho al hecho hay un camino muy largo. Tanto, que MojoVision ofrece, hoy por hoy, solo lentes sólidas que todavía no se pueden colocar en el ojo. Sin embargo, esto no resta importancia a sus avances, entre los que destacan una minúscula pantalla microLED de 5 milímetros de diámetro.
Una capacidad que marcará diferencias con otros dispositivos es la monitorización constante del movimiento del ojo. Con ello se consigue que la representación de contenido en realidad aumentada esté siempre en el lugar correcto, además de que el sistema podrá tener en cuenta el lugar hacia el que estamos mirando.
El proceso se realiza fuera del ojo
Aunque existirá un procesador en la lente, el sistema que prepara MojoVision necesita un accesorio fuera del ojo para procesar la información. En principio, se habla de un dispositivo en el cuello, pero bien podría ser un teléfono móvil. La comunicación se realiza de manera inalámbrica, por lo que ambos deben estar muy próximos.
La parte más débil del sistema es la autonomía, ya que es muy complicado crear baterías minúsculas que quepan en una lentilla y que no sean peligrosas para nuestros ojos. Para ello, están apostando por tecnología de estado sólido de última generación, que será una realidad primero en vehículos eléctricos. De lo que parece que no nos vamos a librar es de cargar otro dispositivo. MojoVision está preparando una plataforma de carga que, al mismo tiempo, limpie las lentillas inteligentes.
Una característica bastante importante del desarrollo de MojoVision es que, además de introducir mucha tecnología, no impide que se pueda corregir la visión. Como si de una lentilla tradicional se tratara.
InWith, la apuesta flexible
La competencia de MojoVision presenta una aproximación al asunto que parece menos espectacular en posibilidades, pero más realista a la hora de conseguir que introduzcamos tecnología tan cerca de nuestros ojos.
InWith está trabajando en lentes de contacto flexibles, casi iguales a las que podemos comprar en la actualidad. Lo que quiere decir que se pueden comenzar a probar con mayor antelación que la propuesta de MojoVision.
Como se puede apreciar en el vídeo, los componentes electrónicos están integrados en la lentilla flexible. Por desgracia, no nos dan tanta información sobre pantallas u otro tipo de tecnología necesaria para crear realidad aumentada. InWith asegura que con su proyecto será posible realizarla e incluso podría convertirse en una herramienta clave en el metaverso.
Las grandes tecnológicas también se apuntan
A nadie le va a sorprender encontrar nombres como los de Google, Sony y Samsung entre las empresas que están encabezando esta nueva industria. Todas mantienen equipos de investigación de manera más o menos pública.
Samsung lleva desde 2016 trabajando en lentes de contacto inteligente, con más de una patente registrada, entre las que destacaba una que describe la integración de una cámara (como en MojoVision). Aunque es Google la que se mostró más activa en 2014 con el desarrollo de unas lentillas que servían a los diabéticos para monitorizar sus niveles de glucosa.
Aunque ninguna de estas compañías se muestra muy activa con proyectos mediáticos, aparecen como protagonistas principales en estudios hechos por los especialistas de Global Market Vision. Es muy posible que pronto tengamos noticias al respecto.
¿Cuándo serán una realidad?
Es complicado dar una fecha, pero es muy posible que en menos de una década haya productos al alcance de muchos usuarios. Compañías como las que hemos mencionado ofrecen ejemplos del estado actual de la tecnología. Y seguro que los gigantes tecnológicos tienen mucho avanzado en esta carrera por tener las primeras lentillas inteligentes.
Hay varias ‘vallas’ que saltar en este tipo de dispositivos. Desde la fabricación de baterías acordes con el tamaño de la lentilla a la seguridad de usarlas en el ojo, pasando por el desarrollo de pantallas y medios de conexión inalámbrica.
Si hacemos caso a estudios de mercado como los de Verified Market Research, esta incipiente industria estaba valorada en 5,82 millones de dólares en 2021, pero se espera que esa cantidad se multiplique por tres en 2030.
Imágenes | MojoVision, Novartis
En Nobbot | Lentillas inteligentes: Fotos con un solo parpadeo y realidad aumentada (infografía)