Jugamos a los videojuegos porque nos gusta resolver retos. Y lo hacemos desde nuestra autonomía, tomando decisiones.
Eso es positivo: aprendemos cosas nuevas y nos esforzamos. Si nos equivocamos, no pasa nada, volvemos a empezar la partida. De hecho, así es como mejoramos nuestras habilidades: variando la estrategia y probando una y otra vez hasta que dominamos la partida.
Los juegos tienen una historia, un universo narrativo con personajes y diálogos interesantes. Además, presentan una estética, ese arte sonoro y visual que nos interesa y nos llama la atención. Por supuesto, también una tecnología, la plataforma en la que ocurre todo. Por último, disponen de una dimensión psicológica, lo que llamamos el Diseño de Juegos, relacionada con los elementos de juego que nos llevan a la acción, motivándonos.
Entonces y dado que parece ser que los juegos y los videojuegos nos llevan a la acción, ¿pueden acompañar en un proceso de cambio comportamental? ¿Permiten conocer cosas para, además, entrenarnos en habilidades, aplicarlas y compartir nuestros logros?.
Suena interesante. De ser así, podemos conectar los cuatro ejes de los videojuegos (narrativa, arte, tecnología y psicología) con el aprendizaje y el cambio de comportamiento. En positivo y desde la voluntad. Y, por supuesto, en relación con la salud y los estilos de vida saludable.
Videojuegos y aplicaciones que invitan a la actividad y el movimiento
Les llamamos Exergames o juegos de ejercicio en el caso de la fisioterapia, la recuperación y el deporte.
También existen los Games for Health (juegos de salud). Estos tienen que ver con los hábitos saludables y la adherencia, es decir, el seguimiento de los tratamientos sanitarios. En todo caso todos son Serious Games (juegos serios), aplicados, que van más allá del puro entretenimiento.
Existen muchos ejemplos. Es el caso de Mango Health, una aplicación que ayuda a tomar la medicación y promueve un estilo de vida saludable gracias a sus retos y rutinas, con una preciosa estética.
Superbetter, por otra parte, ofrece packs de interesantes y diversas misiones. Estas permiten progresar en el juego a la par que ofrecen puntos y medallas coleccionables para tomar consciencia de cuerpo y de mente.
Otro de estos juegos es Zombie’s run, una aplicación de audio de realidad aumentada que sumerge al usuario en una narrativa postapocalíptica. En ella, los zombies han invadido la ciudad y “persiguen” al usuario/a cada vez que sale a correr.
Y todavía hay más. Journey es un videojuego premiado y precioso, con una estética onírica basada en la belleza de los paisajes y la música que permite combatir la depresión.
Por su parte, Homecourt se trata de una app que permite practicar baloncesto con una pelota y el móvil, siempre desde casa y a través de minijuegos.
Seguimos: Sea Hero Quest es otro videojuego que se ha diseñado gracias a la cooperación de diversas universidades europeas para detectar casos de demencia de manera temprana.
SisyFox ayuda a hacer deporte y a activar el riego sanguíneo. Además, se practican muchas habilidades cognitivas mediante una gran esfera que puede rotar y es divertidísima de utilizar.
Sin olvidarnos de la conocida Pokemon Go, app y videojuego de móvil que invita a descubrir localizaciones singulares de los alrededores. Invita a explorar distintas calles a la caza de criaturas místicas, acumulando más y más pasos.
Utilidad de los SeriousGames en la actualidad
Muchos niños y niñas con cáncer ingresados en el Hospital La Paz de la Comunidad de Madrid están disminuyendo su dolor en hasta un 14% gracias a los videojuegos y a las videoconsolas. Todo ello promovido también desde la asociación Juegaterapia.
Cuando dedicamos tiempo a los videojuegos practicamos muchas habilidades: toma de decisiones, gestión del estrés, trabajo en equipo, visión global y estratégica, paciencia y muchas otras.
Si además éstos se diseñan tratando de que sus objetivos sean divertidos y conectados con uno o más hábitos saludables, tendremos una combinación perfecta: motivación por lo lúdico conectada con los objetivos comportamentales que promueven la salud. Además, enseñan a entender lo importante que es mantenerla. El juego nos lleva a aprender y a actuar.
Por cierto, el sector del videojuego es uno de los pocos que no se ha visto especialmente afectado por la situación actual de emergencia sanitaria. Todo lo contrario: ha crecido. Durante el tiempo de confinamiento se ha jugado a videojuegos como nunca.
Y desde la paridad, dado que jugamos tanto chicas como chicos. Por igual (aunque no siempre a los mismos).
Todos somos players. Pero jugamos a cosas distintas. Y nos encanta. Conectemos esta increíble actividad con objetivos comportamentales alineados con los buenos hábitos y tendremos la fórmula perfecta: motivación y activación por lo saludable.