Investigadores de la Northwestern University (EE.UU.) han creado unos sensores inalámbricos sin batería que pueden monitorizar la exposición a la radiación solar en tiempo real. Sus dispositivos en miniatura proporcionan un método portátil y flexible para controlar la exposición a la luz, que podría ser útil para supervisar dosis de radiación ultravioleta (UV) durante actividades al aire libre y optimizar tratamientos basados en la luz para afecciones de la piel. Por ejemplo, el uso de la terapia con luz azul o bililuces se ha convertido en un tratamiento estándar para niños bebés con ictericia, un problema de origen hepático que afecta a entre un 50 % y un 60 % de niños prematuros.
un arma contra el melanoma
El desarrollo de este tipo de dispositivos pueden suponer una importante ayuda para combatir el melanoma y otros cánceres de piel, que tiene una incidencia en todo el mundo de un 3-7% anual, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Europa, el número de casos supera los 3,5 millones y más de 22.000 europeos mueren por este cáncer cada año. En España hay 4.000 nuevos casos de melanoma cada año, 116.380 pacientes con carcinoma basocelular, 17.500 con carcinoma espinocelular y 600 muertes anuales. Además, durante los últimos 30 años, la incidencia del cáncer de piel tipo melanoma y no melanoma ha experimentado un aumento continuo, con tasas más elevadas en mujeres que en hombres.
terapéutica luz azul
Sin embargo, la exposición a la luz también puede ser terapéutica: el uso de la terapia con luz azul se ha convertido en un tratamiento estándar para niños de corta edad con ictericia, un problema que afecta a entre un 50 % y un 60 % de niños prematuros. La ictericia es una coloración amarillenta de la piel y de los ojos causada por un exceso de bilirrubina, un compuesto que se produce al degradarse la hemoglobina, que es la molécula encargada de transportar el oxígeno en los glóbulos rojos.
Una longitud de onda de la luz específica puede descomponer la bilirrubina de forma que el cuerpo pueda eliminarla a través de la orina y las heces. Este tratamiento exige una monitorización permanente del bebé para que no surja ningún problema a causa del tratamiento con esta luz azul.
Según se explica en Science Translational Medicine, los dispositivos actuales de monitorización presentan varios inconvenientes, como la duración limitada de la batería, que ha dificultado la extensión de su uso. Para superar estos obstáculos, Seung Yun Heo y sus colegas en Northwestern University (EE.UU.) crearon una tecnología de bajo coste consistente en sensores flexibles y adherentes, capaces de monitorizar varias formas de radiación.
sensores a prueba de lavadoras
El sensor permite el acceso inalámbrico desde teléfonos inteligentes a los datos de lectura de exposición solar para un individuo. Los sensores fueron utilizados por voluntarios durante actividades recreativas al aire libre (como caminar y nadar) durante un período de cuatro días: los autores observaron que los dispositivos conservaban su funcionalidad y registraban con fiabilidad las dosis de radiación UVA solar. También monitorizaron con éxito la exposición a la luz en bebés sometidos a terapia de luz azul para la ictericia.
Los científicos afirman que los sensores conservaron su funcionalidad incluso después de un ciclo de lavado en lavadora.
El dispositivo supone un paso más en la innovación para la protección solar gracias a wearables. Por ejemplo, L’Oréal lanzó hace meses UV Sense, un sensor sin batería para medir la exposición individual a los rayos UV. Presentado en el Consumer Electronics Show, el dispositivo puede almacenar hasta tres meses de datos y mostrar tendencias de exposición a lo largo del tiempo con actualizaciones instantáneas. Este wearable tiene menos de dos milímetros de grosor, nueve milímetros de diámetro y está diseñado para usarse en la uña del pulgar y prevenir el melanoma.