La riqueza biológica del planeta Tierra se escapa a nuestra comprensión. Por mucho que nos esforcemos, no alcanzamos a entender la compleja red de factores que influyen en los ecosistemas. Aun así, lo intentamos. Tenemos más de dos millones de especies animales y vegetales registradas y catalogadas. Unas 2.000 pertenecen a la familia de los cactus. Pero nos quedan otros ocho millones por descubrir. Inabarcable. ¿Y si hubiera un mapa en el que cupiesen todas las especies del mundo?
El mapa de la vida
La herramienta gratuita Map of Life aspira a ser ese mapa. En ella se puede consultar información sobre miles de especies de animales vertebrados, invertebrados y plantas. El universo microscópico lo dejamos para otro momento. Construido sobre el software de Google Cloud Platform y Google Earth, este mapa es un proyecto original de la Universidad de Yale y la Universidad de Florida que ha crecido más allá de las fronteras de Estados Unidos.
Refleja visualmente datos de fuentes abiertas como BirdLife International, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) o la Global Biodiversity Information Facility (GBIF). En la actualidad, este mapa de la vida recoge información de más de 600 millones de entradas de registros con datos de 44.351 especies de plantas y animales. Y se puede utilizar para todo esto.
El hemisferio norte es del lobo
La primera herramienta de Map of Life que salta a la vista es la distribución de especies en el planeta. No nos dice exactamente cuántos cactus hay en el mundo. A ver quién los cuenta sin pincharse. Pero sí nos muestra cómo se reparten los hábitats de multitud de especies de vertebrados, invertebrados y plantas. Desde la mariposa monarca hasta el tiburón tigre, pasando por el lobo que, entre todas sus subespecies, tiene el hemisferio norte del planeta bien controlado.
Además, no tenemos por qué consultar la información de ninguna especie particular. Los administradores tienen una selección de especies favoritas que van cambiando. También puedes seleccionar una familia de seres vivos y probar suerte con la función ‘Spin the wheel’. Así es como conocimos a Yungasocereus inquisivensis. Este cactus nunca ha salido del altiplano boliviano, donde vive a más de 2.000 metros de altura. Los límites solo los pone tu curiosidad. Tienes 44.351 especies por delante.
¿Qué tal la biodiversidad de Dinamarca?
Tras pasar un rato jugando con la primera herramienta, queda claro que todavía faltan muchas especies por formar parte del mapa. Aun así, la segunda función de Map of Life nos permite conocer las especies que viven dentro de unas determinadas fronteras. No sirve para comparar los índices de biodiversidad entre países. Pero permite hacerse una idea del inmenso capital biológico del planeta.
En Dinamarca aparecen registradas tres especies de coníferas, 57 de libélulas, 30 de abejorros, 14 de polillas, 85 de mariposas, 13 de anfibios, seis de reptiles, 74 de mamíferos y 253 especies de aves. Y en un país que solo conserva superficie forestal en el 14% de su territorio. En el estado brasileño de Amazonas, una de las regiones con mayor densidad de bosque del planeta, la plataforma tiene registradas 1.000 especies de pájaros (de las más de 1.300 de las que se tiene constancia), 323 de mamíferos, 74 de reptiles, 243 de mamíferos, ocho de cactus, cinco de coníferas y 122 especies de palmera.
Además, permite descargarse los datos de cada país en formato csv (con los diferentes valores separados por comas) para trabajar con ellos en cualquier programa de análisis de datos, cálculo o creación de gráficos.
Los indicadores más serios
Que Map of Life pretende ser una herramienta de utilidad científica queda claro en cuanto exploramos las secciones de indicadores y patrones. Por ejemplo, podemos explorar el peso de las especies endémicas en todos los hábitats y regiones del globo (como en la imagen anterior). El nivel de protección y la densidad de las reservas. O la diversidad filogenética (relaciones evolutivas entre especies). Más allá de coloridos mapas de calor, la herramienta nos ayuda a entender mejor la biodiversidad y su estado en el planeta.
¿Puede un mapa proteger la biodiversidad?
Plasmar datos, visualizar información, representar números de forma comprensible, transmitir conocimiento de forma rápida y sencilla… Un mapa tiene muchas funciones. El Map of Life aspira a ser mucho más que un atlas de especies. Quiere ser una herramienta que contribuya a proteger la diversidad biológica planetaria. En el último año y medio ha sido seleccionada como base para construir dos ambiciosos proyectos con este objetivo:
- ‘The Half-Earth Project’. La fundación para la biodiversidad E.O. Wilson colabora con Map of Life desde el pasado mes de octubre. La idea de este proyecto es convencer a diferentes administraciones, investigadores y organizaciones para proteger la mitad de la superficie del planeta. Vamos, que allí donde se concentra la mayor diversidad, se construya una reserva. Para ello, claro, el mapa de la vida es una herramienta fundamental.
“Esta herramienta hace posible que entremos en una nueva era de la conservación basada en datos”, explica Paula Ehrlich, presidenta y CEO de E.O. Wilson Biodiversity Foundation y jefa del proyecto. “Proporcionará la base científica sobre la cual las comunidades, los científicos, los conservacionistas y los políticos tomarán decisiones”.
- ‘Global Mountain Biodiversity Assessment Mountain Portal’. Un año antes de aliarse con el proyecto ‘Half-Earth’, la organización del mapa de la vida firmó un acuerdo con la plataforma Global Mountain Biodiversity Assessment, de la Universidad de Berna, en Suiza. El objetivo es mapear las especies de vertebrados, invertebrados y plantas que cubren un millar de cadenas montañosas en todo el globo. De momento, la plataforma web ya cuenta con datos de más de 60.000 especies, muchas de ellas endémicas de hábitats montañosos.
Un cuaderno de campo particular
Desde 2015, el proyecto Map of Life cuenta con una aplicación móvil para iOS y Android. Tiene las mismas funcionalidades que la web. Pero, además, aspira a convertirse en un cuaderno de campo para biólogos, tanto aficionados como profesionales. La aplicación permite llevar un registro de las especies que se avistan en una salida de observación o recibir información de las que viven cerca de donde nos encontramos.
Aunque los datos particulares no se incluyen en la base de datos, los registros de los usuarios sí sirven para llamar la atención sobre especies desconocidas, nuevos avistamientos o cambios en los ecosistemas. Una vez más, la comunidad, la conectividad y la tecnología móvil muestran su poder al servicio del conocimiento. Y queda mucho por mapear. Todavía se desconocen cerca del 80% de las especies del planeta.
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Imágenes | Map of Life, Wikimedia Commons