Sus rasgos harán intuir a quien la vea por los pasillos de la sede de Google, en Mountain View, que esta ingeniera de software es de origen español. María García Puyol nació en Málaga hace 31 años y acaba de ser premiada como una de las Innovators Under 35 Europe 2018. Unos galardones que concede la revista ‘MIT Technology Review’ desde 1999.
Con ellos se reconoce el trabajo de jóvenes investigadores de todo el mundo. El proyecto de esta malagueña, aficionada al senderismo, permite a los servicios de emergencia localizar la ubicación exacta de una llamada desde un dispositivo Android. De esta forma, la persona puede ser atendida de manera inmediata y confidencial.
María García Puyol estudió Ingeniería Superior de Telecomunicaciones en la Universidad de Málaga (UMA) y, a través del programa Erasmus, cursó el cuarto curso en el Politecnico di Milano. El proyecto fin de carrera lo preparó en el Centro Aeroespacial Alemán (DLR por sus siglas en alemán), donde también cursó el doctorado. Acabó sus estudios con premios al mejor expediente académico y al mejor proyecto fin de carrera en 2011.
– Desde 2014 eres ingeniera de software de Google, ¿cómo llegaste a formar parte de su equipo?
En noviembre del 2012, cuando estaba haciendo el doctorado en el Centro Aeroespacial Alemán fui a Sidney, en Australia, a presentar un artículo sobre mi investigación. El tema era el posicionamiento de peatones dentro de edificios. Allí conocí a mi futuro jefe de Google. Una cosa llevó a la otra y en febrero del 2014 me incorporé a su equipo de geolocalización de Android.
– ¿En qué consiste tu trabajo en la sede central de este gigante de la tecnología?
Mi función principal es la de mejorar el sistema de posicionamiento de los teléfonos de Android dentro de edificios para aquellos usuarios que han activado la opción de geolocalización del móvil. El ejemplo más claro es el ‘punto azul’ de los Mapas de Google. Indica dónde estás de manera que le permita al usuario poder encontrar el restaurante más cercano, pedir un Uber en el aeropuerto o moverse dentro de edificios.
– Silicon Valley es el lugar donde se concentran el mayor número de empresas tecnológicas del mundo, ¿cómo es trabajar y vivir allí?
El día a día es muy dinámico. Los proyectos se mueven a la velocidad de la luz y hay muchísima eficiencia en las reuniones. En Google se da mucha flexibilidad a los trabajadores y ofrecen muchos servicios en el mismo campus, como cafeterías, gimnasio, peluquería, banco y médico. Son espacios que vienen bien para poder pasar más tiempo en familia.
– Recientemente has sido declarada por el MIT como una de los Innovators Under 35 Europe de este año, competición a la que se presentaron más de 1.000 candidaturas. ¿Qué significa este reconocimiento para ti?
Me siento muy afortunada, sobre todo cuando me acuerdo de los inicios del proyecto. Empezó como algo personal y le dedicaba un 20% de mi tiempo a diario. [Google tiene un programa por el que permite dedicar a sus empleados el 20% de tu tiempo a una iniciativa que no sea su proyecto principal]. Por aquel entonces no tenía ninguna seguridad de que fuera a convertirse en un proyecto oficial de Android. O que fuera a ser uno de los servicios fundamentales de Google Play Services. Me hace reflexionar sobre lo importante que es confiar en tu instinto cuando eliges en qué trabajar. Sobre todo cuando crees que ayudará a salvar vidas.
Es un premio que comparto con mis compañeros de trabajo. Se esfuerzan día a día en mejorar los sistemas de posicionamiento de los teléfonos de Android. Ahora esas mejoras revierten directamente en ayudar a encontrar a nuestros usuarios en situaciones críticas.
Es importante confiar en tu instinto cuando eliges en qué trabajar, sobre todo cuando crees que ayudará a salvar vidas.
– Este premio se otorga a jóvenes talentos que están desarrollando tecnología para ayudar a resolver problemas de la sociedad actual, ¿en qué consiste tu proyecto?
ELS (Servicio de Localización en Emergencias, por sus siglas en inglés) consiste en detectar llamadas de emergencia salientes o mensajes de texto a un número de emergencia. El sistema activa los servicios de localización del móvil y mandar las coordenadas a los servicios de emergencia. De este modo, pueden localizar al usuario rápidamente.
La diferencia clave con respecto al sistema que existe hoy en día en países como España es que la precisión de la ubicación del usuario es mucho mayor. En lugar de utilizar solamente la información de posición proporcionada por la operadora de telefonía (con ubicaciones con una incertidumbre de cientos de metros), ELS envía la posición estimada por los algoritmos de Android. Estos algoritmos se ayudan de señales de GPS y de wifi, así como de sensores como el acelerómetro, magnetómetro y el giroscopio. Con todos ellos estiman la posición del usuario con una incertidumbre de algunos metros, con lo que es mucho más sencillo –y rápido– localizar al usuario.
– Parece increíble que todavía no existiera un servicio como ELS integrado en los teléfonos móviles, ¿cómo surgió la idea?
La idea surgió en mayo del 2014. Una compañera del equipo me comentó que tenía que intentar mejorar los servicios de localización durante emergencias. Le parecía ilógico que un Uber te pudiese encontrar antes que una ambulancia. Ella necesitaba a un programador y mí me encantaba la idea de usar los servicios de localización de Google para ayudar a localizar a los usuarios de Android en una emergencia.
Así, comencé ELS como un proyecto de 20%. Le dedicaba unas horas por las tardes (el 20% de mi tiempo) e implementé una primera versión programando en Java para Android hacia finales de aquel verano. Unos meses después, la propuesta fue ascendida a proyecto oficial de Android. Fue entonces cuando comenzamos a colaborar con diferentes países.
Mi madre era profesora de física y química, y preparaba sus clases por las tardes en el salón. Creo que eso despertó mi curiosidad sobre las ciencias y las tecnologías.
– ¿En qué países ya está activo este servicio?
Está activo en 17 países. El primero fue Reino Unido en junio de 2016. Este verano lo hemos lanzado con algunas operadoras de telefonía en Estados Unidos. Pero en España no está operativo por el momento. En principio, se necesitaría un punto de recepción central de la información proporcionada por ELS. Sin embargo, en España hay 17 comunidades autónomas, además de Ceuta y Melilla, y cada una tiene su propio centro 112.
– Actualmente se está intentando normalizar el interés de las niñas por materias STEM desde pequeñas. ¿Cuándo descubriste que te querías dedicar a la ingeniería?
Cuando yo era pequeña, mi madre (profesora de física y química) preparaba sus clases por las tardes en el salón. Creo que eso despertó mi curiosidad sobre las ciencias y las tecnologías. Yo quería saber más sobre el temario que ella impartía. Ya por entonces me explicaba lo que era la tabla periódica, el concepto del plano inclinado o qué era un átomo. Y en el colegio siempre me encantaron las matemáticas, la física y el dibujo técnico. Optar por ingeniería era la opción que más sentido tenía para seguir estudiando lo que más me gustaba. Y lo vi como una herramienta para algún día poder aplicar todo lo que había aprendido para resolver problemas reales.
– ¿Has encontrado dificultades para desarrollar tu carrera en un sector con presencia mayoritaria de hombres?
La verdad es que no he encontrado ninguna dificultad por estar en minoría. Supongo que me acostumbré desde muy pronto. Cuando empecé a estudiar Ingeniería de Telecomunicaciones ya había una gran mayoría de hombres en las aulas. Y en DLR y en Google sigue habiendo mayoritariamente presencia masculina. Afortunadamente, se está trabajando por equilibrar la situación.
He tenido la suerte de trabajar con compañeros que siempre han respetado y valorado mi punto de vista. Con ellos he podido trabajar estupendamente. Mi jefe siempre ha respaldado mis ideas y proyectos, y siempre me ha tratado igual que a los demás.
En el mundo de La ingeniería sigue habiendo mayoritariamente presencia masculina. Afortunadamente, se está trabajando por equilibrar la situación.
– Estudiaste en España, después trabajaste en Alemania y actualmente en Estados Unidos, ¿crees que en nuestro país hay opciones profesionales para perfiles como el tuyo?
Sinceramente, no lo sé. En los últimos ocho años nunca me he planteado volver así que no he hecho demasiada investigación al respecto. Por ahora no tengo planes de regresar a España. A lo mejor a Alemania en unos años, ya que mi marido es alemán y nos encantaba vivir en Múnich. Quizá allí sería sencillo encontrar trabajo, pero aquí, en California, el clima es bastante mejor.
– Por último, ¿qué consejo le darías a todas esas niñas interesadas por la ingeniería y la tecnología que quieran desarrollar su carrera profesional en esta área?
Les diría que la programación es mucho más entretenida de lo que parece. Y, sobre todo, que en ingeniería siempre hay problemas nuevos que resolver. Nunca te aburres y no es nada repetitiva. Además, la profesión está bastante bien pagada en la mayoría de los sectores. Sinceramente, yo le veo todo ventajas. Que se animen a formar parte del cambio y la revolución tecnológica, y a cerrar la brecha de género.
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Imágenes | Google, María García Puyol