“Adiós es como una canción de flamenco”. Así definen Mario Casas y Natalia de Molina su nueva película. Una historia de venganza, de justicia y de redención que juguetea magistralmente con la ínfima línea que separa la vida de la muerte y que arroja un halo de luz incluso cuando todo parece estar en penumbra.
Adiós cuenta la historia de Juan, un convicto al que le dan permiso para salir de prisión con motivo de la comunión de su hija. La celebración acaba en tragedia cuando la pequeña fallece de forma repentina. Esto desencadenará un auténtico caos en el que el sufrimiento, la corrupción y las drogas se entremezclan.
Dirigida por Paco Cabezas,La verdad de Las Tres mil
Paco Cabezas decidió rodar Adiós en un entorno que no estamos acostumbrados a ver en grandes pantallas. Las Tres Mil Viviendas y el barrio de Los Pajaritos, ambos ubicados en Sevilla, esconden en sus calles una acción en la que los vecinos también se han involucrado. Para Natalia de Molina ha sido una verdadera suerte contar la historia en el mismo lugar en el que nace. “Parte de la verdad que respira la película tiene que ver con el hecho de poder contarla desde allí» asegura.
Más allá de las intenciones artísticas, la película ha querido contar con la participación de los vecinos, quienes han hecho las veces de actores secundarios, extras e incluso han formado parte del equipo de organización, facilitando el rodaje hasta límites insospechados. La interacción entre ambas partes ha sido constante y, tal y como nos contaba Paco Cabezas en una entrevista, “hablamos con ellos para que participasen y la película generase, realmente, dinero dentro del barrio”.
Ellas son la tierra
Con tan solo ver el tráiler de la película nos damos cuenta de que los personajes femeninos cobran una importancia fundamental en Adiós. Para Ruth Díaz, que interpreta a una inspectora de policía, estamos ante “mujeres fuertes que viven en mundos muy testosterónicos”.
La sombra de Paco Cabezas es alargada y Ruth nos asegura que, siempre que ha trabajado con él, se ha esforzado por mostrar personajes femeninos con una tremenda carga simbólica y una fuerza que traspase la pantalla. “Son la tierra, son mujeres poderosas que dentro de este mundo simbolizan el hogar y la calidez” nos cuenta.
La brecha de género en el cine, al igual que en tantos otros sectores de nuestra sociedad, sigue abierta pero para Ruth Díaz se han dado numerosos pasos en la buena dirección. “Siento que cada vez se nos dan más oportunidades y se abre un espacio mayor para las mujeres. A pesar de ello, queda mucho por hacer. Necesitamos más guionistas y directoras que puedan crear historias con más personajes femeninos”.
¿Tenemos algo que envidiar?
El cine español siempre ha estado estigmatizado por la enorme sombra de Hollywood. Sin embargo, poco o nada tienen que envidiar nuestras historias a esas superproducciones que llenan la pantalla de fuego, luces y acción. Para Mario Casas somos nosotros mismos quienes miramos, en determinadas ocasiones, con recelo todos aquellos proyectos que nacen dentro de nuestras fronteras y asegura que fuera de España aman nuestro cine.
“Tenemos unos equipos que hacen proyectos con una calidad enorme en muy poco tiempo” nos cuenta. Y es que Paco Cabezas sacó adelante esta película en cuestión de semanas, a pesar del entramado que esconden todas y cada una de sus secuencias. Para los protagonistas de Adiós, España está en el top 1.
Este nuevo film, que ha sido producido por Apache Films y Adiós La Película AIE, en coproducción con La Claqueta y en asociación con Sony Pictures International Productions, cuenta también con la participación de la Junta de Andalucía y de compañías como Orange. “Es muy difícil levantar películas hoy en día. Por eso es importante que todos nos apoyen. Esto es cultura y esto viaja por el mundo” destaca Natalia de Molina.
Adiós, según nos contó el propio Paco Cabezas, es un viaje a la oscuridad que acaba en la luz. La redención se convierte en la verdadera protagonista de una historia que nos enseña a decir adiós a aquellos que se van.
Tanto para Natalia de Molina como para Ruth Díaz, Adiós es capaz de taladrar al espectador a la butaca y será este quien, de forma individual, experimente el mismo viaje purificador por el que pasan los personajes. El alma y la raza se entremezclan en una película cargada de sentimientos que, según Mario Casas, es como la vida misma.