La crisis provocada por el coronavirus no solo ha cambiado nuestras vidas, sino que también ha modificado nuestros atuendos. Si hace unos meses nos hubieran dicho que nos pasearíamos por la calle, mascarilla en boca, probablemente hubiéramos estallado en una carcajada. Pero, señoras y señores, las cosas han dado un giro de 360 grados y las mascarillas no se limitan ya al conjunto de los sanitarios.
Ýrúrarí, una diseñadora textil procedente de Reykjavík ha encontrado la manera de aportar un poco de magia a eso de las mascarillas. Y es que sus creaciones, como poco llamativas, nos han cautivado. Pero, tal y como ella misma recuerda, sus mascarillas no están creadas para la seguridad así que, bromas a parte, utilicen mascarillas homologadas por muy bonitas y coloridas que resulten estas y tantas otras. Dicho esto, procedamos.
Eso sí, como diría cualquier modisto que se tercie, la obligación no está reñida con el diseño. Y es que de alguna manera tendremos que dar un toque de chispa a todo esto.Yo soy yo y mi mascarilla
Ýrúrarí es especialista en tejido de punto así que, si vais a pasar los próximos meses de verano en Benidorm, mejor que guardéis sus mascarillas para cuando llegue le frío. Claro, es muy fácil ir ataviado con lana cuando se vive en Islandia.
«He estado experimentando con algunas de mis ideas de suéteres para llevar en la cara, siempre es interesante ver el resultado. Ha sido divertido ver máscaras inspiradas en la mía, buen uso del tiempo de cuarentena» asegura desde su cuenta de Instagram.
Sus creaciones están plagadas de lenguas imposibles que, desde luego, harían que más de uno estuviera encantado de respetar la distancia de seguridad. Labios, aparatos dentales… no hay límites en la creación de Ýrúrarí. De hecho, como ella misma reconoce en una de sus publicaciones, esta idea puede animar a la gente a alejarse de nosotros, algo que en los tiempos que corren no viene nada mal.
El correcto uso de las mascarillas
El uso de las mascarillas ha sido uno de los puntos más debatidos a lo largo de la crisis del coronavirus. A día de hoy, el Gobierno ha interpuesto su uso obligatorio en los transportes públicos. En el resto de espacios su utilización para a ser aconsejable. El Ejecutivo ha anunciado en varias ocasiones que, para que nadie se quede sin la protección adecuada, se encargaría de repartir mascarillas en paradas de metro, autobús o tren. Y, en general, en «puntos donde es recomendable su uso».
Para el uso correcto de la mascarilla, la OMS recomienda recomienda lavarnos las manos con desinfectante o agua y jabón antes de ponernosla. También aconseja cubrirnos bien la boca y la nariz y que no queden espacios entre la cara y la máscara. Conviene evitar tocar con las manos la propia mascarilla mientras la usamos. Lo mejor es cambiarla en cuanto esté húmeda y no reutilizarla. Y para quitársela, hacerlo desde atrás, sin tocar la parte delantera.
Adem´ás, y aunque las mascarillas de Ýrúrarí son muy bonitas, recordamos que no están diseñadas para un uso seguro y se trata, más bien, de prendas de decoración. Si queremos estar verdaderamente protegidos, debemos decantarnos por las máscaras homologadas. Es nuestra salud y la de todos lo que está en juego así que, bromas a parte, seamos responsables.