Si eres usuario de las redes sociales, seguro que te suena la imagen de arriba. Aunque la original se llama “493656728”, en el mundo meme se la conoce como ‘Distracted boyfriend’. La instantánea fue tomada por el fotógrafo Antonio Guillem y subida a la plataforma iStock, donde la comercializa.
A medida que proliferan los blogs y la redacción de contenidos gana en relevancia, también lo hace la presencia de la fotografía. La mayoría de los artículos, como este de nobbot, usa una fotografía de portada. Junto con el titular, es el gran reclamo para el lector, de ahí que se fundamental elegir una buena imagen.
Además de los bancos de fotografías privados como iStock, hay una miríada de colecciones como Unsplash. Bajo licencia CC0 (Creative Commons Zero o “do whatever you want”), podemos usarlas incluso para nuestra marca, y sin pagar. ¿Por qué usar fotografías de pago y cómo se sostiene este negocio?
modelo de negocio de la venta de fotografías HD
Hasta hace muy poco, tanto el redactor medio como el redactor profesional tenían dos opciones para ilustrar sus artículos. Podían salir cámara en mano a hacer fotografías o podían encargarlas a un estudio. Lo primero cuesta tiempo y requiere experiencia, y para lo segundo se necesita dinero. Si se carecía de todo ello, las bibliotecas CC0 resultaban la única opción rentable.
El precio es la clave del negocio de Antonio Guillem, y así lo afirma en una entrevista para ‘El Periódico’: “Las empresas necesitaban tener una repercusión en la web y pagar a un fotógrafo, a una modelo, y todo lo que ello representaba costaba un dineral”. Ahora, por poco dinero “tienes una fotografía que aunque no sea en exclusiva es más que suficiente para la mayor parte de la gente”.
La fotografía que ilustra el artículo tiene un coste de nueve euros. Eso significa que está al alcance de todos los bolsillos. Pero también que puede ser usada en artículos digitales, revistas en papel e incluso portadas de discos. El abanico de posibilidades abierto por estas plataformas es enorme, pero uno no puede quedarse parado en este negocio.
La segunda clave de la venta de la fotografía online a bibliotecas (además de saber disparar) es “subir muchísimo contenido, que sea bueno y no parar”. Estos modelos de negocios están basados en regalías: cuantas más fotografías vendes, más dinero te llevas. Sin embargo, la competencia es muy alta debido a la relativa facilidad para entrar en el negocio.
Antonio Guillem, uno de los fotógrafos que más vende del mundo
La chica que vemos arriba se llama Laura, y ella sola vende más de 1.000 fotografías diarias. Lo hace en todo el mundo. En un paseo por la web la encontramos de fotografía principal en numerosos artículos, y es que Antonio Guillem sigue su regla de producir mucha cantidad (con calidad).
A Laura la hemos visto contenta, furiosa o triste desde hace años. Sin embargo, es totalmente anónima, como Guillem. Este fotógrafo no está interesado en destacar ni influenciar. Cuando le preguntan por el meme ‘Distracted boy’ afirma que “el mérito ni siquiera es mío, es del tipo que creó la metáfora”. Aunque no busque reconocimiento, con este meme le ha sido imposible no sobresalir.
Guillem aprendió de modo autodidacta. Tenía la afición de retratar pájaros, pero no venía del mundo de la fotografía. Recuerda a los youtubers que hace años se presentaron al mundo con una cámara de teléfono móvil. Quien redacta estas líneas viene del mundo de la ingeniería. Todo esto pone de manifiesto tanto la permeabilidad del mundo laboral actual como la necesidad de moverse y no dejar de aprender.
‘Distracted boyfriend’, el ‘meme del año’
Myles: this is my version of that Distracted Boyfriend meme #procrastination pic.twitter.com/HLcbQzqesL
— Brothers McLeod (@brothersmcleod) February 20, 2018
No podíamos cerrar el artículo sin insistir en el que ha sido catalogado como ‘meme del año’, ‘Distracted boyfriend’. La metáfora de la imagen es sencilla, de ahí quizá su éxito. En la fotografía se observa a un chico que camina por la calle con su pareja pero se gira para mirar a otra mujer. Su novia, sorprendida, lo mira con cara de reproche y enfado. La mecánica del meme era básica: la procrastinación basada en la distracción.
Procrastinar, en castellano, significa “diferir” o “aplazar”, pero en internet pronto tomó la definición de “dejar de hacer algo que tienes que hacer para sumergirte en cualquier otra cosa que no necesitas para nada pero que te apetece más”. De ahí que el meme parezca poder aplicarse a todo. Distraerse es fácil. Procrastinar, también. Aquí un ejemplo con Harry Potter:
the 7 harry potter books summed up: pic.twitter.com/00m5xccsk3
— love, ellie (@hugvvarts) August 23, 2017
Llaman mucho la atención otros metamemes o memes de varios niveles en los que aparece ‘Distracted boyfriend’. En el de abajo podemos ver cómo el protagonista se distrae con el meme en cuestión, ignorando otros.
I was talking with my friend and I told him that the Distracted Boyfriend was my favorite meme of last year and he made this. pic.twitter.com/0XTIrPjzVB
— youlikerice (@JasonTrang2) January 17, 2018
Algunas composiciones rayan el surrealismo y encierran un chiste en otro, como el que vemos más abajo y cierra el artículo. (Por desgracia, no existe en otra calidad). En este metameme se distinguen tres niveles. En el más amplio se lee, de izquierda a derecha: “Meme about people overusing this meme”; “Anything of any memeic value”.
Dentro del segundo metameme se lee “everyone right now” y “my other meme template”. Hay un tercer nivel más, el original, dentro del segundo. Esta muñeca matrioska tiene varias (ahora hay que explicarlo): por un lado se ríe de que todo el mundo está usando el mismo meme; por otro, usa el mismo meme para conceptualizar esto último, siendo partícipe del uso abusivo del mismo.
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Imágenes | iStock/AntonioGuillem, iStock/AntonioGuillem