No hay una fórmula mágica que convierta un meme en un fenómeno viral. Pero sí hay características que multiplican las posibilidades de propagarse por internet de estas creaciones humorísticas.
Un meme puede cambiar una vida. Es lo que le pasó al ciudadano húngaro András Arató, que en 2017 se convirtió, sin querer, en una celebridad mundial. Este ingeniero eléctrico retirado, que vive en Budapest, saltó a la fama digital por un meme conocido como ‘Esconde el dolor, Harold’, que tiene como tema la imagen de un hombre de sesenta y tantos años, con barba y canas, sentado ante un ordenador sosteniendo una taza con la mano derecha y sonriendo forzadamente. Durante años la gente ha utilizado la foto para referirse a situaciones en las que tienen que fingir felicidad.
El origen del meme de Arató que dio la vuelta al mundo está en los retratos que le hizo un fotógrafo de un banco de imágenes con el fin de hacerlo aparecer en publicaciones serias, como recurso gráfico para webs y páginas de negocios. Sin embargo, su sonrisa triste acabó dando juego a millones de bromistas que lo empezaron a incluir en memes, con frases irónicas que acompañaban la imagen.
Arató se convirtió en una cara popular en contra de su voluntad, aunque, eso sí, la historia le ha permitido grabar anuncios de televisión, tener canales en redes sociales con cientos de miles de seguidores, dar charlas TED o incluso vender su propia línea de merchandising.
Hoy András Arató se considera a sí mismo una figura pública y exhibe cifras de gran influencer, pues acredita 736 000 seguidores en Facebook o 325 000 en Instagram. Y todo ello a pesar de que muchos pensaron en un primer momento que ni siquiera era una persona real, sino una creación de Photoshop.
¿Por qué triunfa un meme?
Un meme es una ocurrencia ingeniosa, normalmente humorística, plasmada en formato digital que facilita su apropiación y transmisión a través de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería instantánea. Pero la pregunta que surge a raíz de la sorprendente historia de este jubilado húngaro es: ¿qué hace que un meme triunfe y se convierta en un fenómeno planetario?
Pero no existe una receta que garantice la viralidad de estas bromas que ya forman parte de la cultura popular y que muchas veces ayudan a entender mejor la sociedad en la que vivimos que decenas de sesudos tratados académicos. «No existe ninguna fórmula que, en la práctica, pueda garantizar que un meme se viralizará por el hecho de reunir determinados ingredientes. El azar siempre acaba teniendo un peso importante. Sin embargo, sí existen algunos factores clave», explica Ferran Lalueza, profesor de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC.
Esos ingredientes imprescindibles son la simplicidad, la ironía, un uso determinado de la retórica, pocas pretensiones artísticas y una estética más bien informal y poco cuidada, según Gemma San Cornelio, también profesora de Ciencias de la Información en la UOC.
Juan Manuel González, investigador de UNIR que analizó en 2020 más de 600 memes políticos publicados en Twitter, descubrió que estas creaciones no están pensadas para estimular el debate social, sino más bien la carcajada fácil, y que, por eso, suelen ser superficiales y contener elementos de la cultura popular.
La importancia de mostrar un rostro
El estudio ‘Dissecting the Meme Magic: Understanding Indicators of Virality in Image Memes (2021)’, intenta identificar los factores que contribuyen a la viralidad de un meme. El primero, y más importante, es que muestre el rostro y la expresión facial del personaje. De hecho, un 84 % de los memes virales analizados presentaron esta característica. En segundo lugar, la imagen debe presentar una emoción positiva y una postura concreta. Incluso, el hecho de que la imagen sea un primer plano ayuda a ganar viralidad.
La ironía es la grasa imprescindible para que un meme se propague fácilmente por internet. “Un meme irónico tiene más posibilidades de hacerse viral que un meme neutro: el humor es una de las grandes herramientas terapéuticas para combatir la ansiedad«, explica el psicólogo Enric Soler. Un meme puede ser un respiro para cualquiera en una jornada complicada y de muchas preocupaciones. El propio András Arató lo ha dicho: “Los memes pueden ayudar a superar las dificultades del día a día».
Todas estas características explican, por ejemplo, el éxito del meme de Harold, el de la rana Smug o el de Julio Iglesias, entre otros. «El predominio de elementos visuales, la simplicidad, el uso de pocas palabras y el potencial para generar adaptaciones y variantes son fundamentales«, insiste Ferran Lalueza. Los memes que requieren que el receptor lea el texto entero para entenderlos no consiguen hacerse virales. Es decir, un meme es claro y directo o, si no, está condenado al olvido.
Richard Dawkins y los memes
Los creadores de memes cuentan, entre otras opciones, con herramientas como MemeGenerator o KnowYourMeme, que permiten crear a partir de una versión básica. «Los memes más exitosos casi siempre son también los que han experimentado más evolución y han generado múltiples variantes», explica Lalueza.
De hecho, el término meme fue inventado por el biólogo Richard Dawkins en 1976 en su libro ‘El gen egoísta’. Y etimológicamente viene del griego mimema, que significa “lo que se imita”, y de mimesis o imitación. De hecho, en la naturaleza de los memes está su autoría difusa, puesto que cualquiera pueda apropiárselos y adaptarlos a puntos de vista, intenciones y circunstancias muy diversas. Aunque, en caso de recurrir a bancos de imágenes y fotografías de prensa, los autores deberán tener cuidado con los derechos de autor. Pero eso es tema para otro artículo.
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Imágenes | Knowyourmeme.com, Hidethepainharold.com, FreeSVG.org