Investigadores de ETH Zurich han desarrollado una ventosa, inspirada en las de los pulpos, que permite que los medicamentos se absorban a través del revestimiento de la mucosa de las mejillas. Un alivio para quienes tienen miedo a las inyecciones.
Muchos de los medicamentos actuales pertenecen a grupos de moléculas relativamente grandes, como los péptidos. Se utilizan para tratar una amplia gama de enfermedades, incluyendo diabetes, obesidad y cáncer de próstata. Desafortunadamente, tomar estos medicamentos en forma de tabletas es imposible en la mayoría de los casos porque se descompondrían en el tracto digestivo o serían demasiado grandes para llegar al torrente sanguíneo. En consecuencia, la única opción del paciente es recibir su medicación mediante inyección.
Sin embargo hay muchos pacientes con miedo a las inyecciones a quienes el trabajo desarrollado por estos investigadores puede facilitar el día a día de su tratamiento. Se trata de una ventosa capaz de administrar medicamentos que comprenden moléculas grandes como péptidos al torrente sanguíneo a través del revestimiento de la mucosa de la mejilla.
El revestimiento de la mucosa de la mejilla no es particularmente adecuado para administrar medicamentos al torrente sanguíneo. Su tejido denso ha presentado hasta ahora un obstáculo importante, especialmente para moléculas grandes como los péptidos. Pero los investigadores de ETH ahora están a punto de cambiar esto con su ventosa.
miedo a las inyecciones pero no a los pulpos
Los pacientes presionan la ventosa, que mide alrededor de diez milímetros de diámetro y seis milímetros de altura, sobre el revestimiento de su mejilla con dos dedos. Esto produce un vacío que estira el revestimiento, haciéndolo más permeable a la droga contenida dentro del hueco en forma de cúpula de la copa. Pero eso solo no es suficiente para que el medicamento llegue a los vasos sanguíneos.
Por lo tanto, los investigadores han complementado el fármaco con un agente endógeno que fluidifica las membranas celulares, permitiendo que el fármaco penetre en las capas más profundas del tejido. Se aconseja a los pacientes que mantengan la ventosa en el interior de su mejilla durante unos minutos. Ese es tiempo suficiente para que el medicamento se disuelva en la saliva y entre en su torrente sanguíneo directamente a través del revestimiento de la mucosa ahora permeable.
La idea original de la ventosa vino de Zhi Luo, un ex postdoctorado bajo el profesor Leroux de ETH y ahora profesor en China. En una cena con amigos, de repente notó que tenía medio grano de pimienta pegado al interior de su cavidad oral. Aunque incómodo, esta experiencia le dio la idea de cómo mantener las drogas en su lugar en superficies resbaladizas. Pero antes de que el equipo pudiera convertir la idea en un prototipo funcional, tenían algunos problemas que resolver. El mayor desafío fue identificar la forma correcta de la ventosa y la inspiración llegó de la observación de la naturaleza. En este caso, los investigadores hallaron la solución en las ventosas que recubren las patas de los pulpos.
Los investigadores tendrán que realizar más pruebas con este nuevo sistema de administración para preparar la realización de un ensayo clínico en voluntarios sanos.
También se precisará superar varios obstáculos normativos antes de que el parche salga al mercado. Sin embargo, el negocio de los péptidos representa miles de millones para la industria farmacéutica y varias empresas ya han manifestado su interés, según los autores.