FOTCIENCIA: la ciencia es bella y estas fotos lo demuestran

FOTCIENCIA es una iniciativa organizada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuyo objetivo es acercar la ciencia a los ciudadanos mediante una visión artística y estética sugerida a través de fotografías científicas, que son expuestas junto con una descripción o comentario escrito del hecho científico que ilustran. Esta iniciativa también trata de promover entre la comunidad científica la importancia de divulgar su trabajo al conjunto de la sociedad. La exposición itinerante de fotografías científicas producida en el marco de esta iniciativa se presenta cada año en los principales museos, centros de la ciencia, universidades y centros culturales del país, con gran éxito de público y repercusión en medios de comunicación.
Las imágenes de FOTCIENCIA se incluyen también en un catálogo y en la página web del proyecto, como recurso público para la divulgación de la ciencia. Como en Nobbot somos especialmente sensibles al avance científico y a la belleza, estaba claro que teniamos que reflejar esta iniciativa y, por ello, os invitamos a disfrutar de las imágenes seleccionadas en esta edición del certamen, explicadas por sus autores. También os recomendamos visitar la galería con el resto de fotografías porque todas ellas merecen la pena.

FOTCIENCIA Y LA TENSIÓN SUPERFICIAL DE LOS FLUIDOS

La imagen que encabeza este post se llama «Atracción digital» y es de Antonio Luis Martínez Cano. Refleja un sencillo experimento casero en el que se puede observar cómo el chorro de agua que cae del grifo al entrar en contacto con el dedo, cambia su trayectoria y fluye por su curvatura debido a la adhesión. Y dado el pequeño caudal de este chorro de agua en concreto, el mismo se mantiene unido (no se disgrega o divide) gracias a la tensión superficial y a la cohesión del fluido. «El resultado es un fenómeno casi mágico, con sensación de ingravidez, que interfiere en el fluir natural de la caída del chorro del agua de una manera sorprendente».

resina fosilizada

Julia Román Márquez, autora de la segunda fotografía seleccionada en la modalidad general de FOTCIENCIA, ha inmortalizado resina fosilizada producida por los arboles de coníferas. «El ámbar, árabe o succino es una piedra semipreciosa compuesta de resina vegetal fosilizada proveniente principalmente de restos de coníferas y algunas angiospermas. Etimológicamente su nombre proviene del árabe” ánbar” significando lo que flota en el mar, ya que éste flota sobre el agua del mar, aunque originalmente se refería al ámbar gris. Es de color marrón claro normalmente, aunque existen variedades amarillas y verdosas. Los árboles producen la resina como una protección contra enfermedades e infestaciones de insectos, cuando la corteza de un árbol es herida debido a rotura o a un ataque por escarabajos de madera u otros insectos, bacterias u hongos. Después de exudar al exterior, la resina se endurece por polimerización en el interior de rocas arcillosas o arenosas, algunas veces calizas, que se formaban en zonas deltaicas de ríos, generalmente con mucha materia orgánica asociada, y se han conservado en su interior durante millones de años».

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líneas espectrales

En la modalidad «Micro», José Vicente Navarro Gascón refleja, en «Mirada», mapas de distribución de elementos realizados a partir de las líneas espectrales del silicio, plata, oro y mercurio sobre una imagen de contraste composicional obtenida a partir de la señal de electrones retrodispersados revelan la estructura del dorado sobre plata, ejecutado mediante la técnica del dorado al fuego, en una figura esmaltada representando a Santiago en un medallón de una cruz procesional del siglo XIV. El esmalte, representado por el silicio, se encuentra muy dañado, perdido y parcialmente oculto por depósitos ambientales, mientras que el soporte subyacente de plata queda al descubierto en las zonas doradas más erosionadas.

FOTCIENCIA

ciudad futurista

También en la modalidad «Micro» de FOTCIENCIA, Luz Carime Gil Herrera, Carlos Roldán y Nilo Cornejo nos invitan a imaginar «una ciudad futurista con edificios autosustentables: cada unidad genera electricidad cuando la luz atraviesa el silicio mientras que en las terrazas se produce la captación de agua. Sin embargo, no muy lejos de las apariencias, esta fotografía muestra una arquitectura a nivel submicro donde esferas de carbono han sido autoensambladas, recubiertas de silicio y luego atacadas para desvelar su interior. Nuestro objetivo es obtener un material fotónico con el que se pueda controlar las propiedades de la luz».

«Para esto -añaden- hemos apostado por el uso de materiales carbonosos, que gracias a sus propiedades fisicoquímicas tienen un menor impacto medioambiental tanto por su proceso de obtención como por su eliminación. En nuestro caso, el material carbonoso se utiliza como un esqueleto para obtener la estructura inversa del silicio después de la remoción del carbón. El orden, al igual que la naturaleza de sus materiales, es un factor fundamental en la elaboración de estos sistemas, por lo tanto, se requiere de un minucioso anclaje entre esferas. La fotografía muestra este maravilloso orden arquitectónico que posibilita la obtención de un cristal fotónico».

micro1_3175i1velo en flor y microorganismos

«Velo de flor» ha sido la imagen seleccionada en la modalidad de «Agricultura sostenible». Esta imagen, de Francisco Javier Domínguez García, refleja el proceso de crianza biológica – envejecimiento biológico – bajo velo de flor, uno de los fenómenos naturales de mayor interés en el mundo de la enología. «Surge en aquellos vinos, dentro del marco vitivinícola jerezano, sometidos a crianza en botas, donde se origina una fina capa de levaduras en su superficie – se identifican varias razas fisiológicas del grupo Saccharomyces cerevisiae – derivadas de las condiciones climatológicas de la zona. Estos microorganismos metabolizan el oxígeno, reduciendo con ello el grado alcohólico durante la crianzay por otro lado, la glicerina, modificando notablemente el sabor del caldo en cuestión acentuando su carácter seco y salino y equilibrando la sensación de acidez en boca. En el caso de la imagen, una bota que contiene fino y cuyas condiciones se deben mantener constantes durante todo el año (aprox. inferior a 22 °C y una elevada humedad relativa) para conservar una homogeneidad del producto, año tras año».

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narices electrónicas

En la modalidad de «Alimentación y nutricion» de FOTCIENCIA, María Carbajo Sánchez y José Pedro Santos nos invitan a probar a taparnos la nariz mientras comemos  para comprombar que será muy difícil que identifiquéis su sabor. «Esto es debido a que el sentido del gusto sólo puede identificar hasta seis sabores (dulce, ácido, amargo, salado, umami y el más novedoso, amiláceo). Todo lo demás, se percibe por el olfato. Más de un 80% de los sabores están relacionados con el aroma, elemento clave a la hora de crear alimentos exitosos. Los sistemas olfativos artificiales o ”narices electrónicas” imitan el sistema olfativo humano a través de técnicas de aprendizaje automático. Funcionan a través de sensores químicos y de gases y permiten identificar los compuestos orgánicos volátiles de los alimentos. En esta microfotografía se observa un material utilizado en este tipo de sensores: nanofibras de óxido de estaño depositadas sobre sustrato de silicio. Son muchas las aplicaciones de esta tecnología en la industria alimentaria: mejorar el sabor de los alimentos, detección de contaminantes, control de los procesos de transformación, estimación de la frescura, evaluación del tiempo de vida útil…, incluso ”olfatear” nuevas formas de crear productos».

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una mirada al infinito

Por último, en «Ciencia en el aula», Alejandro Ruiz de la Puente y Ángel Ruiz de la Puente tratan de transmitirnos la idea de infinito. «Visualizar el infinito y comprender verdaderamente lo que esta palabra encierra no es una tarea tan complicada. Para contemplar el infinito no hay más que colocar dos espejos frente a frente (que formen un ángulo agudo entre sí si se quiere tomar una fotografía en la que no aparezca la cámara) y un objeto entre ellos, el cual veremos reproducido indefinidamente por el fenómeno de reflexión de la luz. Así ocurre en esta imagen, creando la ilusión de que la cinta es inacabable».

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