Faye Levine, Universidad de Maryland
En esos días congelados de enero o en los igualmente insufribles y acalorados de agosto muchos nos hemos preguntado por qué aún no se ha inventado esa ropa que nos ayude a lograr una temperatura idónea. ¿El ser humano ha sido capaz de viajar a la luna y no de hacernos la vida más fácil o la temperatura más soportable? Si hay algo que todos sabemos es que, por más capas que te pongas en invierno o más te quites en verano, nunca vas a estar a gusto del todo así que ya era hora de ponerle solución al problema. Científicos de la Universidad de Maryland han creado un tejido que regula sus propiedades térmicas en función de los cambios de humedad y temperatura del cuerpo humano.
Un tejido que se adapta
mágico tejido está hecho con unos hilos especiales que modifican el trenzado de sus fibras en función de la temperatura de nuestro cuerpo. Estos hilos están formados, a su vez, por fibras de celulosa cubiertas por nanotubos de carbono, un material conductor ligero. Esta tela, cuya creación ha sido descrita en Science, es sensible a la radiación infrarroja, es decir, a la encargada de producir el calor.
Este, aparentemente,Si las fibras se calientan o se humedecen, algo que ocurre si nos estamos asando como verdaderos pollos, se contraen. Eso ensancha los espacios entre hilos y permite que el calor corporal se escape de forma rápida. Si, por el contrario, estáis asistiendo a la comunión de un pingüino, las fibras estarán frías y secas y, de forma automática, se expandirán para evitar que el calor corporal se escape por las rendijas.
¿Lo tendremos en las tiendas?
Ouyang Ming, uno de los desarrolladores del tejido, ha mostrado públicamente la intención de comercializarlo lo más pronto posible. El producto ya está patentado y, según sus declaraciones, solo falta “optimizar el diseño y el rendimiento”. Lo cierto es que se podría utilizar en multitud de ámbitos pero el primero que se nos viene a la cabeza es la ropa. Los investigadores aseguran que este tejido adaptable sería perfecto, por ejemplo, para prendas deportivas, ya que la reacción de los hilos al calor y a la humedad se activaría en respuesta al sudor. “También hemos pensado en otras aplicaciones”, agrega Ouyang Ming. Una de ellas es en pintura para el exterior de edificios con la intención de mejorar la eficiencia energética de los mismos. Como véis, este tejido es una auténtica revolución que podría resultar muy útil en nuestro día a día y, si nos permite soportar mejor los -5º y los 40º, bienvenido sea.