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La presencia de las mujeres científicas en los medios de información es incluso menor que la que tienen en los laboratorios. En concreto, las mujeres representan casi el 39% de las plantillas del sistema nacional de I+D, mientras que en la prensa solo representan el 23,5% de las fuentes expertas de las noticias sobre ciencia.
Estas son las conclusiones de un estudio realizado por el profesor e investigador del Grupo de Estudios Avanzados de Comunicación (GEAC) de la Universidad Rey Juan Carlos, Pablo Francescutti y publicado por la Fundación Dr. Esteve. Esta investigación, publicada en 2018, ha sido recuperada ahora por la Universitat Jaume I como parte de las actividades organizadas para conmemorar el Día internacional de la mujer.
poca visibilidad para las mujeres científicas
Similar desproporción se observa en otros parámetros de visibilidad, según ha explica este experto. “En las fotografías que acompañan estos textos, la presencia masculina triplica a la femenina; y esta desproporción también se percibe en las entrevistas a investigadores”, explica Francescutti.
El experto, colaborador habitual de Nobbot, explica que el grado de visibilidad pública es importante puesto que puede reforzar o debilitar los estereotipos que traban las vocaciones científicas entre las mujeres. Para realizar este estudio, el investigador de la URJ ha tomado una muestra formada por las ediciones de El País, La Vanguardia, Telva y Elle, junto con la blogosfera a lo largo de doce meses.
El estudio se extiende a las revistas de moda y belleza porque, a diferencia de la prensa —consumida por un público eminentemente masculino—, apelan a una audiencia femenina.
Según datos del propio informe, las fuentes científicas masculinas citadas por la prensa española de referencia triplican en número a las femeninas: de los 2.077 expertos referenciados en los textos sobre ciencia publicados por El País y La Vanguardia en 2016, 1.589 eran hombres (76,51%) y 488 mujeres (23,49%).
una blogosfera masculina
En cuanto a la blogosfera, la situación también es manifiestamente mejorable. Naukas, plataforma digital que aglutina a gran número de comunicadores españoles de la ciencia, contaba con 124 colaboradores, de los cuales 25 eran científicas. El portal Scilogs acogía a 39 blogueros, de los cuales solo cuatro eran mujeres. Y en los blogs alojados en la plataforma madri+d de la Comunidad de Madrid, de 108 registrados solo 11 eran gestionados por investigadoras.
Se concluye que la visibilidad de las científicas, sin ser marginal, debe mejorar. De cara a su incremento se destaca la aportación positiva de los premios a la investigación organizados por medios de comunicación y empresas, toda vez que compensan el sexismo de los premios académicos. Se subraya la conveniencia de que los periodistas incorporen más expertas a su agenda de contactos y dediquen más entrevistas y obituarios a investigadoras. Y finaliza advirtiendo que la condición de “club masculino” de la blogosfera pone en cuestión las esperanzas depositadas en Internet en aras de la proyección pública de las científicas.
iniciativas por la igualdad
Ante esta situación de desigualdad, ya hay diversas iniciativas dentro de la comunidad científica, algunas lideradas por hombres, como la Liga de científicos masculina Men For Women in Science, impulsada por L’Oréal España.
Los miembros de esta iniciativa han adquirido un compromiso en su ámbito profesional en la promoción de la igualdad, mediante la firma de una carta en la que se recogen aspectos como la obtención de becas, la contratación y acceso a oportunidades (nombramientos, promociones, financiación, etc.), las publicaciones y autorías científicas, el reconocimiento y valoración de la excelencia y la contribución a una cultura organizacional de apoyo para todos.
yo quiero ser científica
Pero esta apuesta por reducir la brecha de género debe llegar desde todos los ámbitos, también desde la educación de los más jóvenes. Así, por ejemplo, un libro Mujeres de ciencia relata las andanzas de 50 pioneras que debieron superar los obstáculos, la discriminación y el ninguneo de las academias. Este homenaje ilustrado, sazonado de datos, gráficos y hechos curiosos, es estimulante para chicas y chicos. También ellos requieren modelos femeninos positivos, si queremos librarles de prejuicios misóginos.
Otra propuesta interesante en el ámbito educativo es Yo quiero ser científica, que está compartiendo una serie de divertidos videos, a través del blog Traductor de Ciencia, que nos permiten conocer la labor de investigadoras como Hipatia de Alejandría, Sofia Kovalévskaya, Ada Lovelace o Maria Sibylla Merian, cuyos nombres han quedado ensombrecidos frente a los de otros colegas masculinos. En Yo quiero ser científica colaboran nueve profesoras que imparten docencia en diferentes titulaciones de ingeniería de la Universidad Pública de Navarra (UPNA).