Con el objetivo de generar debate sobre la igualdad de género y el papel de la mujer en nuestra sociedad, 30 autoras han escrito 30 relatos para dar forma al libro Mujeres en construcción (perdonen las molestias).
El título es una provocación: ni las mujeres forman parte de un edificio al que se le ven las costuras de su esqueletaje ni deben pedir perdón por intentar conseguir la plena igualdad de género. Lo que pretende este título teñido de oximoron es incitar el debate, atraer la indignación por sus palabras con aristas o incluso la aversión por la semántica descontrolada o poco certera.
El volumen, de más de 400 páginas, se gestó gracias a la confabulación de las autoras que previamente habían colaborado con la editorial Vinatea en la escritura del libro “30 mujeres fascinantes en la historia de Valencia”. Son 30 escritoras de diferente perfil, origen, edad y pulso literario: fiscales, profesoras, filólogas, abogadas, científicas, políticas, amas de casa, catedráticas, jubiladas, comerciales, gerentes, informáticas, administrativas, psicólogas y periodistas.
mujeres en construcción que no piden perdón
Todas ellas decidieron que, una vez se había visibilizado a las mujeres del pasado en la antología anterior, todavía quedaba mucho trabajo por hacer y era el momento de sacar a la luz situaciones injustas tales como la trata, la dependencia, la violencia de género, el maltrato psicológico, la cosificación, la prostitución, los vientres de alquiler y obtener la perspectiva de cómo la mujer matiza su visión respecto a la muerte, la guerra, la depresión, el trabajo, la droga y así, hasta 30 temas, dentro del controvertido título Mujeres en construcción (perdonen las molestias).
Cada relato ha sido ilustrado por un alumno de BBAA de la UPV, ofreciendo el impacto de la empatía visual, todos ellos coordinados por la artista y profesora Victoria Cano.
Todas las colaboradoras y colaboradores han cedido los beneficios de las ventas a la editorial Vinatea que a su vez deriva las ganancias a proyectos locales en Valencia de barrios desfavorecidos como Lacoma y Fuensanta, a proyectos internacionales en Uruguay, Etiopía, Burkina Faso o Uganda.
El dinero recaudado pasa directamente desde las manos de quien compra los libros hacia los proyectos solidarios pues todo el trabajo de quien trabaja/colabora en la editorial es voluntario. Así que, además de hacer frente a la desigualdad de género, Mujeres en construcción (perdonen las molestias) mejorará la vida de muchos niños y niñas en riesgo de exclusión.