Que la tecnología se encuentra en uno de sus momentos más dulces de toda su historia es una realidad evidente que no dejan de evidenciar los nuevos descubrimientos y el célere crecimiento que ha experimentado el sector durante los últimos años. Un desarrollo que ha contado con sus propios protagonistas, aquellos científicos e investigadores que lo apostaron todo por ella.
Darwin, Thomas Watson, Robert Kahn, Vint Cerf son algunos de los nombres más familiares. Mientras tanto, las mujeres han pasado más desapercibidas; unas madres de la tecnología que se encargaron de dar a luz a inventos tan maravillosos como la WiFi y el GPS y que no podemos dejar de recordar en el Día de la Madre.
Marie Curie (1867-1934)
Marie Curie fue la primera mujer en ganar un premio Nobel y su pasión investigadora la llevó a destacar en el ámbito de la radioactividad. Actualmente la utilizamos para obtener energía eléctrica, en los procesos médicos de diagnóstico y tratamiento de enfermedades, en agricultura y arqueología, y otras aplicaciones para la vida cotidiana. Compartió el premio Nobel de Física en 1903 con su marido Pierre Curie y el físico Henri Becquerel, y ganó el de Química en 1911.
Sus investigaciones más reseñables son su Teoría de la Radiactividad, las técnicas de aislamiento de isótopos radiactivos y el descubrimiento del polonio y el radio, dos nuevos elementos. Murió a los 66 años de una anemia aplásica causada por la constante exposición a la radiación.
Hipatia de Alejandría (355-415)
Otra de las más conocidas es Hipatia de Alejandría, de quien se dice que fue la primera mujer científica de la historia, destacando en el ámbito de las matemáticas y la astronomía. Fue una de las pioneras, una mujer que trató de aplicar sus conocimientos de una forma práctica, dando lugar a inventos como el hidrómetro –que determina el peso de los líquidos- o el densímetro, y mejorando notablemente el astrolabio.
Otras evidencias de su interés por las tecnologías prácticas se plasman en las Cartas de Sinesio, donde se incluyen los diseños de otros instrumentos más allá de los referidos. Por desgracia, fue asesinada brutalmente después de que una turba de monjes la asaltaran y apedrearan en el interior de una iglesia por sus ideas paganas. El director español Alejandro Amenábar acercó su figura y sus logros a las nuevas generaciones a través de la película Ágora.
Ada Lovelace (1815-1852)
Augusta Ada King, conocida popularmente como Ada Lovelace o la Condesa de Lovelace, fue una de ellas. Se la considera la primera programadora computacional de la historia y, entre sus logros, alumbró el primer algoritmo en ser procesado por una máquina, creada por el matemático Charles Babbage en 1822, quien sentaría los pilares sobre los que se desarrolló la computación. Su “aparato” permitía ejecutar programas y llevar a cabo cualquier cálculo.
Su contribución fue tal que, cada 15 de octubre, se rinde honor a sus éxitos y a las de otras mujeres con actividades como hackathons dentro del sector. La propia Microsoft se vale de su imagen en algunos certificados de licencia de Windows, mientras que, en 1979, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos desarrolló un lenguaje de programación basado en Pascal al que llamó Ada.
Un par de curiosidades más: fue la única hija legítima del archiconocido poeta Lord Byron y estuvo a punto de tener su propia película, titulada La Encantadora de Números, el apelativo con el que se refería a ella Babbage. El proyecto finalmente no salió adelante por razones desconocidas.
Josephine Cochrane (1839-1913)
Tampoco podíamos dejar de mencionar a Josephine Cochrane, la creadora del lavavajillas. Lo hizo en 1886 para liberar a las mujeres de la “esclavitud del fregadero” utilizando la presión del agua para dejarlos impolutos.
Su aparato fue expuesto en 1893 por primera vez y fue adoptado por restaurantes y hoteles, pero no fue hasta 1950 cuando llegó a los hogares. Se estima que su empresa Garis-Cochran forma parte de los orígenes de la empresa Whirpool. Su idea, no obstante, no fue la primera de este tipo, sino que ya en 1850 Joel Houghton patentó una, aunque no se llevó a cabo. Lo sorprendente del caso es que Cochrane fue una dama de la alta sociedad, pero se implicó en el desarrollo del lavaplatos para agilizar el trabajo de su personal.
Hedy Lamarr (1914-2000)
A pesar de que su nombre se encuentra asociado al de películas como Sansón y Dalila o El fruto dorado, esta auténtica diva de Hollywood (participó en 18 películas) tiene mucho que ver con una de esas tecnologías que nos hacen la vida más fácil. Y es que no solo era actriz, sino inventora, ingeniera y precursora del WiFi.
Implicada en la lucha contra el nazismo al estallar la II Guerra Mundial, desarrolló un sistema de comunicaciones secreto que patentó junto con George Antheil, un sistema de radiocontrol que emitía frecuencias que los enemigos no podían detectar. Actualmente se le denomina salto de frecuencia en el ámbito de las telecomunicaciones, un tipo de soluciones empleado en las comunicaciones inalámbricas, WiFi y móviles.
Stephanie Kwolek (1923-2014)
No menos importantes fueron las contribuciones atribuidas a Stephanie Kwolek, la química que, en 1965, inventó el poliparafenileno tereftalamida, una fibra de alta resistencia también conocida como Kevlar que se utiliza para fabricar los chalecos antibalas y que es ligera y hasta quintuplica la resistencia del acero. En la actualidad se utiliza en cables submarinos, frenos de automóviles, tecnología espacial, etcétera.
Grace Murray Hopper (1906-1992)
Científica y militar estadounidense, fue la primera desarrolladora de un compilador para lenguaje computacional. Su objetivo era crear uno que pudiera ser utilizado en múltiples equipos. Participó en la creación de COBOL, uno de los primeros lenguajes de programación modernos.
También se le atribuye la popularización del término debugging para arreglar el ordenador y se dice que el término se originó cuando una mariposilla se quedó enganchada a uno de los relés del suyo, impidiendo que funcionara correctamente. Entre los reconocimientos más notables debemos mencionar que fue la primera mujer nombrada miembro distinguido de la British Computer Society. Curiosamente, en 1969, recibió el título de “Hombre del Año” en ciencias de la computación.
Evelyn Berezin (1925)
Evelyn Berezin fue la encargada de crear el primer ordenador de oficina. Lo hizo en 1953 mientras trabajaba en la Underwood Company. Sin embargo, se la conoce por ser la madre de los procesadores de texto, un tipo de programa que lanzó en 1968 pensando en facilitar el trabajo a las secretarias. En 1969 fundó una compañía específicamente para desarrollarlos, la Redactron Corporation que, en 1976, fue vendida a Burroughs Corporation.
Años más tarde, utilizó su desarrollo para alumbrar el primer sistema de reserva de vuelos online para la compañía United Airlines. También fue presidenta de la Greenhouse Management Company –un grupo de capital para empresas tecnológicas- y ha recibido numerosos galardones a lo largo de toda su trayectoria.
Frances Elizabeth Allen (1932)
Creadora de algunos de los primeros sistemas de seguridad de la NSA, Frances Allen trabajó durante más de 45 años en IBM (de la que se convirtió en socia en 1989) y fue pionera en la automatización de tareas paralelas y optimización de compiladores –que traducen un programa escrito en un lenguaje de programación a otro-.
Sus contribuciones la convirtieron en la primera mujer en ganar un Turing Award en 2006, el equivalente al Nobel de Informática. Una de sus frases memorables es: “Las mujeres volverán a interesarse por la computación cuando esta sea esencialmente relevante para la sociedad”.
Otras mujeres influyentes en la tecnología hoy en día
Más allá de las comentadas, no podemos dejar de mencionar a algunas de las mujeres más influyentes en el ámbito de la tecnología de nuestros días. Unas féminas que, según un estudio de la Fundación Kauffman, representan todavía menos del 10% en esta industria. Mary Lou Jepsen, por ejemplo, ayudó en la innovación de sistemas de proyección de pantalla y en 2007 inventó unas que pudieran leerse a pesar de la luz del sol.
Tampoco podemos olvidarnos de aquellas jóvenes que podrían llegar a «convertirse en madres» de nuestra disciplina en un futuro no muy lejano. Aquí nos quedamos con Ruzwana Bashir –cofundadora de Peek-, Samantha John –programadora y cofundadora de Hopscotch Technologies-, Morgan Missen –Main-, Soraya Darabi –Foodspotting y Zady-, Sara Haider –ingeniera en Twitter- y Kellee Khalil –Loverly-. No se quedan atrás Kristen Titus –directora ejecutiva de Girls Who Code-, Kaathryn Parsons –CEO de Decoded- ni Tracy Chou –ingeniera de software en Pinterest-.
Imágenes | Commons Wikimedia: Raffaello Santi, Biography, CHF, Kuebi, Rama y Clarence Bull.
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