Matilde Manzano Salazar pertenece a la comunidad de mujeres gitanas y, a pesar de las adversidades, ha sacado adelante su propio proyecto online. Desde niña sintió una gran pasión por sus estudios pero pareció no ser suficiente. Las circunstancias no se lo pusieron nada fácil y tuvo que hacer verdaderos esfuerzos para continuar aprendiendo en un mundo cuyas tradiciones pesan más que cualquier otra cosa.
proyecto EDYTA, un programa educativo de ámbito nacional impulsado por la Fundación Orange y la Fundación Secretariado Gitano, destinado a mujeres en riesgo de exclusión. Además, en 2019 fue nombrada Amazing Women Fondation Orange, un premio con el que se reconoce su esfuerzo y su constancia a la hora de cumplir sus sueños. Hace tan solo unos meses que puso en marcha El Saddai, su propia tienda de ropa online, pero Matilde ya tiene en mente nuevas ideas que no piensa dejar en el tintero.
Con una discapacidad reconocida del 65%, Matilde tuvo que soportar que la gente no creyese en sus capacidades ni en su empeño por alcanzar sus metas profesionales. Después de sacar adelante a toda una familia, decidió darse la oportunidad que tanto tiempo llevaba esperando y se incorporó al-Para empezar esta entrevista me gustaría que me contases cómo llega Matilde Manzano a la Formación en el Proyecto EDYTA de Fundación Orange. ¿Qué motivó tu participación en este proyecto?
Después de pasar por distintas empresas, me detectaron artrosis degenerativa severa. El médico me dijo que en tan solo dos años había tenido un deterioro óseo tremendo. Pasé por un tribunal médico y me reconocieron una discapacidad del 65% que me impedía trabajar. Fue entonces cuando la Fundación Secretariado Gitano, que llevaba mucho tiempo ayudándome a encontrar empleos, me ofreció la posibilidad de entrar en un curso de formación digital.
Yo no sabía absolutamente nada sobre internet pero me convencieron de que el futuro pasa por la red y era importante que me formase en estas competencias. Unos días antes de comenzar el curso tuve un sueño en el que me veía trabajando con mi ordenador. Era yo misma quien me animaba, durante el transcurso de este sueño, a comenzar esta aventura. Entonces me di cuenta de que debía intentarlo y, aunque no confiaba en mí misma, tenía que luchar.
-Después de formarte y adquirir habilidades digitales, desarrollaste tu propio proyecto, El Saddai. Si echas la vista hacia atrás, ¿qué ha sido lo más complicado? ¿Y lo más gratificante?
Lo más complicado fue no creer en mí misma. Siempre había tenido un sueño y, gracias a eso me di cuenta de que sí podía. Aprender me encanta y no voy a parar de formarme.
Subir los productos a la página, posicionarla… ha sido lo que más me ha costado. Sin embargo, ver uno de mis sueños hecho realidad ha sido tan gratificante que ha merecido la pena. Veo que la gente entra en mi página web, que se interesan y eso es una de las cosas más maravillosas de mi vida.
-¿Cómo surge la idea de abrir una tienda online? ¿Qué ventajas crees que ofrece este formato frente a la venta presencial y qué puede aportar a El Saddai?
Yo trabajaba en el mercadillo y me di cuenta de que este sector estaba bajando. Estaba vendiendo poco y no quise conformarme. Me surge entonces la idea de que, gracias a la formación que me había dado el Proyecto EDYTA, puedo sacar adelante un proyecto. Con esto tengo que cambiar mi realidad.
Se me ocurre entonces traspasar mi negocio físico a la venta online. Pensé mucho en las personas que están trabajando y no tienen tiempo de bajar al puesto. Quise responder a esta necesidad y me decidí a embarcarme en el proyecto ya que, gracias a la tienda online, podían recibir el producto sin moverse de casa.
Además, la calidad del producto es mejor ya que no adquiero la misma cantidad de prendas que cuando trabajaba en el mercadillo. También innovo mucho más que antes y selecciono los productos con cuidado.
El negocio online también me ha permitido conciliar mejor mi vida laboral y mi vida personal. Cuando estaba trabajando casi no veía a mis hijas. Como mucho media hora al día. Gracias al online puedo estar en casa y no descuido la atención de mis hijas y de mi matrimonio. Es importante pasar tiempo en pareja para no correr el riesgo de perderse. Además, mi familia está muy contenta con el proyecto y me ayudan a sacarlo adelante.
«El negocio online también me ha permitido conciliar mejor mi vida laboral y mi vida personal»
-¿Cómo está funcionando El Saddai?
Va poco a poco. Hemos tenido un comienzo bastante bueno pero aún necesita un empuje más grande para arrancar. Necesitamos contactos y redes sociales para que la gente me conozca. A pesar de ello, no me puedo quejar porque el proyecto se ha hecho realidad y, como te digo, aunque las cosas vayan despacio, están en constante movimiento.
-Nos gustaría saber qué opinas sobre la situación de la mujer en la comunidad gitana. ¿Cuál es su papel? ¿Es el trabajo una forma de empoderarla?
En la comunidad gitana las familias son muy tradicionales. Las mujeres se encargan del cuidado de los niños y de la casa y son una pieza fundamental en la unidad familiar. Son las protectoras, aquellas que siempre están para quien lo necesita. Sin embargo, las más jóvenes están cambiando su mentalidad y están saliendo de sus hogares para estudiar y para trabajar. Quieren ser alguien en la vida pero también tienen que tener en cuenta que las tradiciones no se cambian.
El hecho de que las mujeres gitanas trabajen es una forma de empoderarlas porque las saca de su conformismo. A pesar de que mantengan la tradición, deben darse cuenta de que valen para algo más. Tradición y trabajo no son conceptos opuestos. Las puertas deben abrirse para las mujeres gitanas.
Yo sí puedo
-¿Qué significa para ti ser una Amazing Women?
Pienso que todas las mujeres somos increíbles, solo que a algunas se les ve y otras están escondidas. Cada mujer es una Amazing Woman. Para mí, este premio ha sido algo inexplicable. Yo no creía en mí pero convertirme en Amazing Woman me ayudó a darme cuenta de que valgo para aquello que me proponga. Ya no diré nunca jamás no puedo. A partir de ahora no hay límites.
-¿Cuál es el siguiente paso? ¿Tienes algún proyecto futuro en mente?
Sí, tengo dos proyectos en mente para el futuro. No me conformo con la venta online. Me gustaría tener mi propia firma de ropa, es decir, un diseño personal. Ya tengo pensados muchos de ellos.
También tengo un proyecto personal en la cabeza. Quiero ayudar a las mujeres gitanas que están en la misma situación en la que yo estaba. Me gustaría hacer por ellas lo mismo que el Proyecto EDYTA hizo por mí. Es importante apoyarlas para que crean en sí mismas y no se dejen vencer por las adversidades.
«Quiero ayudar a las mujeres gitanas que están en la misma situación en la que yo estaba. Me gustaría hacer por ellas lo mismo que el Proyecto EDYTA hizo por mí»
-A finales de febrero comenzará un programa de mentoring online creado por la Fundación Orange con el que se pretende apoyar a mujeres en riesgo de exclusión. Tú has tenido la suerte de formar parte del pilotaje de este proyecto, ¿qué ha significado para ti?
Personalmente me parece una idea increíble. La ayuda de una mentora puede suponer un cambio radical en la vida de una persona. Su función es acompañarnos durante un determinado proceso pero, lo cierto, es que se convierten en una especie de guía que nos ayuda a encontrar el camino que siempre hemos querido seguir.
Yo he tenido la suerte de contar con una mentora muy humana que se preocupa por mí y me dice tanto las cosas buenas como las cosas malas. Su presencia ha sido fundamental y me ha ayudado a sentirme protegida en todo momento.
-Por último, me gustaría que mandases un mensaje a mujeres que se encuentren en la misma situación en la que estabas antes de iniciar toda esta aventura. ¿Por qué las animarías a participar en el Proyecto EDYTA? ¿Ha cambiado la vida de Matilde Manzano gracias a él?
Me gustaría animar a todas las mujeres que están en situaciones complicadas a que abran los ojos. Somos increíbles, somos luchadoras y no tenemos que pararnos nunca. Yo hablo siempre del efecto rana, es decir, pegar un brinco cuando nos encontramos en lo más hondo. Si saltas te das cuenta de que hay vida más allá.
También me gustaría transmitir un mensaje de esperanza para todos aquellos que, como yo, sufran algún tipo de discapacidad. Cuando era pequeña sufrí una meningitis y, después de administrarme el tratamiento por los oídos, perdí un 75% de audición. Aquello, aunque fue difícil de afrontar, no paró mi vida. Hace poco me detectaron esclerosis múltiple en fase inicial y no por eso voy a hundirme en una espiral de oscuridad. Cada día es una pelea que afronto con optimismo y que, hasta ahora, he ido ganando. Quiero que las empresas e instituciones se den cuenta de que la discapacidad, muchas veces, no es un impedimento sino una fortaleza.
En cuanto al Proyecto EDYTA, ha cambiado totalmente mi vida. Ahora soy una persona totalmente distinta porque he tenido la suerte de participar en un curso distinto que no solo te enseña conocimientos técnicos sino que te llega a lo más profundo. El equipo te ayuda a ver las distintas perspectivas que hay de una misma situación y te proporciona apoyo psicológico, algo que en mi caso resultó fundamental. Gracias a EDYTA he aprendido a ser autónoma pero también me he dado cuenta de que merece la pena luchar y seguir viviendo.